29 nov 2017

Navidad sostenible: ¿Son ecológicos el árbol de Navidad y otros adornos?

Cuando se acerca Diciembre se llenan las tiendas de adornos navideños. ¿Cuál es la postura más ecológica ante la Navidad? ¿Porqué muchos ecologistas ven la Navidad como algo triste? ¿Es ecológico poner un árbol de Navidad?

Árboles de NavidadÁrbol navideño de papel simple.

Cada año el 80% de los árboles comprados para Navidad terminan en la basura. El 20% restante se trasplantan pero prácticamente no sobrevive ninguno, porque esos árboles no son de interior y tras pasar semanas con calefacción y sin sol suficiente, quedan inevitablemente “muy dañados“. Por otra parte, los árboles cultivados consumen multitud de productos químicos (herbicidas, plaguicidas…), además de combustibles fósiles (para su transporte y su cultivo). Es decir, y aunque suene antisistemacomprar el típico árbol de Navidad no es ecológico.
Las alternativas a los árboles de Navidad son muy sencillas:Árboles navideños hechos por niños, ecológicos.
  • Primero, hay que entender que ni el árbol ni ningún adorno hacen la Navidad. La Navidad la hacemos las personas con nuestros actos.
  • Segundo, podemos escoger algún árbol de interior (u otra planta) para cuidarlo todo el año y no apenas un mes (esto se llama responsabilidad).
  • Tercero, tal vez se pueda plantar un árbol autóctono en el exterior para que viva sin el estrés de estar entrando y saliendo de casa.
  • Por último, también podemos fabricar nuestro propio árbol de Navidad con materiales reciclados: papel, cartón, latas, botellas, maderas, tubos de papel higiénico, corchos de botellas… la imaginación no tiene límites y a los niños, que son los reyes de la Navidad, les encantará hacerlo en familia. En Internet hay miles de ideas.

Mascotas de Navidad

El árbol es, para muchos, un objeto más de consumo navideño, junto con mascotas, jerséis o colonias; objetos que acabarán siendo abandonados, devueltos, olvidados en algún cajón o directamente en la basura. Sin duda, hay un límite importante: jamás se deben regalar mascotas a personas que no se comprometan explícitamente y de antemano a cuidarlas durante toda su vida. Un perro es adorable pero requiere unos cuidados diarios durante toda su vida. Si no se conoce o no se asume esa responsabilidad, es mejor regalar otra cosa. Evitaremos así los altísimos índices de abandono de animales: las mascotas que se regalan irresponsablemente en Navidad, se abandonan en verano.
Y por supuesto, si ya has decidido conscientemente que quieres un perro o un gato por Navidad, lo mejor es no comprarlo jamás. Los amigos no se compran, se adoptan.

La Navidad con sencillez ilumina tu interior

Por el propio sentido y origen de la Navidad, es más apropiado vivirla con sencillez. Por supuesto, eso no implica evitar todo tipo de adornos, pero sí no sobrecargar la casa o el trabajo con decoración de productos hechos en China en dudosas condiciones laborales y ambientales. Las empresas podrían regalar algunas horas a sus empleados para que hagan unos pocos adornos navideños con material reciclado.
Además de los productos asiáticos y de plástico, también debemos evitar los adornos eléctricos, pues el consumo energético podemos reservarlo para la calefacción. En caso de que la ilusión por las luces sea inmensa, se puede optar por una decoración modesta y encenderla sólo cuando la miremos. Los balcones con ostentosos adornos y luces encendidas por doquier toda la noche sólo parecen querer presumir de lo inconscientes y vanidosos que son sus moradores.

¿Regalos para todos?

Mientras cerca de nuestra casa haya gente que no tiene ni lo más esencial para vivir (inmigrantes, refugiados, indigentes…), cualquier tipo de gasto excesivo debe ser repensado (lejanos viajes, joyas, ropa innecesaria…). Nos gustaría una Navidad en la que se acepte que sean solo los niños quienes reciban regalos, que todos ellos tengan su regalo, que ninguno reciba muchos, que sean regalos con conciencia (sin pilas, evitando regalos de poco uso, bélicos, sexistas…) y que sean principalmente los padreslos que regalen (los abuelos, tíos, primos… pueden buscar niños sin padres para sus regalos).
Para los adultos, cuando los regalos compartidos son una costumbre demasiado asentada, es bonito recurrir al mejor regalo, la exención de regalo (regalar que no queremos regalos es el más original y ecológico de los regalos). Si buscamos algo material podemos recurrir a productos ecológicos y siempre de comercio justo y responsable. Y también es buena idea preguntar a la persona si quiere un regalo porque, aunque no lo creas, hay mucha gente que no quiere regalos materiales.

¿Qué implica el espíritu navideño?

A la gente que no le gusta la Navidad, lo que no le gusta es esta Navidad, pero se puede vivir de otra forma.
El llamado espíritu navideño es un sentimiento interior de unidad con la familia, de solidaridad con los demás, de alegría por compartir y por pasarlo bien de fiesta, así como de comunión religiosa o espiritual. No debemos permitir que ese espíritu implique olvidar a la biosfera y a la madre Tierra, de la que precisamente salen todos los regalos materiales.

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