El pasado 20 de junio la policía mexicana reprimió una manifestación de maestros en Oaxaca, acabó con la vida de 11 docentes y dejó otros 94 heridos. El titular del diario El País sobre la masacre realizada por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado del presidente Enrique Peña Nieto fue el siguiente: “El choque entre policías y maestros radicales acaba con un baño de sangre en México”. La cobertura dada por El País a la reforma educativa ha sido constante y en los mismos términos desde que comenzó el conflicto.
No es la primera vez que el diario llama radicales o rebeldes a los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación que protestan contra la reforma educativa de Peña Nieto.
A pesar del calificativo recurrente para denostar la protesta de los maestros, los hechos no estaban nada claros. El enviado especial de El País en Nochixtlán (Oaxaca) reconocía en un vídeo que no se conocían los extremos de lo que ocurrió, pero que en cualquier caso la versión federal era que un grupo no adscrito a los maestros de la CNTE (Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación) había abierto fuego y la policía respondió. Una versión que se aleja de la que ofrecía el colectivo de maestros, que expresó que el tiroteo partió únicamente de la policía. En cualquiera de las dos versiones ofrecidas por el corresponsal en ningún caso se alude a la posible culpabilidad de los maestros que se manifestaron.
Paradójicamente, el gobernador actual de Oaxaca, Gabino Cue, pertenece a una coalición de partidos de izquierdas llamada Coalición Unidos por la Paz y contraria al PRI de Peña Nieto, una circunstancia que podría haber cambiado el enfoque editorial de El País si no fuera porque en la represión participaron fuerzas federales bajo el mando del gobierno estatal. La línea editorial que el medio ha tenido con México se caracteriza por ser fiel seguidora de la gestión y el ejecutivo de Peña Nieto. Su defensa de la reforma educativa y ataque a los trabajadores de la CNTE queda en evidencia en este artículo publicado en mayo, antes de los sucesos, que se refiere a la reforma educativa en términos elogiosos: “La reforma, para un país que se sitúa en el último lugar de la OCDE en resultados educativos, es vista como una puerta al futuro”, además de mostrar a los maestros de la CNTE como izquierdistas radicales que sólo quieren mantener sus privilegios.
Un editorial de El País de septiembre de 2013 titulado México Reformista se mostraba de manera inequívoca a favor de la reforma educativa que quería poner en marcha Enrique Peña Nieto:
“Otra reforma, la educativa, promulgada finalmente esta semana, mantiene a los maestros en pie de guerra desde hace meses. La actitud irreductible de los docentes —choques con la policía, acampada masiva en el centro de la capital— no invalida la justeza del planteamiento gubernamental. La modernización de México no es posible mientras los puestos de trabajo en el magisterio sean ocasionalmente hereditarios u objeto de compraventa o su titularidad decidida por unos sindicatos corruptos, para los que constituye anatema, por ejemplo, la evaluación regular de los profesores”.
La apuesta del diario de Juan Luis Cebrián por el actual presidente mexicano ha sido total. El evento que Prisa realizó cuando el presidente de México visitó España en junio de 2014 no deja lugar a la interpretación. El foro que organizó El País se llamó “México, reformar para crecer” y contó con la presencia como ponentes del propio Enrique Peña Nieto, además de Ildefonso Guajardo, secretario de Estado de Economía de México, y de Luis Videgaray, secretario de Hacienda y crédito público de México.
El encuentro contó con el patrocinio de Acciona, Iberdrola, BBVA, Ferrovial, Indra y Telefónica, y tuvo como objeto propagandístico loar todas las reformas que el mandatario centraomericano había llevado a cabo y llevaría en el futuro, además dey servir de plataforma para las empresas inversoras en el país latinoamericano como muestra el suplemento de oportunidades de inversión que acompañó el dossier. Asimismo, se publicó un editorial titulado Valor para reformar, en el que también se hizo énfasis en la reforma educativa: “Monopolios públicos y privados que se resisten a perder privilegios; sindicatos que en la práctica tienen privatizados sectores clave como la educación”.
El País ha mostrado un apoyo sin fisuras al líder mexicano desde que en 2011 Enrique Peña Nieto se postuló para presidente. Siendo un simple candidato, ese mismo año, el diario publicó en su portada española una entrevista con él. Los ataques habituales del periódico de Cebrián al izquierdista Andrés Manuel López Obrador, su rival en aquella carrera electoral, con editoriales tan poco disimulados como Obrador es un lastre, dejan claro cuál era la posición del periódico del grupo Prisa, con importantes intereses accionariales por parte de empresarios mexicanos muy próximos al PRI de Peña Nieto.
El accionariado mexicano en El País, Roberto Alcántara y el grupo Herradura
El País posee muchos intereses en México a nivel accionarial. El conocido magnate Carlos Slim posee el 1,98% de las acciones del Grupo Prisa. Pero sin duda destaca el mayor accionista individual del grupo, Roberto Alcántara Rojas, quien a través del Grupo Herradura controla el 9,3% del periódico. Alcántara es dueño de VivaAerobús y director general del Grupo Toluca, dedicado al transporte terrestre. El empresario está muy unido a Enrique Peña Nieto, tanto en lo personal y político como en lo económico.
Roberto Alcántara entró en el accionariado de El País poco después de que el gobierno de Enrique Peña Nieto le concediera los contratos, por valor de 4.000 millones de pesos, del cobro electrónico de los peajes en las carreteras operadas por la empresa pública mexicana, el llamado telepeaje IAVE. La concesión estuvo empañada por la sospecha de que el contrato había sido manipulado por el ejecutivo de Enrique Peña Nieto para favorecer a la empresa de Roberto Alcántara.
Roberto Alcántara y su relación con Oaxaca
La proximidad del accionista de El País con Enrique Peña Nieto alcanza muchos niveles y llega al estado de Oaxaca, lugar donde se produjo la masacre de maestros. Alejandro Murat, hijo de José Murat, exgobernador de Oaxaca, está casado con Aurora Alcántara, hermana de Roberto Alcántara Rojas.Alejandro Murat fue elegido gobernador de Oaxaca el pasado 13 de junio, [aunque no tomará posesión del cargo hasta el próximo 1 de diciembre]. Murat es un hombre muy cercano a Enrique Peña Nieto, además de ser sobrino de Roberto Alcántara Rojas.
La relación entre los Alcántara y los Peña Nieto se remonta a sus orígenes en Acambay, una población de 56.000 habitantes. Sus respectivas familias pertenecían a las élites predominantes de la población. El abuelo del presidente mexicano fue alcalde en cuatro ocasiones. Por su parte, Manuel Alcántara, abuelo del accionista de Prisa, fue presidente del municipio en 1927, cargo que repetiría su hijo, Jesús Alcántara Miranda, en los años 50. Además, Jesús Alcántara Núñez, familiar próximo de Roberto Alcántara, llegó a ser el suplente de Enrique Peña Nieto en el Congreso Local cuando era diputado en la región de Atlacomulco.
Los intereses de Prisa en México
La presencia del Grupo Prisa es multidisciplinar. En octubre de 2014, tras la llegada de Roberto Alcántara al accionariado con sus 100 millones de euros de capital, se produjo un evento para celebrar la estrecha relación de Prisa con México, que posee inversiones en medios de comunicación y el mundo editorial. Sin olvidar que el expresidente de México, Ernesto Zedillo (PRI) también forma parte del consejo de administración.
El Grupo Prisa se encuentra asociado en México con Televisa, el imperio mediático que alzó al poder a Enrique Peña Nieto. Según publicó The Guardian en 2012 , Televisa encargó vídeos para desacreditar a los rivales de Peña Nieto en la carrera electoral. La unidad dentro del canal destinada a favorecer al actual presidente tenía un nombre en clave llamado “equipo Handcock”.
El interés de El País en la reforma educativa es comprensible por poseer grandes intereses en el sector a través de la editorial Santillana que, junto con su filial de textos educativos Editorial Nuevo México, tiene una gran implantación en el sistema educativo mexicano. Sirva como ejemplo que de los 405 libros de textos autorizados en México en Secundaria para este curso, 56 pertenecen a filiales del Grupo Prisa.Además, este grupo consiguió multitud de contratos con el gobierno de México a través de la Secretaría de Educación Pública (SEP) con el programa de libros gratuitos CONALITEG.
Pero, sin duda, donde quedan más en evidencia los intereses del Grupo Prisa en la reforma educativa en México es en el “Sistema Uno Internacional”, un método de enseñanza propiedad del grupo Santillana que busca ser instaurado en la educación pública mexicana. En una entrevista en El Economista de México, su director, Ricardo Rubio, admitía que el sistema todavía no había sido implementado en las escuelas públicas mexicanas pero sí en las privadas. Rubio achacó el problema a los sindicatos de la educación: “Burocracia, el sindicato… Todo ha sido un problema, pero sin duda lo exitoso del modelo en la educación privada será un ejemplo y un día podremos entrar”.
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