La llegada de los Príncipes causó notable expectación entre quienes alrededor de las ocho de la tarde paseaban por la Rambla a la altura del Liceo, muchos de ellos turistas. Don Felipe y doña Leticia, como sucedería después en el interior del teatro lírico, tuvieron que escuchar algunos tímidos silbidos compensados, también en este caso, por algunos escasos aplausos.
La función lírica, que arrancó a la hora prevista sin más incidentes, contó además con la asistencia del alcalde de Barcelona, el convergente Xavier Trias; los consejeros de Justicia y Cultura de la Generalitat de Cataluña, Germà Gordó y Ferran Mascarell, respectivamente, y diversas autoridades y mecenas del Liceo. Fueron apenas unos segundos, pero la rotundidad de los abucheos sorprendió mucho en un escenario como el Liceo, tan poco propenso a ese tipo de manifestaciones de protesta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario