En el año 2015, Dan Price tomó la determinación de subir el sueldo de todos sus empleados a un mínimo de 70.000 dólares, el equivalente a unos 60.000 euros al cambio. El CEO de Gravity Payments, una empresa norteamericana dedicada al pago por medio de tarjetas de crédito, se bajó su suelo para equipararlo al resto de sus empleados y fue noticia por ello en todo el mundo.
Ahora, seis años más tarde, Price ha colgado un mensaje en su cuenta de Twitter donde analiza aquella decisión y reconoce que es lo mejor que ha hecho en la vida: "Hoy hace 6 años, aumenté el salario mínimo de mi empresa a 70.000 dólares. Fox News me llamó socialista pero, desde entonces, nuestros ingresos se triplicaron, somos un caso de estudio de la Escuela de Negocios de Harvard y nuestros empleados han multiplicado por 10 la compra de viviendas".
Dan Price explica en su hilo que hay que "invertir siempre en las personas" y enumera algunos de los logros conseguidos en este periodo: "Nuestros ingresos se triplicaron, el número de empleados creció un 70%, la base de clientes se duplicó, el número de bebés que tuvo el personal se multiplicó por 10, el 70% de los empleados pagaron sus deudas, las casas compradas por los empleados se multiplicó por 10…"
Una apuesta arriesgada
La apuesta del CEO de Gravity Payments fue arriesgada, ya que la compañía atravesaba un momento complicado cuando tomó esa decisión en 2015. Sin embargo, echando la vista atrás, no podría haber elegido un momento mejor para hacerlo y la cultura del esfuerzo en común que ha instalado en la empresa les ha ayudado a superar la pandemia a lo largo del último año.
El ejecutivo explica que "al comienzo de la pandemia, perdimos el 55% de nuestros ingresos de la noche a la mañana. Nuestros empleados estaban tan comprometidos que se ofrecieron como voluntarios para aceptar recortes salariales temporales para evitar despidos. Resistimos la tormenta, les pagamos a todos y ahora estamos dando aumentos".
Price reconoce a LadBible que tuvo esa idea cuando vio a uno de sus empleados trabajando en un McDonald's para sacarse un sobresueldo y poder llegar a final de mes. Se prometió que no volvería a permitir que eso pasara en su empresa y los resultados le han dado la razón. Hoy, este ejecutivo se ríe de todos aquellos que le acusaron de ser demasiado laxo con sus empleados hace seis años: el tiempo avala sus decisiones.
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