6 feb 2018

Pacto histórico para reducir el consumo de azúcares y grasas en España

El consumo de grasas y azúcares por parte de la población sigue siendo excesivo. La concienciación sobre los efectos de este tipo de sustancias en nuestra alimentación ha sido un proceso relativamente nuevo; después de todo, la propia industria del azúcar ocultó los daños de este durante 50 años para proteger sus intereses económicos. Hoy en día, algunas compañías como Coca Cola financian estudios donde se afirma que "la ingesta diaria de azúcares de los españoles y concluye que se consumen menos hidratos de carbono que los límites recomendados".

Sea como fuere, las pruebas de las consecuencias de la inclusión de altos niveles de azúcares en la comida han quedado altamente demostradas: una peor salud mental, obesidad, riesgos de patologías cardiacas... Todo influye.

En aras de lograr la reducción del consumo de grasas y azúcares, especialmente por parte de los más pequeños, el Ministerio de Sanidad y 500 grandes empresas del sector de la alimentación han firmado un acuerdo para reducir el contenido de azúcares añadidos, grasas saturadas y sales que contienen los productos alimenticios más consumidos en España. En línea con una de las solicitudes más repetidas por parte de la Organización Mundial de la Salud, la cual requería la inclusión de mediadas de control o impuestos contra el azúcar, los integrantes de la industria han dejado claros los retos de aquí a tres años.

El 23% de los niños de entre 9 y 6 años tienen sobrepeso y el 18% obesidad
Junto a las empresas fabricantes más destacadas, se han unido a la firma las compañías de distribución de alimentos y bebidas, las patronales de los locales de restauración, los comedores colectivos y vending. Bajo el plan denominado 'Plan para la mejora de la composición de los alimentos y bebidas' iniciado por la ministra de Sanidad, Dolors Montserrat, los firmantes se comprometen a reducir en un 10% los azúcares añadidos antes de 2020 en refrescos, néctares de frutas, productos lácteos y salsas (en las que la mayonesa tendrá que reducir sus tasas en un 18%). La bollería industrial, helados y galletas bajarán una media del 5% únicamente tanto en azúcares como en grasas. Lo cual contrasta con el compromiso del 10% menos de grasas saturadas en platos preparados, salchichas y embutidos.

Las sales añadidas serán las que más reducciones registrarán en los próximos años de entre un 16% para los derivados de la carne hasta el 5% en las salsas.

En todo este proceso, los comercios también han firmado algunos compromisos para poner de su lado en el proceso de la reducción del consumo de sales y grasas. Se reducirá en un 50% el contenido de los sobre de azúcar en los bares y un 33% el de los sobres de sal; además de saleros con menos agujeros, seguido de la promoción de productos con leche desnatada. Las máquinas de vending eliminarán en un 50% su oferta de productos con azúcar y grasas y estarán obligadas a la promoción de artículos más saludables junto a aquellos de alto contenido calórico.

Los colegios, hospitales, empresas y residencias con comedores también están integrados en el nuevo plan de la Ministra. Se comprometen a preparar menús equilibrados con contenidos más saludables en los que se incrementen los platos a la plancha o al horno, bajos en grasas y con más contenidos de legumbres, verduras y frutas. En este último punto, la cuestión de los colegios es la que más preocupa a las instancias públicas. Las últimas cifras estiman que el 23% de los que tienen entre 9 y 6 años tienen sobrepeso y el 18% obesidad. El 53% de los niños en España superan el consumo de azúcar diario.

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