Las conversaciones en los grupos de Whatsapp sobre las 5 de la tarde de este jueves se alternaban entre los '¿cómo es posible?' y los 'no me lo creo'. Poco antes se conocía que la Audiencia Provincial de Navarra había decidido dejar en libertad bajo fianza de 6.000 euros a los cinco hombres condenados por abusar sexualmente de una joven en los Sanfermines de 2016. Al rato, las redes se inundaban de convocatorias de protestas en ciudades de toda España mostrando una vez más la capacidad reactiva del movimiento feminista.
Como ya ocurriera el pasado mes de abril, cuando el tribunal comunicó la sentencia por unos hechos en los que no vio ni violencia ni intimidación, la calle ha vuelto a ser un pulso feminista masivo. El pistoletazo de salida se vivió en Barcelona, Pamplona o Bilbao el mismo jueves, pero en la mayoría de ciudades las protestas "contra la justicia patriarcal", como se ha denominado la convocatoria, se han sucedido en la tarde de este viernes.
Más allá de la reacción en la calle, el auto de la Audiencia de Navarra también ha revivido el debate sobre la justicia en la escena política mientras la Comisión que se encarga de revisar los delitos de agresión y abuso sexual tiene hasta el 15 de noviembre para finalizar sus trabajos. Si bien el Gobierno ha repetido durante el jueves y el viernes que "respeta las decisiones judiciales", la vicepresidenta y ministra de Igualdad, Carmen Calvo, reconocía en la tarde del viernes que las mujeres están "perplejas e inseguras con alguna decisión de algunos tribunales".
La justicia vuelve a estar en el punto de mira mientras las asociaciones profesionales de mujeres juristas siguen reclamando perspectiva de género en las decisiones judiciales. Representantes de todo el espectro político han coincidido en pedir una revisión del Código Penal y han utilizado términos similares a los de Calvo: desde el PP, María Dolores de Cospedal ha dicho sentirse "profundamente decepcionada y frustrada" por el auto y ha asegurado que debe modificarse la legislación "entre todos", mientras la presidenta de Ciudadanos en Catalunya, Inés Arrimadas, pedía una revisión del sistema penal "para intentar evitar estas situaciones".
Unidos Podemos propondrá una reforma para que no haya una distinción entre agresión y abuso sexual que se base en la violencia, según explicó el jueves en rueda de prensa su secretaria de Igualdad y Feminismos, Sofía Castañón. Por su parte, la portavoz del PSOE en la Comisión de Igualdad en el Congreso, Ángeles Álvarez, ha apelado a una tramitación urgente de la propuesta del PSOE que ha empezado a tramitar el Congreso "para mejorar la formación de los jueces en materia de género".
El Gobierno también se ha pronunciado este viernes sobre la decisión judicial dejando sobre la mesa la posibilidad de personarse en futuros casos de violencia sexual. Tras la rueda de prensa del Consejo de Ministras, la portavoz Isabel Celaá ha aclarado que "respeta las decisiones judiciales", pero ha reconocido que "los hechos probados son gravísimos". "L a regla de oro general es la de que a un condenado en prisión provisional se le mantiene esa prisión provisional, sobre todo cuando tiene una sentencia de 9 años, hasta el cumplimiento de la mitad de la condena", ha añadido.
Clamor multitudinario en toda España
En Madrid, las asistentes se acercan, charlan y se indignan mientras algunas televisiones graban los primeros planos. Llegan con pancartas y carteles: "Violadores, enfrentaos a esta manada", se lee en una. Caminan hacia el Ministerio de Justicia como si ya fuera una especie de costumbre. Pero no. "¿Cómo nos vamos a acostumbrar a esto?", se pregunta Rocío. Otra vez, igual que en noviembre, cuando el feminismo tomó la calle contra el cuestionamiento de la víctima, se manifiestan por todas: "No estamos aquí solo por la joven de Sanfermines, es que esto nos manda un mensaje a las mujeres en general y a todas las víctimas", cuenta esta joven de 24 años.
"No es abuso, es violacion", claman las asistentes en una voz unánime que recupera el lema de la batería de protestas que generó la sentencia hace dos meses. Los jueces consideraron que no se había producido una agresión sexual y calificaron los hechos como abuso sexual, lo que provocó una ola de indignación.
"El objetivo es seguir reclamando una vez más que nuestro cuerpo es nuestro y denunciar esta justicia patriarcal que desde el principio del proceso no ha sido justa con las mujeres. Por el contrario, ha lanzado un mensaje claro a la sociedad que legitima la cultura de la violacion. La justicia está demostrando que no está a la altura de la sociedad", explica Ruth Caravantes, miembro del Movimiento Feminista madrileño, que ha convocado la movilización.
Al grito de "yo sí te creo" y "tranquila hermana, aquí está tu manada" se abanican Carmina y Soledad para paliar el intenso calor que anuncia el verano. Vienen con Carmen y Quimi y las cuatro suelen juntarse para asistir a las manifestaciones. No solo a las feministas -también las de pensionistas, matizan-, pero sí sobre todo. "Llevamos viniendo desde hace muchos años, desde cuando pedíamos aborto libre y gratuito", cuenta Carmina.
De Soledad todas dicen que es "la más campeona" porque tiene 79 años y aquí está, con bastón, abanico y gritando indignada. A mí me sorprende mucho que la jueza, una mujer, haya cambiado de opinión y se haya unido al juez que emitió el voto particular de la sentencia", explica al tiempo que mira al resto. Carmen tiene claro el mensaje que envía la Audiencia a la sociedad al no prolongar la prisión provisional: "machismo", asiente. Todas hablan de la sorpresa que se han llevado los últimos años, sobre todo a partir del 8M, al comprobar el carácter multitudinario de las protestas y la presencia joven de las mismas.
Pasada casi una hora del inicio de la movilización, es ya imposible ver dónde acaba la multitud a lo largo de la calle y en las vías aledañas también se hace difícil el tránsito. "Vergüenza", "basta ya de justicia patriarcal" o "no es un caso aislado, se llama patriarcado", gritan las asistentes. Comienzan a escucharse las primeras propuestas de convertir la concentración en una manifestación, como ha ocurrido otras veces. "Vamos a Gran Vía", anuncian algunas voces poco antes de empezar a andar. La madrileña calle San Bernardo, donde se encuentra la sede del Ministerio de Justicia, se vuelve a quedar pequeña para el empuje que demuestra en la calle el movimiento feminista.
Rechazo masivo en Bilbao a la sentencia
La imagen ante los Juzgados de Bilbao ha sido también la de un clamor multitudinario. La protesta, que ha llegado hasta la Plaza Moyúa de la capital vizcaína, ha obligado a cortar el tráfico en los accesos colindantes, abarrotados por los manifestantes. Posteriormente, se ha iniciado una manifestación con destino el Ayuntamiento. "La lucha feminista es el único camino", han defendido las manifestantes, ante casos como este, que no son "un caso aislado". "Se llama patriarcado", han coreado.
La escena se ha repetido en decenas de ciudades en todo el Estado: Sevilla, Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife, Santander, Cáceres, Murcia... En Zaragoza, al grito de "Justicia machista, defensa feminista", cinco mil personas se han concentrado a las 19:00 frente a la Audiencia, obligando a cortar el tráfico del tranvía a esa altura del Coso.
En Valencia, el movimiento feminista avisó de que tomaría las calles. Y así lo ha hecho. Cientos de personas se han concentrado frente a la Delegación de Gobierno, en la Calle Colón, contra la puesta en libertad –hasta que haya sentencia firme– de los miembros de la manada, informa Laura Martínez. Prácticamente a la misma hora, los cinco hombres condenados salían de prisión tras depositar la fianza.
Santander también se ha sumado a la oleada de concentraciones. Más de 2.000 personas se han congregado frente a la Delegación del Gobierno para denunciar que el sistema patriarcal "desprotege" y "veja" a las mujeres y para mostrar su apoyo sin fisuras a la víctima, informa Rubén Vivar. La movilización también ha incluido una sentada en recuerdo a todas las mujeres asesinadas por violencia machista.
Unas 300 personas se han unido en Toledo a la concentración convocada por la plataforma 8M, en la que se gritó en contra de la "justicia de mierda, la estás culpando a ella", un grito que se ha repetido en todas las ciudades. "Sola, borracha, quiero volver a casa" clamaban los asistentes en la céntrica plaza de Zocodover, que pedían "hacer ruido" en contra de la decisión judicial.
En Pamplona, tras la multitudinaria manifestación del jueves, las feministas han vuelto a ocupar la calle un día después. El movimiento ha logrado movilizar de nuevo a miles de personas a través de las redes sociales. Tras una pancarta que rezaba "No es no ¡Justicia!" en castellano y en euskera, la plaza del Ayuntamiento ha vuelto a no dar abasto para contener la indignación y la multitud, que se extendía por las calles aledañas.
"No es abuso, es violación", "Gora borroka feminista" (viva la lucha feminista) y "Basta ya de justicia patriarcal" han sido algunas de las consignas coreadas. Silvia Martínez, del colectivo Lunes Lilas, ha asegurado que las mujeres de Pamplona "nos acordamos mucho de nuestra hermana en Madrid", a la que ha prometido que se van "a dejar la vida para que se haga justicia".+
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