En diciembre de 2010 la Asamblea General de las Naciones Unidas decide declarar el 30 de agosto como Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. España ratificó en 2006 la Convención Internacional para la protección de los desaparecidos, por la cual los Estados se comprometen a investigar, cooperar con otros estados, reparar e indemnizar a los afectados y diseñar mecanismos que impidan la repetición de estos actos. Más de una década después, España continúa sin dar solución a los 114.255 casos de desapariciones forzadas producidos durante la guerra civil y los años del franquismo.
Para Matías Alonso, Secretario de Memoria Histórica de la Ejecutiva Provincial del PSPV-PSOE en Valencia, hasta la elección de la fecha parece que tenga que ver con mantener el tema escondido. Afirma que resulta evidente que todas estas víctimas de este fenómeno a escala mundial merecen ser recordadas y, sobre todo, una política internacional que ayude a esclarecer todas las desapariciones. Según la legislación internacional, este tipo de crímenes dirigidos hacia un grupo concreto con la intención de hacerlo desaparecer pasa a considerarse un crimen de lesa humanidad y jamás prescriben.
La aparición de la fecha se remonta al momento en que en España se empiezan a exhumar las primeras fosas en la Comunidad Valenciana. Eran momentos de discursos y el gobierno socialista de por aquel entonces se “compadecía de las víctimas de Sudamérica, principalmente de Chile y Argentina, a la vez que estaba obstaculizando las investigaciones de las víctimas del franquismo”, afirma el secretario.
Para Alonso, “los mismos que pronunciaban esos discursos se ofendían y se ofenden cada vez que se les dice que en España tenemos más víctimas desaparecidas que toda la regiones del cono sur juntas. Lo que allí parece que les mueva a la piedad, aquí parece que les mueve a más odio, más rencor y a indignarse porque tratamos de esclarecer las víctimas de las desapariciones en España”.
Cada una de las víctimas que fue asesinada en aquella época -explica- dejó más “muertos en vida”. Hijos, mujeres, hermanos… todos ellos fueron víctima de la represión y de exclusión. En España, considera, poseemos la especial característica de que tras la guerra no existió una reconciliación y prosiguió la política de desaparición física y persecución de las ideas demócratas. Alonso mantiene que siempre se habla de las víctimas, pero de lo que deberíamos preocuparnos es de la generación que los conocieron vivos y representan el nexo sentimental entre generaciones.
“Desde la Ejecutiva Provincial estamos luchando contra el tiempo porque en el momento que esta generación desaparezca, con ellos se irá la oportunidad de cerrar una herida abierta. Es irónico reivindicar el día de las víctimas y los desaparecidos cuando en España todavía hay tantos. Si la justicia tiene algún sentido es para estas personas que aún viven”, considera Alonso.
El socialista critica que la derecha española “nunca renunció a sus valores profundos” y sitúa a algunos grupos, en alusión a la extrema derecha, entre aquellos sin problemas para relacionarse con los victimarios. “Todos son del mismo bando: de aquel que piensa que el disidente no tiene derecho a existir y sus familias merecen ser condenadas a la exclusión”, apunta.
En la Comunidad Valenciana hay más de 430 fosas localizadas y se han realizado numerosas exhumaciones en los últimos 4 años, subvencionadas por la Diputación de Valencia. Con el cambio progresista en Castellón, se pretende extender las actuaciones previstas en la Ley de Memoria Democrática valenciana y la nueva ley de memoria histórica estatal para acabar con las lagunas de los que adolece la norma vigente.
El responsable confía en la capacidad del Gobierno de Pedro Sánchez para dar un impulso a la memoria democrática: “Tenemos esperanza en que si sigue este Gobierno una de las primeras acciones sea poner en vigor la reforma en profundidad de la Ley de Memoria Histórica. Por ello hay que recordar que o hay un gobierno de izquierdas en España o el daño a las políticas de memoria va a ser importantísimo. La generación que mantiene esos nexos no soporta cuatro años más de la derecha, es una asignatura de todos que todavía tenemos pendiente”, sentencia el socialista.
Para Matías Alonso, Secretario de Memoria Histórica de la Ejecutiva Provincial del PSPV-PSOE en Valencia, hasta la elección de la fecha parece que tenga que ver con mantener el tema escondido. Afirma que resulta evidente que todas estas víctimas de este fenómeno a escala mundial merecen ser recordadas y, sobre todo, una política internacional que ayude a esclarecer todas las desapariciones. Según la legislación internacional, este tipo de crímenes dirigidos hacia un grupo concreto con la intención de hacerlo desaparecer pasa a considerarse un crimen de lesa humanidad y jamás prescriben.
La aparición de la fecha se remonta al momento en que en España se empiezan a exhumar las primeras fosas en la Comunidad Valenciana. Eran momentos de discursos y el gobierno socialista de por aquel entonces se “compadecía de las víctimas de Sudamérica, principalmente de Chile y Argentina, a la vez que estaba obstaculizando las investigaciones de las víctimas del franquismo”, afirma el secretario.
Para Alonso, “los mismos que pronunciaban esos discursos se ofendían y se ofenden cada vez que se les dice que en España tenemos más víctimas desaparecidas que toda la regiones del cono sur juntas. Lo que allí parece que les mueva a la piedad, aquí parece que les mueve a más odio, más rencor y a indignarse porque tratamos de esclarecer las víctimas de las desapariciones en España”.
Cada una de las víctimas que fue asesinada en aquella época -explica- dejó más “muertos en vida”. Hijos, mujeres, hermanos… todos ellos fueron víctima de la represión y de exclusión. En España, considera, poseemos la especial característica de que tras la guerra no existió una reconciliación y prosiguió la política de desaparición física y persecución de las ideas demócratas. Alonso mantiene que siempre se habla de las víctimas, pero de lo que deberíamos preocuparnos es de la generación que los conocieron vivos y representan el nexo sentimental entre generaciones.
“Desde la Ejecutiva Provincial estamos luchando contra el tiempo porque en el momento que esta generación desaparezca, con ellos se irá la oportunidad de cerrar una herida abierta. Es irónico reivindicar el día de las víctimas y los desaparecidos cuando en España todavía hay tantos. Si la justicia tiene algún sentido es para estas personas que aún viven”, considera Alonso.
El socialista critica que la derecha española “nunca renunció a sus valores profundos” y sitúa a algunos grupos, en alusión a la extrema derecha, entre aquellos sin problemas para relacionarse con los victimarios. “Todos son del mismo bando: de aquel que piensa que el disidente no tiene derecho a existir y sus familias merecen ser condenadas a la exclusión”, apunta.
En la Comunidad Valenciana hay más de 430 fosas localizadas y se han realizado numerosas exhumaciones en los últimos 4 años, subvencionadas por la Diputación de Valencia. Con el cambio progresista en Castellón, se pretende extender las actuaciones previstas en la Ley de Memoria Democrática valenciana y la nueva ley de memoria histórica estatal para acabar con las lagunas de los que adolece la norma vigente.
El responsable confía en la capacidad del Gobierno de Pedro Sánchez para dar un impulso a la memoria democrática: “Tenemos esperanza en que si sigue este Gobierno una de las primeras acciones sea poner en vigor la reforma en profundidad de la Ley de Memoria Histórica. Por ello hay que recordar que o hay un gobierno de izquierdas en España o el daño a las políticas de memoria va a ser importantísimo. La generación que mantiene esos nexos no soporta cuatro años más de la derecha, es una asignatura de todos que todavía tenemos pendiente”, sentencia el socialista.
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