22 jun 2017

Un mosso alega que su porrazo a un joven en la cabeza no fue intencionado

Un mosso d'esquadra juzgado por dar un porrazo en la oreja a un joven durante las manifestaciones contra el desalojo de Can Vies ha alegado hoy que actuó para defender a una compañera a quien la víctima estaba amenazando y que el golpe se le desvió a la cabeza sin querer.

La sección séptima de la Audiencia de Barcelona ha juzgado hoy al agente antidisturbios, para quien la Fiscalía pide tres años de cárcel y cuatro de inhabilitación, así como el pago de 2.600 euros de indemnización, mientras que la acusación particular y la popular, ejercida por el centro para la defensa de los Derechos Humanos Iridia, reclaman que se le condene a seis años de prisión.

El golpe propinado por el agente causó una herida en la oreja del joven, que precisó sutura quirúrgica, según la Fiscalía y las acusaciones, que sostienen que el mosso aporreó a la víctima sin que mediara provocación previa y dirigiendo el impacto a su cabeza, lo que infringe los protocolos policiales que prohíben dirigir la defensa a la parte superior del cuerpo.

La Fiscalía pide tres años de cárcel y cuatro de inhabilitación al agente
Con la excepción de dos mossos que acompañaban al procesado en el operativo, los testigos que han declarado en el juicio -la novia del joven, un bombero que tomaba algo en una terraza, una vecina y un fotoperiodista- han coincidido en que el agente cargó contra la víctima, dirigiendo el golpe a su cabeza, en un momento en que no había ningún tipo de altercado en la zona.

El agente, con 12 años de experiencia en la unidad antidisturbios de los Mossos, está acusado de propinar un fuerte golpe con su defensa a un joven que cruzaba con su bicicleta por la plaza de Sants de Barcelona y que se topó con los agentes cuando éstos estaban dispersando la zona, en el marco de un dispositivo montado con motivo de los incidentes que ocurrieron durante varios días en las protestas contra el desalojo del centro okupa Can Vies.

El mosso procesado ha explicado que, junto a una compañera, recibió la orden de dispersar a las personas de la plaza porque se habían formado incidentes y, como el joven no obedecía su orden de abandonar el lugar, la agente que le acompañaba le empezó a golpear en las piernas.

Según la versión del procesado, la reacción del joven fue insultar y amenazar de muerte a su compañera, por lo que decidió intervenir y propinarle con su defensa un golpe "normal, en movimiento circular y descendente", pero la porra chocó con la otra agente y se desvió la trayectoria del impacto.

"No fui consciente de dónde iba a parar el golpe", ha añadido el antidisturbios, que ha precisado que dejó de pegar al joven en cuanto este "mostró" la sangre que le brotaba de la oreja.

La versión del mosso ha sido corroborada por su compañera, que ha añadido que el joven usó su bicicleta para zafarse de los golpes de defensa pero también intentó agredirla con ella, así como por el responsable del dispositivo antidisturbios, que ha asegurado que en la plaza había "una situación muy conflictiva" y la víctima tenía "una agresividad extrema".

En el juicio se ha escuchado el detallado testimonio de un bombero que presenció los hechos, porque estaba tomando algo con unos amigos en una terraza, donde asegura que los antidisturbios también cargaron, sin ningún altercado que lo justificara.

Según el bombero, que ha precisado que en la plaza había familias con niños y vecinos paseando al perro, el agente se cruzó ante el ciclista y, al frenar éste, le golpeó con la porra en la cabeza. "Yo pensé que lo había matado", ha apostillado.

El testigo ha añadido que se identificó como bombero ante el responsable del dispositivo policial para alertar de que el joven tenía la oreja sangrando, pero los agentes reaccionaron "agarrando al joven por el cuello y dándole varios golpes más" y, posteriormente, se replegaron sin requerir asistencia médica.

El mismo relato lo ha mantenido el propio ciclista, que ha explicado que se topó con los agentes en la plaza y éstos empezaron a aporrearle sin motivo alguno: "Les digo 'estoy buscando a mi chica' y porrazo en la oreja", ha afirmado.

Tras el juicio, el centro Iridia ha instado a la Generalitat a intervenir para evitar la impunidad en la Brigada Móvil de los Mossos d'Esquadra y le ha reprochado que no haya tomado medidas cautelares para apartar del servicio al agente imputado, ni que sus superiores le pidieran explicaciones por su actuación.

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