28 dic 2013

Lo que ganaba una estrella del fútbol en 1980 y lo que gana ahora

La desigualdad entre los más ricos y los más pobres no deja de aumentar en todo el mundo. El directivo medio en Estados Unidos gana 104 veces lo que su trabajador, cuando esa diferencia era de 25 veces en los años 70, tal y como muestra este gráfico de The New York Times. En el caso de los salarios poco puede hacer el trabajador para reducir esa diferencia: los convenios (cada vez menos colectivos) y los impuestos (cada vez menos redistributivos) no hacen sino agrandar el abismo entre pudientes y no pudientes.
Pero otra parte sustancial de ese abismo está motivada por decisiones individuales. Cuando 80.000 personas abarrotan el estadio Bernabéu o el Nou Camp para jalear a 22 multimillonarios se está produciendo una transferencia automática desde los menos pudientes a los más, igual que cuando vamos a ver una película de Van Damme o compramos un disco de Justin Bieber.
El gráfico de arriba muestra el enorme incremento de los sueldos relativos de dos estrellas del balompié de sus respectivas épocas. Pocos se acuerdan hoy de Laurie Cunningahn, ‘la Perla Negra’, pero en su día –en los años previos a la eclosión de la ‘Quinta del Buitre’- fue el fichaje más caro de la historia del Real Madrid: 175 millones de pesetas de la época, cobrando el jugador inglés 13 millones de pesetas (90.000 euros) por temporada. El salario mínimo en 1980 era equivalente a 136 euros. Por tanto, Cunningahm ganaba el equivalente a 55 sueldos mínimos.


Treinta años (y sólo cuatro  tres Copas de Europa después), el Real Madrid se hacía con los servicios de Cristiano Ronaldo, como es bien sabido, el fichaje más caro de la historia del fútbol. El sueldo anual del ariete luso es prácticamente el mismo de Cunningahm…en euros, eso es, casi 166 veces mayor. Entre tanto, el salario mínimo apenas se ha multiplicado por 5 en el período. De resultas, Ronaldo gana el equivalente a 1.688 trabajadores que cobren el salario mínimo, sin contar los muchos miles más que saldrían si sumáramos su infinidad de contratos publicitarios.

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