Hacía media hora que tenía que haber empezado eL concierto y, sin dar ninguna explicación, los accesos al interior del Palau de la Música seguían bloqueados. Había 1.400 personas en el vestíbulo y en la calle esperando entrar al concierto de Nacho Vegas. Se rumoreaban problemas técnicos, pero eso no explicaba que no se dejase acceder al público a sus butacas. Ahí pasaba algo. Muy posiblemente peligraba la celebración del concierto.
Horas antes Nacho Vegas había terminado la prueba de sonido y, para asegurarse de que todo iría según lo previsto, proyectó un vídeo en el que parodiaba al Banc Sabadell, patrocinador principal del concierto de la noche. Algún responsable del Festival del Mil.leni lo vio y ahí se desató la tormenta. Hubo gabinete de crisis, hubo discusiones, hubo entradas y salidas al camerino, hubo mucha tensión y existió la posibilidad real de que el concierto se cancelase. Las posturas eran dos. La del festival: si pasas ese vídeo no hay concierto. La del artista: si no paso el vídeo no hay concierto.
Las posturas eran dos. La del festival: si pasas ese vídeo no hay concierto. La del artista: si no paso el vídeo no hay concierto
Un locutor de Catalunya Ràdio estuvo allí durante la prueba de sonido, así que mientras el público seguía esperando, en la emisora pública ya se había lanzado una crónica en la que se comentaba que el concierto se estaba retrasando debido a un vídeo en el que se criticaba a las entidades bancarias. El desempate tuvo que venir del patrón: una llamada a un alto cargo del Banc Sabadell que asumió una situación irreversible. El concierto tenía que celebrarse. ¿Cómo explicarle a 1.400 personas que se cancelaba?
A las 21.30 se abrieron las puertas y en apenas 15 minutos ya estaba todo el mundo en sus butacas. Nadie sabía, en realidad, qué iba a ocurrir. En el escenario, una pantalla con la guitarra de Woody Guthrie y la frase 'This machine kills fascists' ('Esta máquina mata fascistas'). Salió a escena el director del festival, Martín Pérez, pidiendo disculpas al público por el retraso debido a cuestiones técnicas. Entonces salió la banda al escenario, desapareció la guitarra de Guthrie y en la pantalla empezó a proyectarse un anuncio del Banc Sabadell.
Parte del público silbó y abucheó hasta darse cuenta de que, los protagonistas del vídeo (en blanco y negro, con las sillas y emulando a la perfección la estética del anuncio) eran el propio Vegas y la cantante alemana Fee Reega (intérprete de 'Mi novio es bobo'). Vegas, a modo de intelectual untado por la banca, soltó algunas de esas frases de autoayuda egocéntrica que tanto lucen en este tipo de anuncios y acto seguido se acabó el arte y ensayo y empezó el baile de cifras:
Más de 3'5 millones de viviendas vacías
Menor parque público de vivienda de alquiler de Europa (1%)
656.839 ejecuciones hipotecarias desde 2007
436.235 desahucios desde 2008
La mayoría de estos datos están incluidos en el vídeo de 'Canción para la PAH'. Pero la guinda del vídeo que vio en el Palau era el eslógan final: "No te quedes en casa, te la podemos quitar". Y, debajo, en un rincón de la pantalla, un logo sospechosamente parecido al del Banc Sabadell en el que la S de Sabadell había sido sustituido por un símbolo del dólar. Tuiter empezó a echar humo: 'Troleo épico de Nacho Vegas'. Se critica mucho la obsesión de la gente por explicar todo lo que pasa en los conciertos en vez de disfrutarlos, pero esta velocidad de reacción de algunos espectadores y miembros de la PAH fue vital para que la acción tuviese un gran eco.
de La PAH
El aplauso más sonoro por parte del público llegó con el siguiente dato: la PAH ha parado dos mil desahucios y ha alojado 2.500 familias en su obra social. Y cuando desde la pantalla se comunicó que los beneficios del concierto serían donados a la PAH de Asturies. Entonces, empezó el concierto. Con 'Canción para la PAH', por supuesto. Y aparecieron diez personas portando cinco pancartas con las cinco exigencias de la PAH:
1.- Dación en pago retroactiva
2.- Alquiler asequible
3.- Stop desahucios
4.- Vivienda social
5.- Suministros garantizados
Detrás, el Coro Internacional Antifascista Al Altu La Lleva, voceaba eso de "y gritarles a los poderosos mientras haya un desahucio más". En primer plano, Nacho Vegas con una camiseta de 'Stop Desahucios'. Acabó la canción con el grito colectivo de 'sí se puede' encabezado por un Vegas con el puño en alto y toda su banda. Y hasta aquí el troleo asturiano.
Dilemas y contradicciones
Nacho Vegas llevaba días, semanas, dando vueltas a la situación, tratando de resolver el dilema que supone ser colaborador activo de la PAH y actuar en un festival patrocinado por un banco. De hecho, estaba sorprendido por no haber recibido insultos por tuiter cuando se anunció que actuaría en el Banc Sabadell Festival del Mil.leni y también porque ni siquiera la prensa le hubiese puesto contra las cuerdas con alguna pregunta incómoda. "No solo ocurre que la banca es un negocio con una parte criminal muy obvia sino que también, y eso me jode mucho, al final acabamos naturalizando eso viendo su nombre como principal patrocinador de los conciertos", reflexionaba días atrás. En definitiva, su acción iba encaminada a "intentar no normalizar cosas que en realidad no deberían ser normales".
No solo es que la banca es un negocio con una parte criminal sino que también, y eso me jode mucho, parece natural que patrocine conciertos
"Es brutal la de dinero que está invirtiendo el Banc Sabadell en lavarse la cara y dar la imagen de un banco amigo", opina Vegas. Y, en efecto, esta es una de las entidades que más se presta a la negociación con las personas que no pueden hacer frente a su hipoteca.
Sin embargo, esa información no es del todo completa. O, por lo menos, el portavoz de la PAH de Asturies Miguel Ángel García desea matizarla: "Si tú tienes una hipoteca con el Banc de Sabadell y vas a negociar con ellos, sí hay una negociación. Pero si la persona a la que van a desahuciar no se dirige a la PAH, no lo dice a nadie por vergüenza o porque se hunde por depresión y se alquila un piso o se va a vivir con un familiar, ese desahucio se realiza, aunque no se contabiliza. Es un desahucio silencioso. Cuando llega el cerrajero no se encuentra a nadie en la casa porque la persona ya está intentando rehacer su vida en otro lado. Pero a esa gente le sigue quedando una deuda de por vida con el banco. Ese desahucio solo queda en la lista de la Comisión General del Poder Judicial. Ahí sí figuran todos los desahucios que se realizan en España. Hemos pedido mil veces que esas listas deben ir con los nombres de los bancos y no nos las quieren dar. Nos dieron una hace un par de años y era Bankia quien más desahuciaba", explica García.
"De todos los casos no te enteras pero supimos de un caso del Banc de Sabadell y el desahucio era de hoy para mañana. Nos enteramos a través del colegio. La mujer se iba a vivir a un pueblo, tenía que escolarizar a las niñas en otro colegio y no quería jaleos. Este caso es de Asturias, pero pasa con el Banc de Sabadell en toda España. Y no es exclusivo de ellos, está pasando con todos los bancos". Además, explica García, "si vas a negociar por tu cuenta te ponen unas condiciones leoninas. Normalmente durante los primeros dos años pagas solo los intereses y luego modifican tu hipoteca principal con subidas de tipos de interés que suelen ser fijos del tres o tres y pico por ciento, cuando tú antes tenías el euribor más 0'50, que sería un 0'52. Eso tampoco contabiliza como un desahucio o como una ejecución hipotecaria, pero, ¿qué va a pasar con estas familias dentro de dos años?".
A la PAH de Asturies, destinataria de los beneficios del concierto de Nacho Vegas, le sobran ejemplos. Pero la negociación más delirante que ha tenido García con el Banc Sabadell se produjo en la oficina central de Gijón, en la calle de Jovellanos. "Solicitamos la dación en pago para una chica de Gijón, Milagros. Primero le dijeron que no y le daban un interés fijo tras los dos años del 3'5 %. Me presenté allí diciendo que era amigo de ella, sin decir nada de la plataforma, y, con toda la cara, el del banco le dijo que sí, que le concedían la dación en pago, pero que les tenía que entregar un local que tenía ella. ¡Pero el local no estaba en la hipoteca! La dación en pago es: te entrego el bien que tengo hipotecado y tú me quitas la deuda".
Son estas las luchas diarias que Nacho Vegas quería reivindicar cuando compuso "Canción para la PAH" y cuando decidió cederles todo el protagonismo en los minutos iniciales y finales del concierto en el Palau.
Ah, sí, el concierto
Lo que siguió tras la 'Canción para la PAH' fue un repertorio muy en sintonía con el momento social, con el incómodo contexto de la noche y con la necesidad de tomar partido inequívoco. Y para no dejar duda, fueron cayendo, una detrás de otra, 'Ciudad vampira', 'Polvorado', 'Runrun' y 'Ámame soy un liberal', esta última con el apoyo a la guitarra de Hans Laguna para que Vegas abandonase su posición de cantautor-estatua y se estrenase, micrófono en mano, como cantante melódico con movilidad.
Lo que siguió tras la 'Canción para la PAH' fue un repertorio en sintonía con el momento social, con el incómodo contexto y la necesidad de tomar partido
Pasaron muchas cosas más. El bajista Luis Rodríguez improvisó el himno del PP al bajo y Nacho sacó su vis cómica: "Es oír esto y me vengo arriba. Me entran ganas de construir aeropuertos". 'La vida manca' encajó muy bien en el guión de la noche. 'Gang bang' sonó especialmente turbia e inflamada. Una pareja bailó abrazada en un lateral de la platea mientras Vegas interpretaba 'Actores poco memorables'. 'Cómo hacer crac' se erigió a canción clave de la noche mientras responsables del festival y periodistas medían su margen de acción de cara a las crónicas del día siguiente. En 'La gran broma final', Vegas abandonó su posición en el escenario e intentó ser poseído por la canción para así conmover aún más a la platea; pero la cantó dando la espalda al público, lo cual abortó ligeramente el plan.
También pasaron algunas cosas más en los bises. Salió Nacho solo a tocar 'Luz de agosto en Gijón', reapareció el coro para entonar 'Vinu, cantares y amor' y se produjeron muy ensordecedores acoples de sonido durante 'El hombre que casi conoció a Michi Panero'. Pero la noticia de la noche ya no estaba en ninguna de estas canciones. Lo más excepcional del concierto ocurrió antes incluso de que empezase a sonar la música.
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