Los tres impulsores de Sinplástico, Marion de la Porte, Javier Barrios y Javier Terrón, llevaban años “militando” en movimientos ecologistas donde el plástico y su contaminación al medio ambiente era un tema permanente. En un momento dado, empezaron a hablar de emprender un proyecto juntos y la experiencia de Javier Barrios en el cuidado de su hijo les dio la clave. “Le resultaba muy difícil encontrar productos que no llevaran plástico”, explica De la Porte. En España y en el resto de Europa solo había opciones dispersas y únicamente en Canadá encontraron una tienda con todos sus productos sin plástico. Y ahí localizaron el modelo a seguir.
de Sinplástico
Productos de uso cotidiano
“Queríamos que fuera una tienda donde ofrecer todo tipo de productos sin plástico de uso cotidiano y que también estuviera acompañado de un blog que sirviera para concienciar y sensibilizar sobre el uso y consumo indiscriminado del plástico”, explica la socia. Durante dos años investigaron y rastrearon cuáles eran los proveedores adecuados, los que ofrecían mejores garantías, mayor transparencia e información o los más cercanos para poder reducir, cuando fuera posible, la huella de carbono, e ir así construyendo el catálogo de su futura tienda.
Hace apenas un año comenzó a funcionar su tienda online donde ya se pueden encontrar 527 artículos que no tienen plástico: desde productos de cosmética, menaje de cocina, envases, productos para bebés hasta cepillos de dientes o cubitos de hielo reutilizables. “No es solo el envase sino que muchos productos, como las cremas, contienen microplásticos que luego acaban en el mar porque son residuos tan pequeños que se escapan a los filtros”, explica Del Porte. “ El plástico dura para siempre, no es biodegradable y tenemos que concienciarnos de que estamos generando enormes cantidades”, afirma.
De ahí, que lo que ofrecen en Sinplástico sean precisamente productos con materiales biodegradables, naturales, sostenibles y duraderos, como puede ser el bambú, el caucho, el acero inoxidable o la madera. “Son además materiales estables que no impregnan lo que tocan como sí hace el plástico”, subraya Del Porte. Los productos son más caros, afirma, pero también subraya:. “Duran más y a la larga compensa”.
Realizan envíos a toda España y Europa y dan la opción a los que viven en Bilbao -donde tienen la oficina- de ir a recoger el pedido a su almacén. Forman una cooperativa de trabajo asociado “porque queríamos trabajar en el marco de la economía social y porque esta figura permite una toma de decisiones y participación en condiciones de igualdad
Como recomiendan en su blog, lo que primero que hay que hacer para empezar a vivir sin plástico es hacer una evaluación de los objetos cotidianos que nos rodean, para ver qué consumimos y comenzar a reducirlo. “Sobre todo no hay que entrar en pánico”, subraya la cooperativista, quien explica que no se trata de tirar todo, y generar con ello más residuos, sino ir sustituyendo los objetos que se van rompiendo. “O llevar a cabo gestos, como comprar a granel o utilizar bolsas de tela tanto si vamos al supermercado como a comprar ropa”, señala. Y añade: “Solo necesitamos cambiar el chip”.
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