M. Rajoy: “Es una moción de censura que se presenta cuando el Gobierno ha logrado el apoyo a los presupuestos”
Falso. Es una moción de censura que se presenta cuando su exportavoz, Eduardo Zaplana, es enviado a prisión; cuando la sentencia de la Gürtel certifica que la caja B existe desde que el PP se fundó; cuando el partido que preside es condenado por lucrarse de la corrupción; cuando el tesorero al que nombró y protegió es condenado a 33 años de prisión; cuando la Justicia certifica que esa “trama contra el PP” –como él la definió– era, en realidad, una trama de corrupción institucional que nació, creció y se enriqueció desde las plantas más nobles de la sede del Partido Popular.
M. Rajoy: “Se producen también en una situación de dificultad para España porque, como saben, estamos aplicando el artículo 155 de la Constitución”
Un 155 que ya dura demasiado y que se prolonga en gran medida como consecuencia de su pésima gestión de un problema político que ha sido incapaz de solucionar.
M. Rajoy: “Esta moción que se plantea va contra la estabilidad en España, tan necesaria hoy”
Falso. Esta moción no se presenta contra España sino contra Mariano Rajoy Brey, un presidente cuya palabra no vale nada, que tiene su credibilidad achicharrada y que hoy tiene en el Congreso de los Diputados más votos en contra que a favor. Si tanto aprecia la estabilidad de España, es él, por su propio pie, quien se tendría que marchar.
M. Rajoy: “Es una moción de censura que se hace en el único interés del señor Sánchez”
Falso. Los tres principales partidos de la oposición –PSOE, Podemos, Ciudadanos–, aun no estando de acuerdo en qué método emplear, sí coinciden en algo: en que Rajoy no debe continuar. Tras estos tres partidos hay trece millones y medio de votos: españoles con todo tipo de sensibilidades que creen que un político que figura en la contabilidad B del PP como receptor de 373.000 euros en dinero negro no puede gobernar ni un día más. Y si se amplía foco al resto del Parlamento, más allá de las transacciones económicas que pacte con PNV o Coalición Canaria, cuesta encontrar con quién piensa gobernar Rajoy ahora que Ciudadanos ha anunciado que no le apoyará.
M. Rajoy: “Esta sentencia va a ser recurrida, no es una sentencia firme”.
Esa sentencia de la que usted me habla –la palabra “Gürtel” Rajoy no la quiso nombrar– va a ser recurrida… por el PP; un partido que empezó en este juicio como supuesta acusación, fue expulsado por el juez Ruz por aprovechar ese papel para defender a Bárcenas y ha acabado condenado porque, gracias a esta trama corrupta, se lucró.
Pues claro que el PP va a recurrir. Igual que lo hará Bárcenas, Correa, Crespo y los demás condenados. Tal vez el PP tenga más suerte, el Supremo se lo afine y el partido no tenga que responder por su responsabilidad económica. Pero los hechos probados no cambiarán, y en ellos queda claro que el PP se financió con dinero negro “al menos” desde que se fundó hasta 2008, cuando Rajoy ya hacía cuatro años que lo lideraba.
M. Rajoy: “Se establece una responsabilidad civil y no penal del Partido Popular”
Porque en los años en los que se produjeron esos delitos no existía la responsabilidad penal de los partidos ni el delito de financiación ilegal, que ahora sí figuran en el Código Penal. Con los mismos hechos probados de esa sentencia, si hubiesen ocurrido hoy, el PP habría tenido una condena penal.
M. Rajoy: “Esta sentencia se refiere a acontecimientos que se produjeron en el año 2003 en ayuntamientos de Pozuelo y Majadahonda, y nada tiene que ver este Gobierno con lo que ocurría en esos ayuntamientos en el año 2003”
Falso. La sentencia alcanza hasta los hechos ocurridos en el año 2005 –cuando Rajoy ya presidía el partido– y no llega hasta 2008 porque los delitos de la Gürtel eran tantos que hubo que trocear la investigación. Aún falta por caer la sentencia de Gürtel, segunda época –los delitos desde 2005 hasta 2008– y también otra decena de piezas separadas, entre las que destaca la de los papeles de Bárcenas, que aún está en instrucción. En esos papeles, que la justicia ya da por probados, aparece un tal M. Rajoy como receptor de fondos de la caja B.
M. Rajoy: “El señor Sánchez no tiene autoridad moral. ¿Cuando condenen al PSPV o cuando salga la sentencia de los ERES va a dimitir el señor Sánchez?”
La analogía sería válida si Pedro Sánchez hubiese tenido algo que ver, aunque fuese lejanamente, con la supuesta financiación ilegal del Partido Socialista del País Valenciano entre 2005 y 2008, cuando Sánchez era concejal en Madrid. O con con los EREs de Andalucía, un caso de corrupción que empezó su instrucción judicial en 2011, tres años antes de que Sánchez ganase las primarias y se convirtiera en secretario general.
M. Rajoy: “¿Quién reparte certificados de credibilidad en España? ¿Quién tiene más credibilidad?”
Rajoy respondió así a un periodista que preguntó por la falta de credibilidad que da la propia sentencia de la Audiencia Nacional a su testimonio ante el juzgado, donde dijo que “no le constaba” que existiera una Caja B. La sentencia deja negro sobre blanco que esa contabilidad paralela existió. Y que por tanto Rajoy no dijo la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad al declarar como testigo ante ese tribunal.
M. Rajoy: “El señor Sánchez quiere constituir Gobierno con cualquiera que le dé su voto”
Y atentos a este remedo de argumento, porque estas semanas lo escucharemos mucho más.
España es una democracia parlamentaria. La soberanía reside en el pueblo español y en su nombre hablan los 350 diputados presentes en el Congreso, a los que la Constitución encomienda acordar las leyes y la formación de un Gobierno. El voto de cada uno de ellos vale igual, y el argumento falaz con el que el Partido Popular quiere aguantar a un presidente indigno como es Mariano Rajoy es que hay una treintena de diputados en el Congreso que no cuentan, que solo la derecha puede tocar.
Los diputados independentistas que hoy demoniza Rajoy son los mismos que sirvieron para nombrar presidenta del Congreso a Ana Pastor. Los votos nacionalistas que hoy es pecado que respalden una moción de censura del PSOE son también quienes apoyan los presupuestos del PP.
M. Rajoy: “En esta sentencia no se ha condenado a ningún miembro del Gobierno que ahora se pretende censurar”
Pero sí ha sido condenado el partido que él preside, por hechos que ocurrieron cuando él ya era presidente del PP. Y también ha sido condenado el tesorero que nombró, que protegió, al que mantuvo el sueldo cuando estaba ya imputado: el mismo “Luis, se fuerte” al que también respaldó cuando la justicia encontró su botín en Suiza.
Fue también Mariano Rajoy quien cargó contra los jueces y contra la policía, argumentando que la investigación de la Gürtel era “una cacería contra el Partido Popular”.
Fue el mismo partido que preside Rajoy quien presionó a los jueces, protegió penalmente al condenado Luis Bárcenas y puso palos en las ruedas de la Justicia para frenar la investigación. La última ocasión, hace año y medio, cuando el abogado del PP pidió formalmente que se anulase toda la investigación de la Gürtel por un supuesto defecto de forma en las pruebas; el mismo truco que con Rosendo Naseiro les funcionó.
Fue Rajoy quien también dijo que “nadie podría probar” la culpabilidad de Luis Bárcenas.
Y es un tal M. Rajoy quien figura como presunto receptor de 373.000 euros en sobresueldos en negro de una contabilidad en B que la justicia ya hoy da por demostrada.
Por todo eso, por mucho más, Mariano Rajoy no debe seguir al frente del Gobierno un día más.
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