La sustancia química que compone el Roundup, conocida como glifosato, así como otras sustancias químicas “inertes”se encontraron en las muestras de aire y lluvia analizados en el río Mississippi en 2007, el gran rio que atraviesa EEUU y es el que recibe el agua procedente del drenaje de cientos de explotaciones agrícolas.
Se evaluaron numerosos pesticidas usados en ese momento a través del agua y el aire recogidos desde 1995 hasta 2007 en la época de crecimiento de los cultivos a lo largo del Delta del Mississipi. Si el hecho de que el 75% de las muestras arrojaran Roundup, no es lo suficiente alarmante, hay más:
– Roundup era preponderante (en aire y lluvia) así como otros 37 compuestos tóxicos.
– Se encontró glifosato en el 86% de las muestras de aire y en el 77% de lluvia.
– En 1995 se detectaron siete compuestos y en 2007 cinco, presentes en más de la mitad de las muestras de aire y lluvia en ambos años.
– En otros estudios realizados que prueban la presencia del glifosato en la orina, sangre y leche humana, se asegura que se aplicaron dos millones de kilos de esta sustancia a través del Estado (Louisiana) en 2007 o que el 55% del uso de hebicida durante ese año es el culpable de la prevalencia de este compuesto.
de Burki
Lo que es sorprendente es que estos resultados no se han hecho públicos hasta 2015. Si los datos son correctos esto revelaría que ha habido un aumento de concentraciones (18) de glifosato en las muestras de aire y lluvia en solo doce años, y seguramente más desde que se tomaron las muestras, esto significa que nuestros cuerpos han estado expuestos al ataque de las toxinas biotecnológicas no solo en la comida, sino en el aire que respiramos y el agua que bebemos hace más de una década.
A más tiempo de exposición a los tóxicos, más enfermedades, estas toxinas tienen un efecto sinérgico acumulativo cuando se asocian a otros tóxicos. Si quieres suspirar de alivio, tendrás que luchar contra la biotecnología, no sólo están envenenando la comida.
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