MADRID // Julian Assange, el fundador de Wikileaks, está desde hoy bajo la protección de Ecuador en calidad de asilado diplomático. El ministro de Exteriores de ese país, Ricardo Patiño, ha anunciado que su Gobierno ha aceptado la petición formulada por Assange, refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres.
Quito da por buenas sus alegaciones de que su vida corre peligro, pues tras ser extraditado por el Reino Unido a Suecia, el primer país que lo reclama, podría ser enviado después a un “tercer país”, en alusión a Estados Unidos. Ecuador cree que allí, donde le aguardan posibles cargos por traición, Assange “no tendría un juicio justo”, podría sufrir un “trato cruel y degradante” y, en última instancia, ser ejecutado, pues en ese país sigue vigente la pena de muerte.
El periodista e informático de 41 años, cuya defensa legal dirige el exjuez Baltasar Garzón, se convirtió en la bestia negra de Washington después de que su organización filtrara en 2010 miles de cables diplomáticos confidenciales que comprometían a EEUU y a sus aliados.
Patiño, que ha comparecido ante los medios en rueda de prensa, ha asegurado que su Gobierno ha sufrido amenazas del Reino Unido, entre ellas una que se produjo el miércoles, cuando las autoridades ecuatorianas recibieron una carta advirtiendo de la posibilidad de que las fuerzas de seguridad británicas asaltaran la embajada ecuatoriana en Londres para prender a Assange. Las legaciones diplomáticas gozan de inmunidad según la Convención de Viena pero la ley del Reino Unido recoge determinadas excepciones que el Gobierno británico amenazaba con emplear.
Ecuador piensa responder a esta amenaza. El jefe de su diplomacia ha anunciado que se están planteando convocar una reunión de la ALBA y de UNASUR para abordar estas presiones, cita que podría materializarse este mismo fin de semana.
La decisión de Quito de conceder asilo a Assange, al que Suecia reclama en relación con dos supuestos delitos de agresión sexual, ha suscitado la “decepción” de las autoridades británicas. Sin embargo, Londres asegura que esta decisión “no cambia nada” y que tiene la “obligación legal” de extraditar al fundador de Wikileaks, después de que los tribunales británicos desestimaran todos los recursos en contra presentados por sus abogados. El Foreign Office (ministerio de Exteriores) ha precisado ya en un comunicado que sus intenciones con respecto a Assange son las mismas que antes: extraditarlo a Suecia.
Julian Assange se refugió el 19 de junio en la legación ecuatoriana para evitar su inminente extradición. Desde entonces está confinado allí. Tampoco ahora podrá dejar la sede diplomática, a riesgo de ser arrestado. El Ministerio de Exteriores del Reino Unido ha informado de que no le autorizará a abandonar la sede diplomática a pesar de su condición de asilado.
El pulso que está manteniendo Ecuador con Londres ha tensado en gran medida las relaciones bilaterales. La amenaza de asalto a la embajada ecuatoriana ha sido la gota que ha colmado el vaso, pues Quito considera que tal intervención sería “un acto hostil” y una “violación de su soberanía”.
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