El Equipo de Investigaciones de Igualdad Animal ha llevado a cabo durante un año una investigación pionera en los zoos más importantes de España. Varios activistas han documentado la vida que padecen los animales esclavizados en los zoos.
Los zoos, al contrario de lo que mucha gente se imagina, son centros donde los animales sufren y padecen todo tipo de privaciones. A los animales en los zoos se les enjaula de por vida privándoles de la posibilidad de desarrollarse según sus intereses y necesidades. Apenas pueden relacionarse con otros animales de su misma especie. Muchos de ellos conviven al lado de sus propios depredadores o entre sus propios excrementos en un continuo estado de angustia. Nuestra investigación así lo ha constatado.
Como ejemplo de lo terrible que es la vida de los animales en los zoos, un activista de Igualdad Animal documentó durante días y con cámara oculta el suplicio de "Chata", una bebé leona que enfermó en el zoo de Sevilla y que acabo muriendo sin atención veterinaria debido a las condiciones de explotación.
La función educativa de los zoos en entredicho.
La supuesta función educativa de los zoos debe ser puesta en entredicho si queremos avanzar a construir una sociedad justa y equitativa. El comportamiento que muestran los animales en los zoos es el propio de cualquier animal en cautiverio y por lo tanto los zoos no acercan a los niños a los animales muy al contrario distorsionan su visión de estos. Si queremos infundirles valores como el respeto hacia los demás deberíamos empezar por no llevarles a sitios donde los animales son esclavizados y enjaulados de por vida como en el caso de los zoos.
Si te importan los animales no vayas al zoo. Educa a tus hijos en el respeto.
En los zoos los animales sufren, se deprimen, enloquecen, se hieren entre ellos, padecen enfermedades, pasan hambre, pasan frío y calor extremo, en definitiva no pueden vivir como desearían. En los zoos los animales son ridiculizados en penosos espectáculos, sometidos al estrés del griterío de los niños que no comprenden, de las continuas fotos y flashes, y de los centenares o incluso miles de personas que pasan cada día por delante de sus jaulas a observar su comportamiento en cautiverio.
Si te importan los animales no vayas al zoo. Educa a tus hijos en el verdadero respeto por los animales.
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