Sólo podía pasar en España. En el país referencia en jóvenes que tienen que emigrar porque no encuentran empleo, o porque el que hay es demasiado precario para sobrevivir. En el segundo país de la Unión Europea (UE) con la tasa de paro más alta -sólo por detrás de Grecia, según Eurostat-. Donde hay más jóvenes desempleados y sólo uno de cada cuatro menores de 30 años vive por su cuenta. Sólo en un país así, el Gobierno podría aplicar una reforma fiscal con la que los despedidos tienen que pagar a Hacienda una parte de su indemnización, y con la que se elimina la deducción de IRPF por alquiler de vivienda.
Estas son las dos medidas que permanecían escondidas entre los 400 folios del proyecto que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ha vendido como una bajada general de impuestos de cara a la equidad fiscal y que comenzará a aplicarse en 2015, cuando se celebrarán las elecciones municipales, autonómicas y generales, aunque según Luis de Guindos, mnistro de Economía y Competitividad, no busca votos.
En primer lugar, las indemnizaciones por despido de más de 2.000 euros por año trabajado -es decir, la mayoría- tendrán que pagar IRPF en función del salario anual del contribuyente. La novedad ha cogido totalmente a contrapié a los sindicatos, que según han explicado, lo desconocían. "Montoro no nos advirtió sobre esto en nuestro encuentro de la pasada semana ni tampoco hizo referencia a ello durante la rueda de prensa del viernes", critica el secretario de Protección Social de CCOO, Carlos Bravo. Para este sindicalista, "este gravamen no tiene ningún sentido, ya que no supone ninguna mejora en la recaudación".
El Gobierno estimaba en los Presupuestos Generales de 2014 que el Estado dejaría de ingresar 137,34 millones por la exención fiscal de las indemnizaciones por despido, un 0,9% del total dejado de recaudar por distintos beneficios fiscales, y que beneficiaba a1,189 millones de contribuyentes. Con la nueva medida, estima Bravo, "lo que el Gobierno puede mejorar la recaudación es nada, a lo sumo unos 70 millones más; y aún así se lo hace pagar a la gente que pierde su empleo", y recuerda que esto hay que sumarlo a los distintos recortes que el Ejecutivo ha ido poniendo a las prestaciones por desempleo.
Montoro, el 'Robin Hood' a la inversa
La bajada general de impuestos recuerda al cuento de Robin Hood, pero a la inversa. Pagarán menos tanto las rentas altas como las bajas, y también se reduce del 30% al 25% el impuesto de sociedades. Pero el agujero que dejará en la recaudación tendrá que taparse con otras imposiciones que notarán más las clases medias.
Los propietarios de viviendas, grandes beneficiados de la reforma fiscal
Otro ejemplo es la eliminación de la deducción de IRPF por alquiler de vivienda, una medida orientada sobre todo a la población joven, que no puede permitirse una hipoteca. Entra en vigor a partir de enero de 2015, y su objetivo es homogeneizar el tratamiento fiscal entre el alquiler y la compra de la vivienda habitual, después de que se eliminara la desgravación para las compras posteriores al 1 de enero de 2013. Los que mantengan su contrato podrán seguir desgravándolo, al igual que quienes compraron su casa antes del 1 de enero de 2012. Los propietarios, que parecen los más beneficiados, seguirán deduciéndose un 15% de su hipoteca, hasta 9.015 euros al año, una medida que beneficia a seis millones de contribuyentes. Mientras los salarios bajan y el empleo es cada vez más precario, el Gobierno hace más difícil que los jóvenes se emancipen alquilando una casa.
¿Cuánto nos ahorramos con la reforma?
Gestha estima que cada contribuyente ahorrorá 170 euros de media al año
Pero ¿Cuánto va a suponer esa reducción del IRPF? Depende. Según el sindicato de técnicos de Hacienda, Gestha, equivale a unos 170 euros al año por cada uno de los 19,3 millones de contribuyentes que hay en España aproximadamente. Sin embargo, ese ahorro será de cerca de 2.200 euros para las alrededor de 250.000 personas con una renta anual de más de 90.000 euros, en total su rebaja de tipos del IRPF supondrá unos 500 millones de euros.
La idea de que esta medida del Ejecutivo beneficia más a las grandes fortunas y empresas que al ciudadano de a pié está calando cada vez más. La ONG Inermón Oxfan ha denunciado que el proyecto de Montoro no hará sino aumentar la brecha entre ricos y pobres. Algo que sólo podía pasar en el país donde más se ha incrementado desde que estalló la crisis, en el país más desigual OCDE.
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