19 jun 2015

Barcelona: Seis horas de resistencia detienen el desalojo del CSOA La Llamborda del Guinardó

Cuatro activistas se han ligado durante toda la mañana en un bidón de cemento anclado en la primera planta. Los pisos de las plantas superiores han quedado tapiados, pero el juzgado no ha autorizado cerrar el centro social.
Eran las siete de la mañana cuando dos unidades enteras de la Brigada Móvil (2 y 3) han llegado al barrio del Guinardó de Barcelona. La veintena de furgones han cortado calles y varios agentes equipados con escaleras y arietes han reventado puertas y ventanas del centro social okupado y autogestionado La Adoquín. El local está en la calle Amílcar 125 y, parcialmente, es propiedad de la SAREB (banco malo del gobierno español). De hecho, hay dos procedimientos judiciales en curso. El juez que dirige uno de los procedimientos ha ordenado desalojar los pisos superiores del edificio; no así la planta baja, donde desde primera hora había una quincena de personas esperando la llegada de los antidisturbios. En el piso de arriba, cuatro activistas han anclado sus brazos a un gran bidón de cemento. Las manos estaban atadas en el interior de una gran tubería de agua de alta presión y esto ha hecho imposible que los especialistas de la Brigada Móvil, a pesar de disponer de material muy sofisticado, hayan podido separar las manos de las mujeres de la el interior del tubo.

de Forges

El jefe del dispositivo policial ha optado por, una vez desmenuzado el bidón de cemento, bajar las activistas hasta la calle con los brazos dentro de la tubería, una operación arriesgada. Después, las compañeras de las chicas las han acompañado hasta la calle de al lado, donde han podido deshacer el sistema de anclaje y liberarlas sin que sufrieran lesiones. Las seis horas de resistencia han sido efectivas y, a pesar de las presiones orquestadas por los Mossos, el juzgado ha ordenado la retirada del dispositivo sin efectuar el desalojo de la planta baja, donde está la sede del CSOA La Adoquín. Poco antes, un grupo de operarios habían tapiado los accesos a los pisos superiores, que eran viviendas. Aunque no tenían orden judicial para asaltar el centro social, los antidisturbios han entrado forzando los accesos para identificar todas las personas presentes. Cuando han marchado los furgones, la gente concentrada en el exterior ha accedido de nuevo en el centro social, en medio de muestras de alegría.
Durante toda la mañana, una cincuentena de personas se ha concentrado en la calle Amílcar en señal de apoyo, con muchos gritos contra la especulación, en defensa de la vivienda y de crítica en la prensa. Agentes de la unidad E-700 de la Brigada Móvil han grabado selectivamente con videocámara las caras de las activistas del interior y el exterior del edificio, también la de algunos periodistas de medios alternativos. Han convocado una manifestación frente al edificio a las ocho de la tarde.

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