La asociación francesa Étique sur l’etiquette, miembro de las internacionales Clean Clothes Campaign y de Good Electronics, dedicadas todas ellas a promover una cultura empresarial de respecto a los derechos humanos y al medioambiente, y del derecho a que los consumidores estén informados sobre el compromiso social de los fabricantes de los productos que consumen, ha aprovechado el mundial de fútbol que comienza mañana en Rusia para denunciar las malas prácticas de los gigantes de las prendas deportivas, Adidas y Nike, y sus políticas de promoción.
Étique sur l’etiquette ha publicado un segundo informe, el primero es de 2016 y salió poco antes del campeonato europeo de selecciones de fútbol, al que ha llamado el antijuego de estos patrocinadores de ídolos deportivos y selecciones nacionales, en el que se muestran extraordinariamente dadivosos con los Nadal, Federer, Messi o Cristiano, y muchos más, y sin embargo marginan a sus trabajadores.
Recuerda este informe que Nike y Adidas se reparten el 60% del mercado europeo de artículos y equipaciones deportivas, cuyo mercado mundial supera los 17.000 millones de euros anuales, una cifra que se ha duplicado en 10 años. Un negocio fabuloso para las grandes marcas, así que Nike es la quinta empresa que más ha subido en Bolsa en Wall Street en 10 años, por delante incluso de Google, y ha triplicado el dividendo en ese período.
Esta progresión de la marca estadounidense y de la alemana, que es similar, la han conseguido con una política de patrocinios muy ambiciosa, gastando sumas fabulosas en asociar las marcas Nike y Adidas a famosos deportistas y otras celebridades del mundo mediático de manera que están omnipresentes en el espacio multimedia, y ahorrando todo lo que pueden y más en los costes de producción, incluyendo obviamente los de los recursos humanos. Empezaron montando fábricas en China, pero en cuanto los trabajadores de este país comienzan a tener salarios más dignos, se han ido a otros países asiáticos como Indonesia, Camboya o Vietnam, donde el salario medio no llega al 70% del salario vital (el que cubre las necesidades de una familia).
Adidas incluso ha montado una fábrica nueva en Alemania totalmente robotizada. La multinacional alemana justificó su abandono de China a los autores del informe en la dificultad de conseguir mano de obra cualificada cuando ante los inversores ha realizado presentaciones financieras en las que habla del reto de afrontar el fin de la mano de obra barata en el coloso asiático.
Dice el informe Anti-jeu que en el periodo que va de 1995 a 2017 el ingreso que revierte a los trabajadores de fábrica de la venta de una zapatilla de deportes ha bajado un 30%. En una camiseta de Adidas de la copa del mundo vendida a 90 euros, la parte salarial se lleva solamente 80 céntimos y el beneficio para la empresa es de 18 euros. El ídolo del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, gana en un día lo que un asalariado europeo que cobre un salario mínimo medio tarda 6 años. El mismo informe subraya que si Adidas y Nike hubieran gastado en promoción y patrocinio lo mismo que en 2012, un millón de trabajadores de Asia habrían percibido un salario vital durante un año.
Messi cobra 11 millones más de lo que Adidas pagaba a Zidane
Son cifras escandalosas, que Nike y Adidas dejan de lado y se limitan en sus informes de responsabilidad social corporativa a destacar que sus asalariados ganan en los países donde trabajan por encima del salario medio y que en las fábricas donde se fabrican sus productos se les exige que cumplan con los parámetros estipulados por la Organización Internacional del Trabajo. Sin embargo, es obvio que si estas empresas no mirasen tanto por el dividendo de los accionistas y las desorbitantes sumas que pagan fomentando la idolatría, los salarios de quienes trabajan en sus fábricas serían más dignos.
Adidas firmó con la selección alemana, actual campeona del mundo, y aquí también habría que exigir más responsabilidad social a las federaciones, un contrato por el que paga 65 millones anuales para que la selección lleve su equipaje. Esta cifra triplicó la del contrato anterior. De las 32 selecciones que participan en el mundial, 22 utilizan Adidas o Nike.
Para hacerse una idea del desmadre, la asociación desvela que Messi cobra 11 millones más de Adidas de lo que la multinacional alemana pagaba a Zinedine Zidane hace 15 años, una cantidad que, recuerda el informe, permitiría que más de 50.000 trabajadores vietnamitas tuvieran un salario digno. Si estas marcas gastasen este año en patrocinio lo mismo que en 2015, el ahorro estimado por el informe sería de casi 230 millones de euros, una cantidad que permitiría que un millón de trabajadores asiáticos completasen su salario hasta alcanzar un nivel digno.
Los autores del informe denuncian la hipocresía de los valores que estas marcas venden con sus estrategias de marketing, del esfuerzo como vector fundamental para alcanzar el éxito y los valores humanos del deporte, cuando el porcentaje del coste salarial para fabricar las zapatillas deportivas no supera el 2,5& y aún es menor, del 1% el de las camisetas.
Étique sur l’etiquette ha publicado un segundo informe, el primero es de 2016 y salió poco antes del campeonato europeo de selecciones de fútbol, al que ha llamado el antijuego de estos patrocinadores de ídolos deportivos y selecciones nacionales, en el que se muestran extraordinariamente dadivosos con los Nadal, Federer, Messi o Cristiano, y muchos más, y sin embargo marginan a sus trabajadores.
Recuerda este informe que Nike y Adidas se reparten el 60% del mercado europeo de artículos y equipaciones deportivas, cuyo mercado mundial supera los 17.000 millones de euros anuales, una cifra que se ha duplicado en 10 años. Un negocio fabuloso para las grandes marcas, así que Nike es la quinta empresa que más ha subido en Bolsa en Wall Street en 10 años, por delante incluso de Google, y ha triplicado el dividendo en ese período.
Esta progresión de la marca estadounidense y de la alemana, que es similar, la han conseguido con una política de patrocinios muy ambiciosa, gastando sumas fabulosas en asociar las marcas Nike y Adidas a famosos deportistas y otras celebridades del mundo mediático de manera que están omnipresentes en el espacio multimedia, y ahorrando todo lo que pueden y más en los costes de producción, incluyendo obviamente los de los recursos humanos. Empezaron montando fábricas en China, pero en cuanto los trabajadores de este país comienzan a tener salarios más dignos, se han ido a otros países asiáticos como Indonesia, Camboya o Vietnam, donde el salario medio no llega al 70% del salario vital (el que cubre las necesidades de una familia).
Adidas incluso ha montado una fábrica nueva en Alemania totalmente robotizada. La multinacional alemana justificó su abandono de China a los autores del informe en la dificultad de conseguir mano de obra cualificada cuando ante los inversores ha realizado presentaciones financieras en las que habla del reto de afrontar el fin de la mano de obra barata en el coloso asiático.
Dice el informe Anti-jeu que en el periodo que va de 1995 a 2017 el ingreso que revierte a los trabajadores de fábrica de la venta de una zapatilla de deportes ha bajado un 30%. En una camiseta de Adidas de la copa del mundo vendida a 90 euros, la parte salarial se lleva solamente 80 céntimos y el beneficio para la empresa es de 18 euros. El ídolo del Real Madrid, Cristiano Ronaldo, gana en un día lo que un asalariado europeo que cobre un salario mínimo medio tarda 6 años. El mismo informe subraya que si Adidas y Nike hubieran gastado en promoción y patrocinio lo mismo que en 2012, un millón de trabajadores de Asia habrían percibido un salario vital durante un año.
Messi cobra 11 millones más de lo que Adidas pagaba a Zidane
Son cifras escandalosas, que Nike y Adidas dejan de lado y se limitan en sus informes de responsabilidad social corporativa a destacar que sus asalariados ganan en los países donde trabajan por encima del salario medio y que en las fábricas donde se fabrican sus productos se les exige que cumplan con los parámetros estipulados por la Organización Internacional del Trabajo. Sin embargo, es obvio que si estas empresas no mirasen tanto por el dividendo de los accionistas y las desorbitantes sumas que pagan fomentando la idolatría, los salarios de quienes trabajan en sus fábricas serían más dignos.
Adidas firmó con la selección alemana, actual campeona del mundo, y aquí también habría que exigir más responsabilidad social a las federaciones, un contrato por el que paga 65 millones anuales para que la selección lleve su equipaje. Esta cifra triplicó la del contrato anterior. De las 32 selecciones que participan en el mundial, 22 utilizan Adidas o Nike.
Para hacerse una idea del desmadre, la asociación desvela que Messi cobra 11 millones más de Adidas de lo que la multinacional alemana pagaba a Zinedine Zidane hace 15 años, una cantidad que, recuerda el informe, permitiría que más de 50.000 trabajadores vietnamitas tuvieran un salario digno. Si estas marcas gastasen este año en patrocinio lo mismo que en 2015, el ahorro estimado por el informe sería de casi 230 millones de euros, una cantidad que permitiría que un millón de trabajadores asiáticos completasen su salario hasta alcanzar un nivel digno.
Los autores del informe denuncian la hipocresía de los valores que estas marcas venden con sus estrategias de marketing, del esfuerzo como vector fundamental para alcanzar el éxito y los valores humanos del deporte, cuando el porcentaje del coste salarial para fabricar las zapatillas deportivas no supera el 2,5& y aún es menor, del 1% el de las camisetas.
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