10 nov 2018

“La forma más frecuente de vivir el feminismo es incorporarlo a la vida cotidiana”

Zaragoza ha acogido esta semana las I Jornadas Internacionales Feministas, organizadas por el diario Ctxt y el Ayuntamiento de la ciudad. El objetivo era buscar ideas para cambiar del mundo desde el feminismo, aplicándolo al derecho, al ecologismo, a la economía, a los medios de comunicación... Para conseguirlo, la ponencia inaugural analizaba la situación del feminismo en España, con un  sondeo elaborado por la empresa 40dB que presentó la socióloga Belén Barreiro (Madrid, 1968), ex presidenta del Centro de Investigaciones Sociológicas.
¿Qué datos le han llamado más la atención de este I Barómetro Feminista?
Lo que más me ha llamado la atención es esta mayoría del 52 % de ciudadanos que declara sentirse feminista. Es un dato muy abrumador. Me resulta menos sorprendente que la percepción de las desigualdades sea tan mayoritaria porque ya sabíamos que esa percepción era alta. Es un 82 %, prácticamente una opinión unánime en la sociedad con respecto a la desigualdad entre hombres y mujeres en distintos ámbitos. Al hilo de eso, hemos preguntado también por la comparación de España con países del entorno y, claramente, hay una mayoría que piensa que estamos peor. Es un punto de arranque: considerar que la situación es mala y que estamos peor que en otros países del entorno. También destacaría el reconocimiento de acoso y agresión entre las mujeres, que es un dato muy alto. Una cuarta parte de mujeres reconoce que haber sufrido agresiones. Sin embargo, sólo el 8 % dice que ha dado el paso de denunciar; es otro dato que también me parece relevante.
Ese porcentaje del 52% de españoles que se considera feminista, ¿habría sido imaginable hace un par de años o tres?
No, creo que no. Aunque este barómetro es el primero sobre feminismo y, por tanto, no tenemos modo de hacer comparaciones, sí tenemos las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas. En una de pregunta del CIS, se pide al entrevistado que diga qué ideología considera que tiene. Pues bien, hay un ítem que es "feminismo"; ya en los últimos tres años se veía que crecía el número de personas que se consideran feministas en España, sobre todo, crecía entre los jóvenes. Ahora tenemos una fotografía de cuál es ese sentimiento.
¿Por qué considera que es el primer Barómetro sobre Feminismo?
Cuando la revisa Ctxt nos hizo el encargo, nos dijeron que estaban preparando las jornadas sobre feminismo y que querían que en el congreso estuviera la voz de los ciudadanos. Les parecía que la mejor manera de hacerlo era con un estudio de opinión pública. Nosotros nos pusimos a mirar qué había, qué se sabía ya sobre el asunto… y nos percatamos de que no había nada. Sí hay estudios sobre la mujer, hay preguntas sobre acoso, otras preguntas aisladas... pero no había un estudio integral ni sobre feminismo ni que incorporase en una misma encuesta la percepción de la desigualdad, la percepción del feminismo, las vivencias personales... También sobre feminismo, sobre si es de izquierdas o de derechas, cómo lo vemos, cómo nos sentimos... Sobre todo esto no se había hecho nada.
El Barómetro también planteaba qué significa sentirse feminista, ¿en qué se traduce?
Ahí nos encontramos, que entra en la lógica de otros estudios sobre participación política, que los ciudadanos participan mucho menos. Obviamente la participación implica costes, también de tiempo. Entonces, la participación en acciones concretas es pequeña. Sin embargo, es curioso que, dentro de qué significa sentirse feminista, lo más citado por tres cuartas partes de la población es la incorporación de valores feministas en la vida cotidiana, valores que tienen que ver con la igualdad, con la libertad, con el empoderamiento... eso sería la forma más frecuente de cómo se vive el feminismo.
Belén Barreiro, en la presentación del barómetro feminista
Belén Barreiro, en la presentación del barómetro feminista JUAN MANZANARA / ZARAGOZA
A pesar de esto, la encuesta también refleja que cuesta más reconocer el machismo en el entorno más cercano...
No sé si cuesta más ver esas desigualdades, aunque supongo que sí, que a uno le cuesta reconocer que tiene un padre, una madre o una pareja machista; seguramente porque ahí están los vínculos emocionales. A la vez, llama la atención que, sin embargo, a las mujeres no les cuesta reconocer que han sufrido acoso o agresión cuando se les pregunta específicamente. De hecho, la cifra de acoso, que está en el 63 %, es una cifra altísima. En las respuestas sobre el machismo en entorno cercano, probablemente el juicio de los ciudadanos está mediatizado por el cariño que le tenemos a padres, madres, parejas... reconocer el machismo en los padres o en las parejas es más difícil que reconocer algo que, al fin y al cabo, puede ser responsabilidad de una persona que no es de tu entorno.
Con todo, fijándonos en esas preguntas de otros estudios, ¿consideráis que el barómetro muestra si ha habido avances hacia la igualdad en los últimos años?
Sí, claro, eso ya se da por descontado. La cuestión es qué queda por hacer, que es en lo que insistimos en el estudio, y qué gustaría que se hiciese. En la parte de acción política, hay mayorías abrumadoras que la sociedad es unánime en demandar igualar por ley los salarios, hacer intransferibles los permisos de paternidad y maternidad, introducir valores de género en la formación de los jueces, remunerar el trabajo doméstico... Hay una serie de medidas que reciben un respaldo muy importante. La única medida que tiene menos respaldo -sí es mayoritario entre las mujeres, pero no entre los hombres- es la de transformar el lenguaje cotidiano. Nosotros poníamos el ejemplo de utilizar la palabra "alumnado" en vez de "alumnos"; ahí hay más resistencias, sobre todo, por parte de los hombres.
¿Cree que es un reflejo de esa percepción menor del machismo en el entorno más cercano que comentábamos antes? ¿Cuesta más implicarse en lo que tendríamos que cambiar cada persona individualmente?
Sí, es así. Lo que pasa es que, en lo de la implicación, yo sí creo que hay que tener en cuenta el coste que supone para el ciudadano ir a manifestaciones o implicarse en un movimiento. Eso no se puede tomar como señal de apatía, porque eso es lo normal: los ciudadanos tienen mucho que hacer y las mujeres, las primeras, siempre están muy ocupadas. Por eso, creo que la participación no es un buen indicador de compromiso. Si los ciudadanos aplican más el feminismo a su vida cotidiana, también está bien.
Con todas estas preguntas, el barómetro se planteaba si el feminismo es una realidad o una burbuja. ¿Cuál es la respuesta?
Que es una realidad, porque además un dato muy significativo es que cuando se cruzan las preguntas con distintas variables, vemos que hay más impulso del feminismo entre los jóvenes. Los jóvenes, cuando prende en ellos una tendencia, es para quedarse porque son los que impulsan los cambios sociales y de mentalidad
Entonces, ¿el Barómetro confirma que el feminismo actual no es una moda, sino una cuarta ola?
Es una moda en el sentido de que es un valor al alza. Como todo, puede tener distintas evoluciones. Pero insisto en que es muy significativo que esté más arraigado entre los jóvenes.

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