28 ago 2019

No podemos quedarnos sentados y permitir que los multimillonarios destruyan el periodismo

Walter Cronkite dijo una vez que "lo que necesitamos para que funcione la democracia es periodismo". Llevaba toda la raz贸n, y por eso los ataques actuales contra el periodismo a manos de Wall Street, empresarios multimillonarios, Silicon Valley y Donald Trump se han convertido en una crisis y debemos pasar a la acci贸n.

El periodismo de verdad no es el cotilleo, los tertulianos ni el 'clickbait' que dominan actualmente los medios de comunicaci贸n. El periodismo de verdad, seg煤n palabras de Joseph Pulitzer, implica informaci贸n meticulosa que "lucha por el progreso y la reforma, nunca tolera la injusticia o la corrupci贸n y siempre combate a los demagogos".

Pulitzer afirm贸 que el periodismo siempre debe "oponerse al privilegio de clase y a los saqueadores p煤blicos, jam谩s debe faltarle empat铆a hacia los pobres, siempre debe permanecer leal al inter茅s p煤blico, nunca debe contentarse solo con publicar noticias, siempre debe ser absolutamente independiente y nunca debe tener miedo a la lucha contra la injusticia, ya sea una plutocracia depredadora o una pobreza depredadora".

Cuando ten铆amos periodismo de verdad, vimos c贸mo se expon铆an y combat铆an delitos como el Watergate. Y eso llev贸 a reformas contra la corrupci贸n. Desde que no tenemos periodismo de verdad, hemos visto que delitos como el fraude hipotecario pasan desapercibidos y no son castigados, provocando una crisis econ贸mica devastadora que ha destruido las vidas de millones de estadounidenses.

El periodismo de verdad necesita recursos importantes. Una de las razones por las que no tenemos suficiente periodismo de verdad en este momento en Estados Unidos es porque muchos medios de comunicaci贸n est谩n siendo reducidos a cenizas por las mismas fuerzas codiciosas que est谩n saqueando nuestra econom铆a.

Por ejemplo, dos corporaciones de Silicon Valley —Facebook y Google— controlan el 60% de todo el mercado de publicidad digital y han utilizado un control absoluto para apropiarse de todos los ingresos de publicidad de las organizaciones period铆sticas. Un estudio reciente realizado por la News Media Alliance, una asociaci贸n comercial, concluy贸 que en 2018, mientras los ingresos de los peri贸dicos disminu铆an, Google gan贸 4.238 millones de euros gracias a noticias por las que Google no pag贸 nada.

Al mismo tiempo, los conglomerados empresariales y los fondos buitres han comprado y fusionado medios de comunicaci贸n que ten铆an problemas financieros, reduciendo sus redacciones mientras que los ejecutivos reciben abundantes sumas. Por ejemplo, la fusi贸n de Gannett con Gatehouse Media significar谩 que cientos de publicaciones quedar谩n bajo el control de una megacorporaci贸n y recortar谩n el equivalente a 270 millones de euros en "sinergias" —que a menudo es la palabra que utilizan las corporaciones para hablar de despidos—. Matt Pearce, periodista del Los Angeles Times, inform贸 de que "el nuevo director ejecutivo de Gannett/Gatehouse recibir谩 un bono de cuatro millones de euros y acciones solo por entrar por la puerta".

El resultado de esta tendencia ha sido la aniquilaci贸n del periodismo. En los 煤ltimos 15 a帽os, m谩s de 1.400 comunidades de todo el pa铆s han perdido sus peri贸dicos locales, que son las fuentes que luego utilizan las cadenas de televisi贸n, las radios y los sitios de noticias digitales para proveer informaci贸n local.

Desde 2008, las redacciones han perdido 28.000 empleados. Solo durante el a帽o pasado, 3.200 personas de la industria de los medios de comunicaci贸n fueron despedidas. Actualmente, por cada periodista que tiene trabajo, hay seis personas dedicadas a las relaciones p煤blicas y comunicaci贸n institucional, y son ellas las que a menudo definen la postura corporativa.

Justo cuando necesitamos m谩s periodistas que informen sobre la crisis de sanidad, la emergencia clim谩tica y la desigualdad econ贸mica, tenemos a tertulianos en televisi贸n que reciben millones de euros por analizar cotilleos pol铆ticos, mientras los medios de comunicaci贸n locales son aniquilados.

Los efectos negativos son predecibles: seg煤n un estudio realizado por investigadores de las universidades de Notre-Dame y de Illinois, cuando se vac铆an las redacciones, aumenta el gasto general que recae sobre los contribuyentes porque hay menos periodistas investigando las transacciones del Gobierno. Otro informe publicado por Spotlight en Pobreza y Oportunidades, un foro independiente, concluy贸 que, a pesar de que millones de estadounidenses luchan por sobrevivir, los medios de comunicaci贸n con problemas financieros "no le prestan atenci贸n a la pobreza".

Desde luego, cuando vemos la investigaci贸n de Miami Herald sobre Jeffrey Epstein o el valiente informe de Charleston Gazette-Mail sobre la crisis de los opi谩ceos, nos damos cuenta de que todav铆a hay buenos periodistas venciendo las penalidades y generando periodismo de verdad que investiga al poder, saca delitos a la luz y desaf铆a el status quo. Pero sabemos que estas historias exitosas muy a menudo son la excepci贸n y no la regla.

Tambi茅n sabemos que Donald Trump est谩 empeorando mucho las cosas. Es un mentiroso patol贸gico que se ha pasado su presidencia intentando demonizar a los periodistas que se atreven a exponer sus mentiras. Y lo que es peor, ha llamado a los medios de comunicaci贸n "enemigos del pueblo" en un intento deliberado por destruir la mera idea de una prensa libre.

La forma en que Trump ataca a los medios de comunicaci贸n es absolutamente inaceptable y debe ser denunciada y rechazada. Pero dejemos algo en claro: eso solo no solucionar谩 la crisis del periodismo. Adem谩s, una mayor expansi贸n de los modelos de negocios olig谩rquicos en la industria de los medios de comunicaci贸n podr铆a empeorar el asunto.

Actualmente, tras d茅cadas de fusiones y desregulaciones, un peque帽o pu帽ado de empresas controla casi todo lo que miramos, leemos y descargamos. Dada esta situaci贸n, no deber铆amos querer que lo que queda de prensa libre caiga bajo el control de este pu帽ado de corporaciones y multimillonarios "bondadosos" que utilizan sus imperios medi谩ticos para castigar a quienes los critican o para evitar ser investigados.

Despu茅s de todo, las cadenas de televisi贸n que reciben parte de los 4.000 millones de euros anuales que invierte la industria farmac茅utica en anuncios deben de estar encantados de disimular su disgusto con nuestro deficiente sistema sanitario, pero nunca proveer谩n informaci贸n justa sobre el programa Medicare, incluso aunque los sondeos indican que la mayor铆a de los estadounidenses apoyan la propuesta.

Los medios de comunicaci贸n corporativos patrocinados por los anuncios de la industria de los combustibles f贸siles reciben con gusto invitados que insisten en que nuestro actual sistema econ贸mico olig谩rquico va genial, pero como demuestran los estudios, esos mismos medios de comunicaci贸n a menudo minimizan o evitan publicar sobre la emergencia clim谩tica que sus anunciantes han ayudado a generar.

Y los medios propiedad de Disney y Jeff Bezos promocionan las pel铆culas de Disney y los planes de Bezos de explorar el espacio exterior, pero no podemos contar con ellos para que informen sobre la lucha por salarios justos de los empleados de las empresas controladas por Disney o por Bezos. De hecho, en una ocasi贸n, vimos c贸mo el Washington Post, propiedad de Bezos, intent贸 castigar a un periodista que reclam贸 mejoras salariales para el peri贸dico.

Debemos reconstruir y proteger una prensa diversa y verdaderamente independiente para que los periodistas hagan el importante trabajo que aman y que requiere cualquier democracia funcional.

Cuando yo sea presidente, mi Gobierno pondr谩 en pr谩ctica pol铆ticas para reformar la industria de los medios de comunicaci贸n y mejorar las protecciones al periodismo independiente, tanto a nivel local como nacional.

Por ejemplo, daremos marcha atr谩s a los intentos de Trump de beneficiar fusiones de corporaciones medi谩ticas. No aceptaremos aprobaciones autom谩ticas de propuestas como el nuevo plan de fusionar CBS y Viacom para convertirlos en un gigante de 27.000 millones de euros.

Hace mucho tiempo que me opongo a la fusi贸n de corporaciones medi谩ticas, y fui uno de los 16 miembros del Congreso que se opusieron a la nefasta Ley de Telecomunicaciones de 1996, que ha acelerado el proceso de adquisiciones. En mi gobierno, suspenderemos inmediatamente la aprobaci贸n de las fusiones de medios de comunicaci贸n grandes hasta que podamos comprender mejor el verdadero efecto que estas transacciones tienen sobre nuestra democracia.

Respetando el esp铆ritu de las leyes nacionales existentes, les exigiremos a las grandes corporaciones medi谩ticas que revelen si sus medidas corporativas y propuestas de fusiones implican despidos de periodistas.

Tambi茅n exigiremos que, antes de que se lleven a cabo m谩s fusiones, los empleados tengan la oportunidad de comprar esos medios de comunicaci贸n a trav茅s de planes de adquisici贸n de acciones, un modelo de negocio innovador que fue pionero en la industria de los peri贸dicos.

Y evitaremos que las agencias federales tomen decisiones sobre fusiones medi谩ticas o desregulaciones que afecten negativamente a las mujeres o a la poblaci贸n afroamericana. Como ha se帽alado la organizaci贸n Free Press, "las mujeres y la poblaci贸n afroamericana est谩n infrarrepresentados entre quienes tienen licencias de radiodifusi贸n". El grupo remarca que esto se debe a que la Comisi贸n Federal de Comunicaciones ha aprobado fusiones "sin tener en cuenta la forma en que esta concentraci贸n medi谩tica afecta la posibilidad que mujeres y poblaci贸n afroamericana obtengan licencias".

Cuando nuestro gobierno designe nuevas autoridades progresistas para la Comisi贸n Federal de Comunicaciones, daremos marcha atr谩s a las medidas del Gobierno de Trump, que han destruido las antiguas reglas sobre licencias de medios de comunicaci贸n. Lo que ha hecho Trump permite la propiedad cruzada de peri贸dicos y cadenas de radio y televisi贸n. Tambi茅n ha dado luz verde para que una misma corporaci贸n tenga muchas emisoras dentro de un mismo mercado.

El da帽o puede ser enorme: "En teor铆a", afirma Free Press, "estos cambios podr铆an permitir que un mismo emisor sea propietario tanto de tu peri贸dico local como de las dos emisoras locales m谩s importantes y adem谩s operar un pu帽ado de otras emisoras gracias a acuerdos de reparto, convirtiendo a tu comunidad en un pueblo con una 煤nica sala de redacci贸n".

En un gobierno de Bernie Sanders, haremos lo contrario: restableceremos y fortaleceremos las reglas de licencias de medios de comunicaci贸n y limitaremos la cantidad de emisoras que puede tener una corporaci贸n de radiodifusi贸n en cada mercado y a nivel nacional. Tambi茅n haremos que las agencias federales investiguen el impacto de las fusiones en la prensa impresa, la televisi贸n y los medios digitales para determinar si es necesario tomar mayores medidas antimonopolio.

Adem谩s, aprobaremos el Plan de Democracia Laboral, que apoyar谩 los esfuerzos de los trabajadores de los medios de comunicaci贸n por conformar sindicatos y negociar con sus empleadores de forma colectiva. He apoyado p煤blicamente el empe帽o de periodistas por favorecer el sindicalismo. Los sindicatos no solo luchan por los salarios y los beneficios de los empleados de los medios de comunicaci贸n, sino que pueden proteger mejor a los periodistas de las pol铆ticas corporativas que buscan impedir que se investigue a los due帽os de los medios de comunicaci贸n y sus patrocinadores.

Por 煤ltimo, respecto a Silicon Valley, nombrar茅 a un Fiscal General y funcionarios de la Comisi贸n Federal de Comercio para aplicar m谩s estrictamente las leyes antimonopolio contra los gigantes tecnol贸gicos como Facebook y Google, para evitar que usen su enorme poder de mercado para desguazar, estafar y retirar financiaci贸n a las organizaciones period铆sticas. Su poder casi absoluto ha perjudicado especialmente a los medios de comunicaci贸n peque帽os e independientes que no tienen la infraestructura de una corporaci贸n para defenderse.

Adem谩s, debemos explorar nuevas formas de empoderar a las organizaciones period铆sticas para que negocien colectivamente con estos monopolios tecnol贸gicos, y debemos evaluar cobrar un impuesto por los anuncios personalizados y usar esos ingresos para financiar medios de comunicaci贸n sin fines de lucro y con conciencia c铆vica. Eso formar铆a parte de un esfuerzo general por aumentar significativamente la financiaci贸n de programas que apoyen operaciones period铆sticas de medios de comunicaci贸n p煤blicos a nivel local, de la misma manera en que muchos otros pa铆ses ya est谩n financiando a medios de comunicaci贸n p煤blicos e independientes.

La Primera Enmienda de nuestra constituci贸n protege expl铆citamente la libertad de prensa porque nuestros fundadores comprend铆an lo importante que es el periodismo para la democracia. A m谩s de dos siglos de la firma de nuestra constituci贸n, no podemos quedarnos sentados y permitir que las corporaciones, los multimillonarios y los demagogos destruyan el cuarto poder, ni podemos permitirles reemplazar el periodismo serio por propaganda y docudramas.

Debemos pasar a la acci贸n, y si lo hacemos, s茅 que triunfaremos. Podemos y lograremos volver a un periodismo como el que Joseph Pulitzer y Walter Cronkite concibieron. Ese periodismo que Estados Unidos tanto necesita.

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