Este país tiene una asignatura pendiente enorme con las víctimas de la pederastia en el seno de la Iglesia, con todos aquellos que fueron abusados por los curas y que al dolor del momento, al silencio, a la imposibilidad de la denuncia de entonces se suma ahora una especie de desidia por parte de las administraciones que contemplan la inacción de la Iglesia con una especie de impotencia que no quieren o no son capaces de vencer.
Ayer en el Parlament de Catalunya empezó a andar la primera comisión de investigación parlamentaria que se hace en España sobre la pederastia en la Iglesia, la primera, lo han escuchado bien. A pesar de lo mucho que ya hemos escuchado, del calvario que han vivido las víctimas, de que ya sabemos lo que no va a hacer la Iglesia, hasta ayer un parlamento no se decidió a hacer algo. Los testimonios que se escucharon volvieron a ser estremecedores, como lo son cada vez que hablan. Como el relato de Josep María Roqueta, víctima de abusos en una de las escuelas que los Maristas tienen en Barcelona.
Su profesor y sacerdote le violó hasta 50 veces, no abusó, le violó hasta 50 veces. Reprochó a la Cámara que solo dedicaran 15 minutos a saber la verdad, su verdad, pero aun así dijo quedar a su disposición. Y es que esta es la reivindicación de las víctimas, ya saben que la Iglesia no hace ni hará nada, ya saben que la Iglesia encubre los casos y les ignora, pero de sus representantes políticos esperan más, y, de momento, tampoco han encontrado respuesta por su parte, respuesta sobre los cambios legales necesarios para que los delitos no prescriban, para que se garantice la atención psicológica pública y para que se exijan responsabilidades por las subvenciones y los conciertos educativos con los centros donde se han producido abusos.
Pero tienen pocas esperanzas, muy pocas. No pasa nada, no pasará nada, dicen las víctimas. El propio Roqueta retó a los diputados a que le escucharan, a que le preguntaran, aunque "tengo la sensación, dijo, de que no queréis saber". Y este es el problema. No habrá solución, no habrá justicia, si quienes pueden hacer algo para aliviar tanto dolor no quieren saber.
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