30 jul 2015

Las grasas trans, vinculadas a peor memoria

Un mayor consumo de ácidos grasos trans en la dieta (dTFA), utilizados comúnmente en los alimentos procesados para mejorar su sabor, textura y durabilidad, se relaciona con peor función de la memoria en los hombres de 45 años o menos, según un trabajo de la Escuela de Medicina de la Universidad de California, San Diego, Estados Unidos, publicado en la edición digital de este miércoles de Plos One.
Los investigadores evaluaron los datos de 1.018 hombres y mujeres a los que se les pidió que completaran una encuesta dietética y realizarn una prueba de memoria. En promedio, los hombres de 45 años y más jóvenes recordaron 86 palabras, pero por cada gramo adicional de grasas trans consumidas diariamente, el rendimiento se redujo en 0,76 palabras.


Esto se traduce en una previsión de 12 palabras menos recordadas por los hombres jóvenes con los niveles más altos de ingesta de dTFA en el estudio, en comparación con los hombres por lo demás similares que no consumen grasas trans.
«Las grasas trans estuvieron más fuertemente vinculadas a una peor memoria en los hombres durante sus años de alta productividad», afirma Beatrice Golomb A., autora principal y profesora de Medicina en la Escuela de Medicina de la Universidad de California en San Diego.
«El consumo de grasas trans ha demostrado previamente asociaciones adversas con el comportamiento y estado de ánimo, otros pilares de la función cerebral. Sin embargo, a nuestro entender, no se había demostrado una relación con la memoria o la cognición», añade. Después de ajustar por edad, ejercicio, educación, etnia y estado de ánimo, el vínculo entre más dTFA y peor memoria se mantuvo en los hombres de 45 años y menores.
El estudio se centró principalmente en los hombres debido al pequeño número de mujeres en este grupo de edad. Sin embargo, la inclusión de las mujeres en el análisis no cambió el hallazgo, según Golomb. No se observó una asociación de dTFA al recuerdo de la palabra en las poblaciones de mayor edad. Golomb cree que es probable que se deba a que los efectos de la dieta se muestran más claramente en adultos más jóvenes. Los daños y las lesiones en el cerebro se acumulan con la edad y se suman a la variabilidad de puntuaciones de memoria que pueden colpsar la capacidad para detectar los efectos de la dieta.
Los ácidos grasos trans se han relacionado con efectos negativos sobre el perfil lipídico, la función metabólica, la resistencia a la insulina, la inflamación y la salud cardiaca y general. En 2013, la agencia norteamericana del medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) emitió una determinación preliminar de que las grasas trans ya no eran generalmente reconocidas como seguras.
Según los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos, la reducción del consumo dTFA podría prevenir entre 10.000 y 20.000 ataques al corazón y de 3.000 a 7.000 muertes por enfermedad coronaria al año en el país. «Como les digo a los pacientes, aunque las grasas trans aumentan la vida útil de los alimentos, reducen la vida útil de la gente», concluye Golomb.

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