fuente: http://silviadelgadofuentes.blogspot.com.es/
Espero que ni uno sólo de los trabajadores que votaron a los que hoy mandan, diga que se ha sentido engañado.
Espero que estén conformes, convencidos, alegres con Mariano y su coral de mercenarios.
También espero que no se pongan enfermos, a no ser que crean que abrirán para ellos los hospitales que están cerrando.
Les deseo unos hijos ya crecidos porque de no ser así, pobres de aquellos que los tengan estudiando.
Pienso que no son ni funcionarios, ni maestros, ni periodistas, ni fontaneros, ni costureras, ni amas de casa, ni jubilados, ni viudas, ni poetas, ni campesinos, ni comerciantes, ni tenderos, ni parados.
Supongo que las facturas las pagarán a precios de antaño, que en los bancos les darán crédito, que nunca serán desahuciados.
Sospecho que se sentirán cómodos con el gobierno que han elegido, que hace lo que imaginaron, que les mira con candor, que no les ha estafado.
Creo que todos esos trabajadores que les votaron, pensarán que lo correcto es armar a las jaurías, por si acaso, que los correcto es proteger a la banca, a la iglesia, a la justicia que se inclina siempre hacia el mismo lado, que está bien eso de cobrar por una cadera, por una ambulancia, por unos pañales, que la democracia debe pasar la cuenta a los que enferman demasiado.
En fin, les deseo a estos votantes que no tengan un rato de descanso para pensar que han elegido a unos verdugos que ejercerán su profesión durante cuatro eternos años.
Y espero también que cuando decidan cambiarse de bando, no opten, por los verdugos travestidos que eligieron no hace tanto.
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