10 jul 2022

Ferreras está obligado a dar explicaciones

 Antonio Ferreras está obligado a dar todas las explicaciones que hagan falta hasta que haya respondido a la última pregunta sobre las grabaciones publicadas por la periodista Patricia López en Crónica Libre. El director del programa Al Rojo Vivo y director de La Sexta tiene el deber de rendir cuentas porque, presuntamente, habría incumplido con el código deontológico al que le obliga su función social como periodista. Porque así le obliga ser uno de los altos directivos de un canal de televisión que, como todos, es público, y ha sido concesionado a una empresa privada para cumplir con un cometido recogido en la Constitución, y porque su actuación podría haber modificado la voluntad de parte de la ciudadanía y, por tanto, influido en los resultados electorales de un país.


Por ello, Ferreras debe aclarar todos los extremos sobre su presunto trabajo al servicio de la campaña creada para impedir que Podemos pudiera ganar unas elecciones. Lo primero, su veracidad. La Inteligencia Artificial es capaz de crear audios e imágenes con una alta semejanza con los originales replicados por lo que, como periodistas, siempre debemos contemplar la posibilidad de que sean falsos. Por la acreditada trayectoria de Patricia López doy por sentado que ha contrastado la veracidad de los audios, lo que no es óbice para que Ferreras tenga derecho a pronunciarse sobre su autenticidad.


También tiene que explicar Ferreras desde cuándo, cómo, por qué y a cambio de qué participó, presuntamente, en la campaña dirigida a impedir que Podemos pudiera ganar unas elecciones y orquestada –como demuestran las grabaciones de Villarejo–, por miembros del Gobierno del Partido Popular, de la judicatura y de algunos medios de comunicación.


También ha de explicar Ferreras si, de ser así, además del consejero de Atresmedia y presidente de La Razón, Mauricio Casals, y de él mismo, había más responsables de La Sexta y de Atresmedia al tanto de la divulgación de bulos contra Podemos en sus canales. Y, por último, si además de sobre Unidas Podemos, hay otros asuntos en los que ha aceptado difundir noticias falsas.


Ferreras está obligado a dar explicaciones públicas también ante la audiencia de su programa y de La Sexta. No hacerlo no solo sería una falta de respeto hacia sus televidentes sino hacia toda la ciudadanía a la que, de ser cierto lo publicado, habría perjudicado al violar su derecho a una información veraz, independiente de calidad y rigurosa. Y lo más grave. De demostrarse que Ferreras ha puesto un canal de televisión al servicio de las cloacas, la gran damnificada sería la democracia española. No hay democracia plena sin medios de comunicación independientes y de calidad, ni periodistas comprometidos con narrar los hechos con honestidad.


Parte de la ciudadanía ha perdido la confianza en la democracia porque su forma de entenderla, de ejercerla y de defenderla era a través de la información que recibían por los medios de comunicación. Cuando esas personas empezaron a sentir que se les estaba mintiendo, manipulando y, por tanto, faltando el respeto, dejaron no solo de creer en el periodimo sino en su propia condición de ciudadanos y ciudadanas.


Ferreras no tiene que dar explicaciones solo por, supuestamente, haber mentido sobre los miembros de un partido político, sino por haber privado a la ciudadanía de su derecho a la información. Como recogimos en el Manifiesto Periodismo y Derechos Humanos, firmado por miles de profesionales de la información y de entidades sociales en 2008, “el derecho a la información es una condición fundamental para el desarrollo pleno de la democracia, así como para que los ciudadanos puedan opinar y actuar libremente”.


La labor de los fundamentalistas de la ultraderecha como Trump, Bolsonaro, Erdogan o Abascal contra el periodismo ha consistido en convencer a la ciudadanía de que todos los medios de comunicación y periodistas mienten, que los hechos son subjetivos, que llamarla “verdad alternativa” convierte a la mentira en un arma legítima. Esa ha sido su estrategia más eficaz para socavar las democracias, normalizar el “todos son iguales” para que a cada vez más gente le cueste menos decir “me da igual” cuando le dan a elegir entre democracia o lo que sea que prometan sus detractores.


Por ello, porque defender el periodismo es defender la democracia, los periodistas y las periodistas debemos exigir explicaciones a Ferreras. Y que responda a nuestras preguntas. Ya saben: ante la duda, más periodismo.

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