El ministro de Sanidad, Trabajo y Bienestar japonés, Takumi Nemoto, no apoyará la petición de prohibir que las mujeres tengan que llevar tacones altos en trabajo. En una reunión de la Dieta –el Congreso japonés– este miércoles, el ministro ha defendido que llevar tacones altos "es necesario y razonable en el lugar de trabajo", según ha señalado The Japan Times.
Nemoto responde de esta forma a la solicitud del movimiento promovido por la escritora y actriz Yumi Ishikawa que, bajo el lema #KuToo, pide la prohibición de este requisito laboral.
El hashtag, que juega con las palabras kutsu ('zapatos') y kutsū ('dolor'), se viralizó a principios de 2019, cuando en plena ola del #MeToo Ishikawa lo empleó para denunciar la obligación de llevar calzado con tacón alto para las empleadas de hotel.
18.800 firmas para prohibir este requisito laboral
Este lunes un grupo de lucha contra la discriminación de género en el trabajo presentó una petición con 18.800 firmas en el Ministerio de Trabajo pidiendo medidas al Gobierno para que no permita que las empresas puedan exigir este complemento en el vestuario femenino. Pero el máximo representante del Ministerio no está por la labor.
"Solo es abuso de poder si se le obliga [a llevar tacones] a una trabajadora con el pie herido", insistía Nemoto en la reunión de la Dieta. Por su parte, Kanako Otsuji, activista por los derechos LGTBI y miembro del Partido Democrático Constitucional ha defendido que llevar tacones en el trabajo está "anticuado". Desde el movimiento #KuToo comparan los zapatos de tacón con la antigua tradición de vendar los pies a las mujeres japonesas.
La lucha internacional contra los tacones
La polémica sobre los tacones no es exclusiva de Japón. En 2016 en el Reino Unido más de 150.000 personas firmaron una petición para terminar con esta exigencia laboral. También ese mismo año en el Festival de Cine de Cannes Julia Roberts acudió a la cita descalza en protesta por la imposición a las asistentes de llevar tacones altos.
En 2017, la protesta tuvo éxito en la provincia canadiense de Brithish Columbia, que prohibió a las empresas que exigieran este tipo de calzado a sus trabajadoras.
La lucha continúa ahora en distintos países y empresas. Este mismo año la aerolínea Norwegian Air ha sido criticada por exigir una prescripción médica a las tripulantes de cabina que quieran usar zapatos planos.
Nemoto responde de esta forma a la solicitud del movimiento promovido por la escritora y actriz Yumi Ishikawa que, bajo el lema #KuToo, pide la prohibición de este requisito laboral.
El hashtag, que juega con las palabras kutsu ('zapatos') y kutsū ('dolor'), se viralizó a principios de 2019, cuando en plena ola del #MeToo Ishikawa lo empleó para denunciar la obligación de llevar calzado con tacón alto para las empleadas de hotel.
18.800 firmas para prohibir este requisito laboral
Este lunes un grupo de lucha contra la discriminación de género en el trabajo presentó una petición con 18.800 firmas en el Ministerio de Trabajo pidiendo medidas al Gobierno para que no permita que las empresas puedan exigir este complemento en el vestuario femenino. Pero el máximo representante del Ministerio no está por la labor.
"Solo es abuso de poder si se le obliga [a llevar tacones] a una trabajadora con el pie herido", insistía Nemoto en la reunión de la Dieta. Por su parte, Kanako Otsuji, activista por los derechos LGTBI y miembro del Partido Democrático Constitucional ha defendido que llevar tacones en el trabajo está "anticuado". Desde el movimiento #KuToo comparan los zapatos de tacón con la antigua tradición de vendar los pies a las mujeres japonesas.
La lucha internacional contra los tacones
La polémica sobre los tacones no es exclusiva de Japón. En 2016 en el Reino Unido más de 150.000 personas firmaron una petición para terminar con esta exigencia laboral. También ese mismo año en el Festival de Cine de Cannes Julia Roberts acudió a la cita descalza en protesta por la imposición a las asistentes de llevar tacones altos.
En 2017, la protesta tuvo éxito en la provincia canadiense de Brithish Columbia, que prohibió a las empresas que exigieran este tipo de calzado a sus trabajadoras.
La lucha continúa ahora en distintos países y empresas. Este mismo año la aerolínea Norwegian Air ha sido criticada por exigir una prescripción médica a las tripulantes de cabina que quieran usar zapatos planos.
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