Pero en el seno de los grandes partidos, igual que en las más poderosas instituciones, se siguen haciendo –como siempre se hizo– trackings secretos sobre la evolución de las tendencias de los electores en la recta final de campaña, una fase en la que tradicionalmente sólo se decidía el voto de menos del 15% de los que después acuden a las urnas. Pero esta vez, ni los protagonistas son los de siempre, ni los mítines se siguen con la apatía del largo periodo bipartidista, ni los medios de información y comunicación tienen nada que ver con los que insiste aún en intervenir la Junta Electoral Central.
Porque las redes sociales y las herramientas internáuticas han sacudido la realidad como un terremoto tecnológico más potente de lo que fuera la Revolución Industrial, y sus ondas sísmicas han hecho temblar los cimientos de las pirámides políticas que parecían indestructibles. Igual que está ahora temblando el misterio en la calle Génova, y hasta en la Comisión Europea en Bruselas, al confirmarse que Podemos se ha colocado durante estos últimos días en segunda posición en intención de voto, relegando al PSOE a compartir el tercer/cuarto puesto con Ciudadanos –la gran esperanza blanca de la derecha–, que se ha hundido en sus propias arenas movedizas, perdiendo medio millón de votantes potenciales en sólo una semana.
Eso es, al menos, lo que reflejan esos sondeos secretos que es ilegal publicar o difundir, merced a una legislación trasnochada que se empeña en mantener en la ignorancia al conjunto de la ciudadanía, al tiempo que las élites siguen controlando la información… que es poder. Pero los ciudadanos son ahora tecnosuficientes, y prueba de ello es la revelación que nos ha llegado a través de YouTube gracias al análisis del movimiento de los labios de Mariano Rajoy en una conversación privada (mediante intérprete, claro) con Angela Merkel en el marco de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE que hoy finaliza:
de OLMO OMG!
Rajoy le dice a Merkel que Podemos va segundo y ella no se lo toma muy bien
En otra ocasión, quizá su trabajo hubiera sido descartado como mera intoxicación amateur sin importancia, pero resulta que es absolutamente cierto que los trackings preelectorales que maneja la dirección del PP señalan un súbito desplome de Ciudadanos que pone en cuestión la posibilidad de que Rajoy renueve su estancia en La Moncloa gracias al inconfesable apoyo de Rivera, tal como reflejan diversas informaciones publicadas hoy en medios como InfoLibre (“La fuerte bajada de Ciudadanos en campaña alarma al PP“).
Ese es también el motivo, sin duda, de que se hayan lanzado en el último día de campaña globos sonda como el de la apertura de El Mundo (“Rajoy se abre a pactar con el PSOE pero sin Sánchez”), en un ejercicio de promoción de una Gran Coalición que no sólo pasa por encima del (supuesto) cadáver del secretario general socialista y candidato a la Presidencia del Gobierno, sino que también da por supuesto que Susana Díaz se plegará a una estratagema a la desesperada para salvar el bipartidismo a la que se oponen tres cuartas partes de los militantes y votantes del PSOE.
Pero bueno, ¿qué dicen esos trackings secretos que manejan los poderosos pero los mortales no tienen derecho a conocer? A riesgo de violar las disparatadas normativas electorales, puedo al menos esbozar para los lectores lo que ya saben todos los que pretenden gobernarles haciendo profesión de transparencia pero ocultándoles la realidad:
El Partido Popular sigue firme en torno a los siete millones de votos (7,2 para ser exactos), lo que rondaría el 27% de los válidos totales y le supondrían entre 118 y 122 escaños, a más de medio centenar de la mayoría absoluta necesaria para gobernar.
Podemos se ha disparado –como ya predijo el Observatorio Continuo de JM&A para Público en el último minuto legal para difundir encuestas– y, tras superar los cinco millones de votos, está ahora en unos 5,4 millones de sufragios (alrededor del 20% de los votos válidos), con los que conseguiría entre 70 y 74 escaños. Pero su ascenso es tan meteórico que el impulso puede hacerle incluso llegar a los 5,6 millones (un 21%) de aquí al domingo, en razón del elevadísimo número de indecisos que están ahora mismo tomando partido para el 20-D.
En cambio, el PSOE ya no alcanza los cinco millones y se queda en 4,8 millones, igual número que los que le han quedado al desfondado Ciudadanos, que parece encaminarse hacia un semi-fiasco como el que protagonizó en las municipales y autonómicas del 24-M, cuando quedó muy lejos de las expectativas levantadas por los sondeos anteriores al periodo de ley seca demoscópica previo a la cita con las urnas. Además, con el mismo número de votos, el Partido Socialista obtendría entre 65 y 69 escaños, mientras que los de C’s deberían conformarse con entre 56 y 60.
Esos trackings secretos también apuntan otra sorpresa: Unidad Popular (ex IU) acabará teniendo más éxito de lo previsto y se acercará al millón de votos, lo que –a expensas de las primas electorales de una ley que, por poco proporcional, casi viola la Constitución– podría incluso convertirla en decisiva para completar alguna votación en el Congreso, una vez que las formaciones nacionalistas catalanas parecen haberse apartado de esa posibilidad.
Las estimaciones sobre el reparto de escaños que conllevarían estas tendencias son difíciles de concretar, pero (casi) todo el mundo sabe que El Periòdic d’Andorra hace un sondeo diario de GESOP durante los días en que están prohibidas las encuestas en España y, a falta de la posibilidad de difundirlo aquí, un portal internáutico de demoscopia (@Electrograph) ha ideado una divertida forma de burlar la censura. Resuelve este fácil jeroglífico hortofrutícola y tendrás los porcentajes y escaños que prevé el último sondeo, correspondiente al día del cierre de campaña (hoy, claro):
de Electograph
Pero el subidón de Iglesias parece ser (en parte) también consecuencia del batacazo de Ciudadanos, porque muchos votantes que lo creían una fuerza del cambio –¡incluso de centro-izquierda!– se han dado cuenta de sus verdaderas intenciones neoliberales y de su ideología reaccionaria en muchas cuestiones cruciales, como la igualdad de la mujer y la violencia de género. Y el bajón de C’s también se debe (en parte) a que muchos votantes conservadores (incluso exUPyD) se asustan ahora de la apuesta de la que alardeaban ante los encuestadores y vuelven al redil del PP, ante la amenaza de los rojos.
El soufflé del chef Rivera está bajando de golpe y las aguas de las riadas de indignación alimentadas desde el 15-M parecen volver a su cauce natural, en Podemos. Aunque, por supuesto, sólo en la noche del 20-D podremos confirmar si son acertados estos trackings secretos.
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