Mientras en España el mercado fotovoltaico está prácticamente parado, en el resto del mundo no paran de instalar energía solar. Solo en 2016, el mundo instaló 76 GW de potencia fotovoltaica, estableciendo un nuevo récord.
Ahora ha sido el turno de Francia, que también ha decidido apostar por la energía fotovoltaica. Como parte del plan de triplicar su energía fotovoltaica para 2023, el regulador energético francés CRE ha convocado la primera licitación para proyectos de energía renovable comerciales de autoconsumo.
El plan incluye proyectos que podrían considerarse de tamaño medio, con una capacidad de entre 100 kW y 500 kW. Para acceder a las ayudas, los propietarios de la instalación tiene que autoconsumir más del 50% de la energía generada, vendiendo el resto a la eléctrica pública francesa EDF. Estas ventas estarán incentivadas con una ayuda extra de 50 euros el megavatio hora en esta primera fase, bajando hasta los 40 en la última convocatoria del plan en 2020. En caso de no cumplir con el mínimo del 50% de la energía autoconsumida, la retribución disminuye.
En cada una de las 9 convocatorias que tendrá este plan hasta 2020, el gobierno francés espera asignar unos 50 nuevos megavatios de generación renovable. De cumplirse las previsiones, al final del plan Francia debería contar con 450 nuevas megavatios solares en los próximos 3 años gracias a este plan.
Según las últimas estadísticas, Francia cuenta actualmente con 2.488 megavatios de potencia fotovoltaica instalada que corresponden a instalaciones menores a 100 kilovatios.
Mientras tanto, en nuestro mercado no solo vemos cómo no se incentiva la fotovoltaica, sino que además se ponen trabas a su instalación. La famosa amenaza del impuesto al Sol y las dificultades a la hora de vender electricidad a la red no hace más que retrasar la apuesta de las empresas por esta energía.
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