Deutsche Bank, el mayor banco alemán y uno de los más grandes de Europa, está siendo este viernes una nueva víctima del nerviosismo de los mercados con el sector bancario. El grupo cae durante la jornada más de un 14%, un hecho que ha arrastrado de nuevo a las entidades europeas a caídas generalizadas. El desplome bursátil de Deutsche se produce una semana después de la caída de Credit Suisse y 15 días tras el colapso del sistema de bancos medianos en EEUU.
La cotización de los principales bancos del Viejo Continente volvía a registrar fuertes caídas este viernes, lo que sugiere que las recientes intervenciones por parte de las autoridades financieras no han calmado los nervios de los inversores, después de que los grandes bancos centrales hayan continuado subiendo los tipos de interés a pesar de las turbulencias.
No están claras las razones que han llevado a Deutsche Bank a sufrir esta jornada de turbulencias bursátiles ya que la situación en torno a la primera entidad alemana son ahora más calmadas que durante la crisis que vivió hace un lustro. Pese a ello, el coste de los seguros de garantía frente a impago, conocidos como CDS e indicador de la confianza de los mercados en la entidad, han registrado un fuerte incremento durante la jornada de este viernes. Si bien, sus niveles no se han aproximado a los que tuvo Credit Suisse antes de la intervención de las autoridades.
A media sesión, los mercados de toda Europa están teñidos de rojo por la inquietud que ahora se centra en torno a la entidad alemana. El Ibex 35, en España, se deja más de un 2,6% y ve de nuevo cómo se alejan los 9.000 puntos. La caída está especialmente protagonizada por los bancos. En especial, Banco Sabadell. La entidad que preside Josep Oliú ha sido una de las más volátiles en las últimas dos semanas, alternando fuertes caídas y subidas. Este viernes toca perder más de un 6%, aunque en algunos momentos de la sesión ha superado un desplome del 7%. Bankinter, Unicaja, BBVA y Santander se encuentran todos en caídas que rondan el 5%. CaixaBank es la menos afectada, pero sigue dejándose más de un 3,5%.
Commerzbank, principal competidor de Deutsche Bank, se deja en torno a un 8% en una sesión en la que todos los bancos europeos vuelven a ponerse en rojo por el nerviosismo de los inversores. El índice europeo bancario, el Eurostoxx Banks, retrocede a mitad de sesión más de un 5,5%. El banco más grande del continente, BNP Paribas, retrocede más de un 6,8%; Credit Agricole un 3%; Société Générale, un 6,8%; o Unicredit, un 5,2%.
Deutsche Bank sufrió turbulencias en los últimos años por distintos problemas internos, pero la situación actual dista de ser la de entonces. Este viernes anunció que recomprará unos bonos de deuda, una decisión que suele tratar de calmar al mercado pero que hasta el momento no se ha traducido en una mejor evolución en Bolsa. “Es un caso claro de que el mercado vende primero y hace preguntas después”, señala un analista citado por la agencia Bloomberg que no ve una justificación clara a la caída de Deustsche Bank. “Sigue existiendo una enorme preocupación de que la crisis bancaria pueda convertirse en un evento de mayor aversión al riesgo en los mercados”, apunta. Los analistas de Citigroup defienden que se trata de una reacción “irracional” del mercado.
El canciller de Alemania, Olaf Scholz, ha afirmado este viernes desde Bruselas que Deutsche Bank es una entidad “rentable” por lo que “no hay razón” para estar preocupados, pese al desplome de cerca de un 15% de sus acciones en bolsa.
“Deutsche Bank ha modernizado su modelo de negocio. Es un banco rentable”, ha asegurado Scholz preguntado en una rueda de prensa al término del Consejo europeo por las posibilidades de contagio tras los rescates de Silicon Valley Bank y de Credit Suisse.
“No hay razón para estar preocupados”, ha zanjado, al ser preguntad por si temía que el banco alemán se convirtiera en el próximo Crédit Suisse y si el Gobierno alemán estaba preparado para prestar ayuda.
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