El semanario La Directa tiene una larga trayectoria fiscalizando todo lo que tiene que ver con las cuerpos de seguridad. Sus coberturas de casos como el de Patricia Heras o el de Esther Quintana y las balas de goma han sido decisivas. Ahora, y en torno a este caso de corrupción policial, La Directa vuelve a ir más allá de lo que explican los grandes diarios de la ciudad. A lo largo de los últimos días La Directa ha publicado algunas de las conversaciones intervenidas a lo largo de la investigación. Unas conversaciones que parecen sacadas del guión de Torrente. Harían gracia si no fuera una realidad extremadamente preocupante.
A.D.F. · Todo comenzó a finales de 2013 cuando una ex trabajadora de un prostíbulo de Barcelona denunció que los dueños de varios locales drogaban los clientes para robarles. A raíz de esta denuncia se pusieron en marcha las investigaciones que han dejado al descubierto una trama donde están implicados empresarios del ocio nocturno, agentes de policía y, incluso, altos mandos de la Guardia Urbana de Barcelona.
Teléfonos pinchados
En una primera fase de la investigación el juzgado 10 de Barcelona pinchó los teléfonos de varios empresarios y descubrió una presunta red de blanqueo de dinero procedente de dos locales de prostitución: el Night Club y el Fuego. El propietario de estos dos locales es Juan Balcells. A raíz de este descubrimiento Balcells y su socio, Carlos Caballero, fueron detenidos.
Alerta: inspección
Pero aparte del blanqueo de dinero, las conversaciones telefónicas interceptadas permitieron descubrir las estrechas relaciones de los empresarios con varios agentes y mandos de la Guardia Urbana de Barcelona.
Así, un cabo y tres agentes del cuerpo fueron arrestados bajo la acusación de haber alertado a los dueños de los prostíbulos de futuras inspecciones a cambio de dinero. Pero las escuchas telefónicas permitieron descubrir que los contactos con la Guardia Urbana no se limitaban a simples cabos y agentes sino que llegaban a altos puestos de mando.
Hermanos policía
Es el caso de Jesús H., máximo responsable de la División de Coordinación y de su hermano, Agustín H., mando de la Unidad Nocturna Operativa que han sido imputados por supuestos tratos de favor a uno de los prostíbulos investigados. Según el sumario, los mandos ayudaron Carlos Caballero solucionar unos trámites municipales relacionados con la instalación de un aparato de aire acondicionado de grandes dimensiones que necesitaba cortar la calle. Las investigaciones también recogen las gestiones que habrían hecho los dos hermanos ante las quejas de Caballero sobre una furgoneta policial que rondaba sus locales. Un “problema” para el que los dos hermanos hecharon “una mano”.
Conversaciones comprometedoras
Hasta ahora la investigación ha dado como resultado una veintena de imputados, entre ellos 5 miembros de la Guardia Urbana y no se descartan más actuaciones en las próximas semanas ya que las conversaciones intervenidas ofrecen un escenario muy preocupante. En los últimos días el semanario La Directa ha hecho públicas algunas de estas conversaciones (ver recuadro) más propias de la saga Torrente que de un cuerpo policial serio.
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