Después de más de una semana de huelga y protestas, continúa el paro de la empresa china Yue Yuen, líder en la fabricación de zapatillas para marcas como Nike, Adidas, Reebok o New Balance, a la que se han sumado cerca de 30.000 trabajadores, según los sindicatos. Los empleados denuncian que la compañía no cumple con los derechos básicos de los trabajadores, que denuncian pagos “inadecuados” en las pensiones, el seguro médico o los fondos de seguros de la vivienda. El descenso de su producción se ha traducido en una caída en bolsa del 5%, la mayor desde julio desde 2013, según la agencia de noticias Bloomberg.
El paro de la fábrica de Yue Yuen situada en la región sureña de Dongguan comenzó el pasado 14 de septiembre, convirtiéndose en una de las mayores huelgas de las historia de China. Este lunes cerca de 2.000 trabajadores de la planta de la provincia de Jianxi, que produce para Adidas, se unieron a la protesta. En el complejo de la empresa trabajan hasta 40.000 empleados, por lo que el seguimiento sería masivo.
Durante sus primeros días los trabajadores pedían el pago de la cuota de la seguridad social dentro de un plan de pago de estas contribuciones auspiciado por el Gobierno Local. Pero, según explica la ONG China Labor Watch que está haciendo seguimiento del caso, la semana pasada los empleados añadieron más demandas.
de SLOW
“Primero la fábrica retrasaba su respuesta, después aportó una contestación insatisfactoria a los trabajadores. Entonces, añadieron más peticiones incluyendo una subida del 30% de sueldo o la condición de que, en caso de que la fábrica no cumpliese con sus demandas, una compensación económica por la terminación del contrato”, explica en un comunicado. Por ahora, la respuesta de la empresa ha sido ofrecer una ayuda a la vivienda equivalente a 37 dólares mensuales, (26 euros).
“La cuestión que preocupa a los trabajadores está muy generalizada”, aseguró Geoff Crothall de la organización Bulletin en declaraciones a The Guardian. “En este caso, por lo menos la empresa pagaba algo, protestan porque no era la cantidad total. En otros casos que hemos seguido, los trabajadores no cobraban nada”.
Además de la paralización de la producción de zapatillas, cientos de trabajadores de la empresa china están acudiendo cada día a las puertas del edificio de ocho plantas de la fábrica de Dongguan para manifestarse y visibilizar sus exigencias.
Sindicalistas detenidos
Por este motivo, las autoridades chinas desplegaron la policía antidisturbios. Según el boletín laboral China, cuatro trabajadores fueron trasladados al hospital en el primer día de la huelga, informa el diario inglés The Guardian. Sin embargo, según afirmaron diversos huelguistas a diarios como el independiente South China Morning Post, una veintena de empleados fueron detenidos esta semana y otros que sujetaban pancartas fueron golpeados. No obstante, el periódico oficial Global Times —que también se hace eco del caso— asegura, citando a un fuente oficial, que "no ha habido violencia hasta ahora".
El pasado 22 de abril dos sindicalistas Zhang Zhiru y Lin Dong, que estuvieron presentes en las manifestaciones a las puertas de la fábrica, fueron detenidos por las autoridades chinas, según denuncia China Labor Watch.
Con la finalidad de acabar con la huelga, Yue Yuens ofreció a los trabajadores adelantar un plan de prestaciones de seguridad social, que estaba previsto para 2015, al mes que viene, según anunció George Liu el portavoz de la empresa proveedora de zapatillas. Por el momento no ha habido acuerdo con los empleados.
Los salarios en China han aumentado en los últimos años por lo que empresas multinacionales como Adidas y Nike han comenzado a trasladarse a otros países donde puedan producir a un menor coste como Vietnam.
Adidas China ha asegurado en un comunicado que “está en conversaciones con el Gobierno local para resolver las preocupaciones de los trabajadores y que llevará a cabo una investigación tan pronto como finalice la huelga”.
Por su parte, Nike dice ser “conscientes” y estar “preocupados” por los acontecimientos. Según explican por correo electrónico a la agenda Bloomberg, están “pendientes del diálogo entre la dirección de la fábrica y los trabajadores".
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