Repsol sostiene que, en caso de producirse el peor de los accidentes imaginables durante sus prospecciones en el Atlántico, que el pozo se descontrole y no se pueda tomar medida alguna, las Islas Canarias recibirían el 5,85% de los vertidos y el 26,2% impactaría contra la costa marroquí.
El Ministerio de Medio Ambiente ha publicado este martes en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la declaración de impacto favorable que se ha concedido al proyecto de Repsol para buscar hidrocarburos en las aguas que separan Canarias de Marruecos, un documento de 41 folios que examina los riesgos intrínsecos de esa actividad y los derivados de un potencial accidente durante la perforación.
La compañía petrolera describe como el peor escenario posible el derrame producido por un descontrol del pozo, supuesto que podría producir un derrame al mar de hasta 3.000 barriles de crudo diarios. Pero la probabilidad de que eso ocurra, precisa la empresa, es muy pequeña, de 0,0000282 unidades.
El Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex) del Ministerio de Medio Ambiente coincide en que ese es el peor escenario, pero opina que Repsol ha infravalorado su probabilidad, que, a su juicio, sería cien veces mayor: de 0,003 unidades.
Para este organismo público, Fuerteventura es la isla más expuesta a esas 3 milésimas de riesgo potencial de que ocurra un derrame masivo por descontrol del pozo que acabe contaminando la costa (le corresponde el 93,7 % del riesgo), seguida de Gran Canaria (6,0 % del riesgo) y Lanzarote (0,3 % del riesgo).
Repsol presenta también en su declaración de impacto una estimación de cuál sería la trayectoria de un potencial derrame en las zonas de perforación, siempre en el peor caso posible y si no se tomase ningún tipo de medida de contención tras el accidente.
"En los peores casos de blowout, la cantidad máxima de hidrocarburo que podría alcanzar la costa africana, si no se ejecutasen al menos las medidas correctoras previstas en el estudio de impacto ambiental, es del orden del 26,2% del volumen total derramado, mientras que para la costa canaria sería del orden del 5,85%", asegura la compañía, en la información que recoge el BOE.
En ese escenario, Repsol plantea que el peor accidente posible tendría para Fuerteventura un riesgo ambiental "medio" y un riesgo social "alto", mientras que Lanzarote y Gran Canaria estarían expuestas a riesgos sociales y ambientales "bajos", en ambos casos.
La declaración de impacto aprobada por el Ministerio de Medio Ambiente, con las correspondientes condiciones que deberá cumplir la empresa para llevar a cabo sus trabajos, subraya que los puntos de perforación planteados por Repsol están fuera de todos los espacios protegidos existentes y también del futuro lugar de interés comunitario (LIC) del Espacio Marino del Oriente y Sur de Lanzarote.
Los puntos de perforación distan del perímetro de ese posible LIC -que aún se encuentra en tramitación- entre 11,3 kilómetros, el más cercano (Chirimoya 1), y 16,6 Km, el más lejano (Sandía 1).
En cuanto a los espacios protegidos ya existentes, Medio Ambiente constata que los más próximos -cuatro zonas de especial protección para aves de Lanzarote y Fuerteventura- están a más de 50 Km.
La declaración de impacto también recoge la importancia que las aguas que circundan Canarias tienen para los cetáceos, ya que en ellas viven 28 especies de este tipo de mamíferos marinos.
Por ello, establece una serie de requisitos de reducción de ruidos y fija un perímetro de un kilómetro alrededor del punto de barco de perforación en el que deberán adoptarse medidas de avistamiento de cetáceos.
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