13 ago 2018

Encarceladas por la Guardia Civil y fusiladas por no ceder el turno para coger agua de la fuente "a una señorita"

A Rufina y Beatriz Ubeda Palomares, con 24 y 22 años, las sentenció una de las consideradas "señoritas" del pueblo. Como lavanderas guardaban su turno, para recoger agua de la fuente y no permitieron que aquella mujer privilegiada pasara delante de ellas.

Al día siguiente fueron detenidas por la Guardia Civil y tras varios meses en prisión, fusiladas en el cementerio de Ciudad Real.  Advirtieron a su madre que llevarían consigo un lazo rojo, para que las reconocieran, si algún día buscaban sus restos.

Una familia que vivió un auténtico drama. La madre, viuda y con 9 hijos, fue encarcelada acusada de haber dicho lo que, según su nieta Gloria, sus labios nunca pronunciaron. Mucho dolor que se llevó a la tumba.

Pasó por la cárcel de Ciudad Real y Málaga, aunque finalmente pudo regresar a su pueblo, Malagón, por la mediación de no sabe quien. El entonces director la invitó a conocer la capital malagueña para que no tuviera un mal recuerdo de su estancia allí.

Es la historia del dolor en su máximo grado que vivió esta familia de Malagón que no tienen palabras para agradecer el trabajo desarrollado por la Diputación y los investigadores de la UNED. Gloria asegura que "han podido perdonar", pero no olvidan y pone en valor el homenaje de este martes para hacer justicia a miles de personas que las borraron del mapa de sus vidas.

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