La compañía ha alegado el consejo de la policía como motivo de suspensión de la operación, informando que las reanudará "en cuanto sea seguro hacerlo".
El foque de las protestas ha sido el pueblo de Balcombe, a 50 kilómetros (30 millas) al sur de Londres donde la compañía tenía previsto ejercer el 'fracking', un método de extracción natural que utiliza agua a presión con productos químicos para ampliar las fracturas en el sustrato rocoso con el fin de extracción de gas de esquicio.
Las protestas promovidas por los ambientalistas y apoyadas por los vecinos de Balcombe se desataron a finales de julio por el motivo de riesgos del 'fracking', de la contaminación de los acuíferos y los movimientos sísmicos.
"Formamos una cadena humana para bloquear el tráfico en London Road e impedir el inicio de las prospecciones", declaró el activista Andrew West, del grupo Frack Off al principio de las protestas en las que 14 personas fueron detenidas. "La policía empezó a detener sin previo aviso a la gente que protestaba pacíficamente. Todo fue muy rápido", añadió.
Lawrence Caster, responsable de Energía de Greenpeace ha criticado a su vez la decisión del Gobierno inglés para conceder el permiso de tal proyecto a la compañía Cuadrilla Resources "Estamos en los preámbulos de una masiva industrialización del campo si no lo evitamos a tiempo, con caravanas de camiones cargando con agua contaminada por nuestras carreteras", advirtió.
Aun así, la noticia de la suspensión del proyecto ha animado a los activistas "El anuncio de Cuadrilla de que cesará la perforación es ya una victoria para nosotros, pero es solamente el comienzo", dijo uno de los manifestantes, Luke Johnson. "Queremos estar seguros que no habrá fractura (hidráulica) en Balcombe, o en ningún otro lugar".
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