2 jul 2014

Dispendio militar: presupuestos vs gastos reales

El Ministerio de Defensa gastó un 43,53% más de lo presupuestado en el año 2012, todo un récord que supera los 9.000 millones de euros. Pero eso no es todo: la cantidad real es todavía mayor y se dispara por encima de los 23.000 millones, si se tiene en cuenta que el gasto militar oculto, es decir, el que se disfraza en partidas de este y otros ministerios.
Los datos se exponen en el informe Liquidación del Gasto del Ministerio de Defensa 2012, elaborado por el Colectivo Utopía Contagiosa con la colaboración de los colectivos Tortuga, Espazo Aberto Antimilitar y Ecologistas en Acción. En este informe  se analiza el documento de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) sobre el gasto efectivamente realizado por el Ministerio de Defensa en el ejercicio de 2012 (último ejercicio fiscalizado por la IGAE que, como se ve, va con bastante retraso).
Habitualmente, el Ministerio de Defensa gasta mucho más de lo que presupuesta (una media cercana al 18% en los últimos 10 años) aunque en el ejercicio 2012, el primero del Gobierno de Rajoy, el desvío ha sido espectacular: un 43,53% de gasto por encima de lo presupuestado, pasando de los 6.316,4 millones presupuestados a los 9.066,29 gastados, todo un récord.
Si hacemos un análisis comparativo podemos determinar que el gasto del Ministerio de Defensa supuso:

•    El 129’1 % más de lo gastado en pensiones
•    16’35 veces más que en Servicios Sociales y Promoción Social
•    1.748’56 veces más que en Fomento del Empleo
•    4’13 veces más que en Educación
•    5’63 veces más que en Justicia
•    35’22 veces más que en Cultura
•    61,70 veces más que en la lucha contra el cambio climático y la mala calidad del aire
•    26,78 veces más que en lo invertido en calidad del agua
•    190,55 veces más que en protección y mejora del medio ambiente.

Pero eso no es todo, el presupuesto analizado por el IGAE es únicamente uno de los componentes del gasto militar español. Si tomamos el criterio de la OTAN para contabilizar el gasto militar real, la cifra aumenta de forma espectacular. Y es que hay partidas relacionadas con el sostenimiento de la Defensa en 12 de los 13 ministerios existentes y en otro tipo de organismos.
Así las cosas, una aproximación al gasto militar que tiene en cuenta las cifras del IGAE y los gastos reconocidos por otros organismos nos llevaría a una cifra mínima de 23.349,45 millones de euros gastados en militarismo en 2012, frente a los 6.316,4 presupuestados, lo que nos permite afirmar lo impresentable y antidemocrático del gasto militar, oculto en un 61,18%,  que equivale a 13.682,79 millones de euros.
Con esta información, se comprueba que la crisis no está siendo soportada sobre los presupuestos del Ministerio de Defensa ni sobre el gasto militar, pero sobre todo se advierte que este último aumenta considerablemente en relación o los demás gastos sociales. Desde el año 2002 se han gastado 13.688,789 millones de euros más de lo presupuestado en este ministerio.


Es urgente exigir a los gobiernos un proceso transparente tanto en la preparación de los presupuestos destinados a Defensa como en la posterior ejecución de la liquidación de los gastos correspondientes.
Considerando el constante aumento del gasto militar ejecutado respecto del presupuestado y la intencionalidad política manifiesta de los gobiernos de usar los créditos extraordinarios como modo de esconder a la opinión pública el gasto militar efectivo, deben adoptarse medidas legales para impedir esta práctica que engaña a la ciudadanía año tras año.
Es imprescindible abordar un debate social y político acerca del propio gasto militar y la necesidad de transferir estos fondos a fines socioambientales.
Entre tanto, es cada vez más necesaria la obligación ciudadana de no colaboración con el gasto militar. Para ello proponemos la alternativa de la Objeción Fiscal al Gasto Militar en la declaración de la renta. Con ella, un porcentaje, real o simbólico, destinado a gasto militar se dedica a gastos sociales elegidos por el contribuyente. Esta es una campaña pública y política que no pretende defraudar, sino ejercer nuestra soberanía ciudadana en temas de Defensa. Las personas que se declaran objetoras fiscales no quieren ser cómplices de un Gobierno que se preocupa más por financiar la guerra que por atajar los gravísimos problemas sociales y ambientales. Los objetores fiscales no quieren participar de ningún modo en la violencia militar, y rechazan activamente que el dinero de sus impuestos se destine a sufragar las guerras.

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