A finales de octubre de 2016 se puso en marcha la maquinaria de recaudar fondos para Mara. Mara es una niña de 16 años con una enfermedad rara —el síndrome Idic15, una alteración cromosómica que le provoca epilepsia y discapacidad grave— sobre la que apenas había investigación en España. Con 36 años, su padre decidió estudiar Medicina para comprender lo que le pasaba y con 42, a punto de graduarse, su historia salió en el periódico El Mundo. A partir de ahí se hicieron eco más medios hasta llegar a la televisión, donde el presentador Javier Cárdenas lo vio antes de decidir involucrarse.
"[Javier] Contactó conmigo y dijo: voy a sortear esta casa que tengo porque debo hacer algo por la humanidad", cuenta Miguel Ángel Orquín, padre de Mara. "Le llegamos al corazón. A veces la vida te sorprende con estas respuestas de gente que no te conoce absolutamente de nada".
Orquín buscaba 123.000 euros para financiar una investigación sobre el Idic15 en la Universidad de Valencia, liderada por Eulalia Alonso, profesora del departamento de Bioquímica y Biología Molecular. "Es una enfermedad que no está investigada", señala Alonso. "Mientras Miguel Ángel estudiaba, yo diseñé un proyecto y un equipo de investigación. Solemos financiarnos con fondos de investigación nacionales, así que lo presenté a dos convocatorias. Pero lo primero que te piden es que tengas experiencia en ese tema concreto y era una línea en la que no trabajábamos". Los 123.000 euros servirían para estudiar a los pacientes con esta enfermedad, a los que Orquín logró agrupar en una asociación.
Orquín buscaba 123.000 euros para financiar una investigación sobre el Idic15 en la Universidad de Valencia, liderada por Eulalia Alonso, profesora del departamento de Bioquímica y Biología Molecular. "Es una enfermedad que no está investigada", señala Alonso. "Mientras Miguel Ángel estudiaba, yo diseñé un proyecto y un equipo de investigación. Solemos financiarnos con fondos de investigación nacionales, así que lo presenté a dos convocatorias. Pero lo primero que te piden es que tengas experiencia en ese tema concreto y era una línea en la que no trabajábamos". Los 123.000 euros servirían para estudiar a los pacientes con esta enfermedad, a los que Orquín logró agrupar en una asociación.
Dos meses antes de empezar la promoción del sorteo se constituyó en Zaragoza Great Chance S.L, la empresa a través la cual se ejecutó la rifa. La creó Alejandro Muñoz Basols, vecino de la ciudad y conocido de Cárdenas por otros sorteos que había organizado. Muñoz había sido socio de Superbigbox, una empresa que repartía premios (un coche, un viaje de lujo o un sueldo de 1.500 euros al mes durante doce meses), en ocasiones haciéndolos coincidir con el sorteo de la lotería de Navidad. En enero de 2015, Cárdenas entrevistó a Alejandro Muñoz en su programa Levántate y Cárdenas a cuenta de una rifa que ofrecía como premio una cesta valorada en 400.000 euros.
"Somos tres jóvenes emprendedores que hemos creado la cesta más grande del mundo. Queríamos hacer algo diferente, que le cambiara la vida a alguien", dijo Muñoz. "Y, lo más importante: estamos con Sonia Peña, la directora de la Fundación Sigo Adelante. Vamos a hacer una donación de 10.000 euros. Y nos tienes que ayudar, Javier, porque si conseguimos vender todos los boletos donaremos 50.000 euros". Las rifas eran benéficas, puesto que Muñoz y su socio se comprometían a donar parte del dinero recaudado a alguna causa. Una rifa benéfica es mucho más jugosa para el que la monta que una normal, porque se grava al 7% en vez de al 20%, el tipo impositivo del juego.
Muñoz creó la sociedad el 4 de agosto de 2016. Un mes después se efectuó una compraventa de participaciones sociales —es decir, la sociedad pasó de ser unipersonal a tener socios que entraron como accionistas. Según consta en el archivo del Registro Mercantil de Zaragoza, Alejandro Muñoz era titular de 750 participaciones y Carlos Mariñosa, su socio en Superbigbox, de otras 750. Las 1.500 restantes, el 50%, recaían en Javier Cárdenas. Preguntados por este periódico, tanto Cárdenas como Muñoz han negado en repetidas ocasiones que el presentador tuviera participación alguna en la empresa.
"Nada tiene que ver Javier Cárdenas con todo esto. Lo que él hizo fue donar la vivienda, tal y como se comprometió, y encargarnos a nosotros, como expertos en temas de juego, la gestión de la rifa", aseguró el zaragozano en su primera versión. Pero los documentos oficiales muestran que sí tenía que ver y que, además, era el accionista mayoritario de la sociedad.
Semanas después de negar la vinculación de Cárdenas con Great Chance S.L, tanto Muñoz como los abogados del presentador explicaron y documentaron que Cárdenas transfirió 38.000 euros en el momento de la constitución "para iniciar el proyecto".
"Al haber pasado tanto tiempo, entenderá que yo no recordaba que Javier hubiese tenido algo que ver con la sociedad", dijo Muñoz en su segunda versión. "Tirando de memoria y revisada la poca documentación que guardo, sí es cierto que se hizo una compraventa de participaciones de la sociedad en la que Javier entró como socio porque previamente hizo una aportación, dado que los socios no teníamos suficiente dinero para iniciar el proyecto". Según ambos, la idea era devolverle los 38.000 euros mediante dividendos.
Al tiempo que se creaba la empresa, nacían su cuenta de Twitter, de Facebook y la web en la que se publicitaría todo: unacasaunavida.es. Tres semanas después, Great Chance solicitó en la Dirección General de Ordenación del Juego la autorización de la rifa de la casa del presentador. Poco después de aprobarla, el 7 de octubre de 2016, Cárdenas se sumó a la difusión del sorteo.
"Hola, soy Javier Cárdenas y quería hablarte sobre Mara, que tiene una enfermedad rara, extraña, llamada Idic15. Es tan rara que no tiene ni nombre", explicaba en su primer vídeo promocional. "Su padre decidió estudiar Medicina y lo consiguió siendo ya bastante mayor. Hoy te quiero decir que yo sorteo mi segunda residencia. Yo puedo vivir sin ella, pero Mara no puede vivir sin ayuda. Hemos creado una web donde vas a encontrar toda la información. Verás que por diez euros puedes ganar una casa y una plaza de parking. Rodeada de viñedos. Como te decía, yo puedo vivir sin esa casa, pero Mara no puede vivir sin ayuda. Hoy es ella, mañana pueden ser nuestros hijos, sobrinos, nietos. Ayudemos a Mara. Recuerda: no es por el premio, no es por la casa que yo sorteo, es por ayudar a tanta gente que sufren enfermedades raras. Gracias".
En noviembre de aquel año la periodista Ángela Bernardo había destapado el caso del padre de Nadia (que también hizo popular un reportaje de El Mundo). Cárdenas no dudó en usarlo como arma arrojadiza para diferenciarse. "Seamos solidarios, participemos. Solo hay que poner un poco de ojo", dijo en Hora Punta cuando entregó los premios. "No confíes en gente que no sabes de dónde viene, porque puede pasar lo del padre de Nadia".
Cárdenas promocionó el concurso en Hora Punta, su programa en la televisión pública TVE, el 15 de noviembre de 2016. Llevó a Miguel Ángel Orquín, le dedicó diez minutos de entrevista (el programa duraba poco más de media hora) y puso un rótulo con la web en la que se vendían las papeletas. También publicitó la historia en su matinal de la radio. La dinámica era sencilla, similar a la de otras rifas de viviendas: quien quisiera participar debía comprar su papeleta por diez euros. El ganador sería el número que coincidiera con el gordo de Navidad. Si esa papeleta no se vendía, el premio volvía a manos del presentador. Casualmente, Cárdenas también había entrevistado a principios de 2015 a Pepe Bolumar, una de las primeras personas que sorteó su casa en España. "Supongo que se inspiró", comenta Bolumar.
Las bases describían el premio. Era una casa de 69 metros cuadrados, 59 útiles, y dos habitaciones en la pequeña localidad barcelonesa de El Pla del Penedès. "Tener este piso, con todos esos viñedos delante de mí, es algo que siempre había soñado. ¿Puedo prescindir de esto? Yo, sí. Pero, ¿puede Mara vivir sin ayuda? No”, rezaba la web. En los papeles, la vivienda aparecía valorada en 139.000 euros, que sumados a los 21.000 euros de la plaza de garaje, 8.000 de cheque regalo para muebles y hacerse cargo de los impuestos sumaban algo más de 200.000 euros. Este era el valor total del galardón.
Hacienda permite al organizador vender papeletas por hasta cinco veces el valor del premio. Y así lo hicieron Cárdenas y su amigo. Great Chance S.L emitió cien mil boletos por valor de diez euros cada uno, esto es, por un millón de euros. La cifra concreta de cuántos vendieron —y por ende, cuánto recaudaron— no llegó a darse en su momento. Al estar vinculado al sorteo de Navidad, no tuvo por qué haber un acta notarial.
Un artículo del Heraldo de Aragón mencionaba a "más de 40.000 participantes" (400.000 euros). En otro artículo de Vanitatis, publicado el día del sorteo, Cárdenas decía que si no llegaban a los 123.000 euros daba igual, "porque lo que nos falte lo cubriré yo". También comentaba que era "muy posible" que no alcanzaran esa cifra.
"A principios de diciembre, Javier me llamó y me dijo que no llevaban recaudados ni 75.000 euros", recuerda el padre de Mara. "Me dijo: no llegamos, pero tranquilo que si no lo pongo de mi bolsillo. Y al día siguiente del sorteo, la Universidad lo tenía ingresado".
La empresa recaudó más de medio millón
Great Chance S.L se fundó en agosto de 2016 y se disolvió en enero de 2018. Solo presentó cuentas en 2016, el del sorteo y su único año de actividad. Entre agosto y diciembre, la empresa ingresó 541.260 euros, según consta en las cuentas del Registro Mercantil. Eso son 54.126 papeletas vendidas. El socio de Cárdenas confirma que todos esos ingresos proceden de la venta de boletos. La cantidad es más de cuatro veces superior a la comprometida para donación, 123.000 euros.
En los gastos de la sociedad constan los 123.000 euros donados a la Universidad y otros 260.535 euros de gastos de explotación. Según el socio, esos 260.000 euros fueron para pagar "impuestos, trámites, gestiones y publicidad". Las acciones de publicidad consistieron en montar una página web y cuentas en redes sociales, porque el resto de la promoción la hizo el presentador en su programa de radio y en la televisión pública.
Descontados esos gastos, el beneficio declarado por la sociedad en ese año fue mayor que la propia donación. Great Chance ganó 157.227 euros en 2016 y, según sus cuentas, repartió ese año un dividendo de 60.000 euros entre sus tres accionistas. El resto del beneficio se quedó en la compañía, que fue disuelta en enero de 2018.
En el registro mercantil solo están presentadas las cuentas de 2016. No así las de 2017 ni las del año de su disolución, aunque no consta que la empresa organizara ninguna otra rifa más. Este periódico ha confirmado con la Dirección General del Juego que Great Chance solo ha hecho esa rifa en toda su historia.
Si los beneficios se repartieron de forma proporcional según las participaciones de cada accionista, a Cárdenas le correspondió la mitad del total, puesto que poseía el 50% de la empresa. La segunda versión de los abogados de Cárdenas y de Muñoz era que el presentador solo habría cobrado 38.000 euros en dividendos, que corresponderían a la aportación que hizo para "iniciar el proyecto".
Preguntado por estas cifras, el propio Javier Cárdenas rechazó hacer cualquier tipo de aclaración por tener interpuesta una demanda contra eldiario.es y su director, Ignacio Escolar. "Desestimo hablar para vosotros, ya que por desgracia TODOS sabemos que intentaréis hacer daño en lugar de buscar lo bonito de la historia". Muñoz, por su parte, asegura que la rifa no fue solidaria (pese a que consta como una "rifa benéfica" en la autorización de Hacienda) y que pagaron el 20% de impuestos del juego (108.000 euros) en vez del 7% (37.882 euros).
"Si bien es cierto que se ingresaron unos 540.000 euros de boletos vendidos, eso no significa que la sociedad tuviese ese beneficio", dice Muñoz. "Se pagaron muchos gastos: impuestos sobre el juego, plusvalía municipal... También existieron importantes gastos de explotación, porque había que pagar a diferentes profesionales, gastos de publicidad... Tras ello quedó un beneficio que fue repartido entre los socios, como no puede ser de otro modo".
Cárdenas niega haber montado este sorteo para hacer negocio, pese a que era dueño de la mitad de la empresa, que declaró beneficios y que esta no tuvo más actividad. A los agraciados con el premio siempre les contó que conoció a Alejandro Muñoz tras entrevistarle, que le gustó la idea de hacer una rifa y que contrató a su empresa Superbigbox para gestionársela, pero que él no formaba parte de la sociedad. A Superbigbox, por otro lado, tampoco le había ido nada mal con sus rifas solidarias: en 2015 ingresó más de medio millón de euros, de los cuales le quedaron 125.000 de beneficio.
"Si yo hubiese querido hacer dinero, cosa que no he hecho en absoluto, lo hubiese hecho a través de una fundación. Me hubiese ahorrado un montón", añade el presentador en una nota de voz. "Yo tuve que pagar por sortear mi piso. Di mi piso y encima pagué a Hacienda".
En el artículo de Vanitatis, Cárdenas se quejaba del "palo" del fisco. "He pagado la plusvalía del piso (70.000 euros) porque Hacienda no entiende de si eres solidario o no".
Si la casa hubiera estado realmente valorada en 139.000 euros, la plusvalía municipal, el impuesto que se paga a los Ayuntamientos en concepto del incremento de valor del terreno, no superaría los 6.000 euros, según el cálculo hecho por eldiario.es a partir de datos de la Agencia Tributaria.
"La gente me decía: ¿y si ha sacado más dinero? Y yo decía: ¿cómo sois tan retorcidos?"
Los 123.000 euros prometidos llegaron a la Universidad de Valencia en navidad. "Su gesto fue una pasada. Yo no me lo creía", cuenta Eulalia Alonso, la directora de la investigación. "Estaba todo el mundo de vacaciones y me costó gestionarlo. Lo que no sé es si fue un regalo envenenado, porque para nosotros está suponiendo sangre, sudor y lágrimas. Es abandonar tu línea de investigación. Hay que verlo como una ONG".
Con el dinero, la doctora Alonso y su equipo han estudiado a un grupo de 28 pacientes con Idic15. "Ahora estamos en la fase de analizar los datos. Tenemos que ver dónde estamos, publicar en buenas revistas que avalen que estamos trabajando en esto y que nos permitan pedir otros fondos. Lo hemos llevado a algunos congresos, pero son análisis preliminares. La novedad del estudio es que es población española. Es una enfermedad rara, probablemente infradiagnosticada. En otras enfermedades los pacientes son clavados, pero aquí depende del trozo de cromosoma que tienen de más: unos están hechos polvo, otros no tienen nada... Es complicado. A ver qué podemos encontrar que les ayude".
Sobre si más dinero le hubiera venido bien, Alonso es clara. "Toda ayuda será bienvenida. Pero ahora mismo lo que necesitamos es parar y ver dónde estamos para no perder la perspectiva. La investigación hay que verla a largo plazo", dice. "Si a mí ahora me dieran más financiación, no sabría dónde derivarla".
Orquín, por su parte, está especializándose como médico de atención familiar y comunitaria. Su hija Mara sigue grave. "La epilepsia está incontrolada. Hace más de tres años es paliativa farmacológicamente y no podemos dejarla sola un segundo", cuenta. Tras luchar contra la administración para conseguir recursos por dependencia y ahora que trabaja como médico, reconoce que el mayor problema no es el dinero sino que no encuentra quien la cuide de forma profesional. "A pesar de tener recursos económicos, no hemos encontrado ayuda asistencial. Mara tiene epilepsia, es discapacitada con graves problemas. Ven el panorama y dicen que se lo pensarán. Más que un respiro, necesitamos un cuidador. Y eso no se presenta nunca".
Respecto a la posibilidad de que Cárdenas se lucrara con su caso, también lo tiene claro. "Yo ni lo quise saber ni me importaba. Al fin y al cabo, me regalaban la investigación. La gente me decía: ¿y si ha sacado más dinero? Y yo decía: ¿cómo sois tan retorcidos?", concluye. "Como si ha sacado dos millones usando la imagen de mi hija. Me da igual. No sé de dónde sale la información ni me he interesado nunca por saberla. Si hubiera sacado más dinero no me hubiera sentido utilizado, seguiría dándole las gracias igual".
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