10 may 2014

Una ONG que lucha por la "economía no violenta" contra el Banco Mundial, nominada al Nobel de la Paz

 "En la India al menos un 65% de la población gana su sustento de la tierra, la madera y el agua. Sin embargo, un 40% de la población vive sin agua, sin tierra, sin recursos. Y la globalización les está quitando sus recursos muy rápido por la necesidad de beneficio del capital" explica Rajagopal PV, presidente y fundador de Ekta Parishad, una organización que ha basado en la filosofía de la no violencia su lucha por la propiedad de los recursos de la mano de los 'sin tierra' en la India. Una lucha que les ha valido la nominación al  Nobel de la Paz 2014.
Bajo la no violencia inspirada en 'Mahatma' Gandhi, que entiende no solo como una forma de lucha sino como una "idea global" en "el pensamiento, la acción" e incluso "la economía no violenta", Rajagopal PV y su organización luchan por el derecho a la tierra de una gran parte de la población india, presa de una legislación heredada del pasado colonial y no reformada en favor de los habitantes originarios del territorio, además del interés de la agricultura extensiva y las empresas que pretenden hacer beneficio de terrenos habitados por generaciones de 'sin tierra'.
En 2007, esta organización reunió a 25.000 personas para recorrer 340 kilómetros entre la ciudad de Gwalior (centro del país, en el estado de Madhya Pradesh) y la capital Delhi. El objetivo de esta marcha, denominada 'Janadesh' (Mandato), era reclamar la implementación real de una nueva legislación sobre la tierra.








"Tras nuestras marchas en 2006 y 2007 se promulgó una nueva ley, la 'Forest Rights Act' (Ley de los derechos sobre los bosques), gracias a la cual los indígenas que viven en los bosques pueden tener el derecho a la tierra en la que viven. De manera que unos tres millones de personas han obtenido tierra en propiedad en los últimos cinco años. Con mayor o menor extensión, pero esos tres millones de personas obtuvieron su tierra", valora Rajagopal en una entrevista con eldiario.es producida durante su participación en el  Congreso " Rompiendo Cadenas",  organizado por el  Partido SAIN.
En 2012 fueron  100.000 personas en otra movilización a pie denominada 'Jan Satyagraha' (Marcha por la justicia), con la que lograron que el ministro de Desarrollo Rural indio Jairam Ramesh firmara un manifiesto de diez puntos en el que se comprometía a profundizar en las reformas sobre la propiedad de la tierra. Unas reformas que para Rajagopal no tienen que ver solo con lo agrario, sino también con la descentralización del poder.
"Básicamente tratábamos la propiedad de la tierra, pero lo que queríamos conseguir es la descentralización del poder y los recursos. ¿Quién debe administrar la tierra, el bosque y el agua? La gente más pobre. Y esto solo se puede conseguir si descentralizas el poder. Si todo el poder está en Delhi, ¿cómo puede la gente controlar los recursos? De manera que la principal reclamación era la descentralización, y es un tema importante en todo el mundo", defiende el líder indio, que ve en su lucha una aspiración global, la del control de los recursos por la gente, en oposición a las corporaciones.
Con esa intención plantea una "marcha global" para el año 2020: "Vamos a intentar construir algo global. En cada país la gente está trabajando por controlar la tierra y los recursos. Queremos que las organizaciones globales como Naciones Unidas o el Banco Mundial sientan la presión. Las instituciones internacionales no están sintiendo aún la presión. Tienen que hacer políticas y motivar a los gobiernos para dar tierra y recursos a las personas", explica.

Una idea global de la no violencia
El líder de Ekta Parishad (que se podría traducir como 'Consejo de Integración') proviene de la escuela no violenta que procede de Gandhi y de uno de sus discípulos,  Vinoba Bhave, quien ya desarrolló una activa lucha por los derechos de los 'sin tierra'. La intención  de retomar el legado de Gandhi-"en lugar de estar recordando siempre", en palabras de Rajagopal- llevó a este activista y a otros jóvenes a trabajar con las técnicas de la no violencia en el estado de Madhya Pradesh, en la zona central de la India.
Allí trabajaron con los 'dacoit' unos bandidos que Rajagopal describe como "Robin Hoods", personas empujadas por la pobreza a ser bandidos y cometer actos violentos. Entre 1972 y 1974 consiguieron convencer a casi 700 'dacoits' para que abandonaran las armas y las arrojaran ante una fotografía de Gandhi. "Fue una acción muy impactante, y muy icónica. Aunque en esa época no había videocámaras ni teléfonos móviles", explica Rajagopal.
Sin embargo, la lucha contra la "violencia directa", como la denomina el líder indio, les llevó a pensar en la "violencia indirecta", la que venía dada por la explotación, la opresión, la corrupción y la injusticia.
"Durante los 80 y los 90 entrenamos a cientos de jóvenes en la no-violencia", relata. Jóvenes procedentes de distintas castas que comían, dormían y realizaban actividades juntos, una forma de "liberación" y de "romper el sistema". Jóvenes que, cuando volvían a sus lugares de origen, eran arrestados o secuestrados por hacer "preguntas incómodas".

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