28 ago 2023

La expectativa de vida en los EE.UU. se desploma por culpa de la falta de una atención sanitaria equitativa

La inaccesibilidad a una atención de salud equitativa se resalta como una de las causas.

La factura anual de atención médica para las familias es de 100,000 millones de dólares.

La expectativa de vida en Estados Unidos ha caído a su nivel más bajo en dos décadas, la juventud sufre la mayor tasa de mortalidad entre las naciones ricas, y las cifras de mortalidad materno-infantil alcanzaron récords en 2021. Este es el panorama que los expertos en salud de la superpotencia global han destacado recientemente, frustrados por la falta de acción ante sus advertencias continuas y la empeoración de las estadísticas.

Varios estudios que precedieron la pandemia ya señalaban la diferencia en salud existente entre Estados Unidos y otros países con altos ingresos. La Covid-19 confirmó este hecho cuando la recuperación de la esperanza de vida observada globalmente en el segundo año de la pandemia gracias a las vacunas, no se reprodujo en la nación más rica del mundo.

La cuestión no radica únicamente en que los estadounidenses de todas las edades y grupos demográficos fallecen más jóvenes que los ciudadanos de otras naciones desarrolladas. Se suma a este problema el hecho de que están obligados a invertir grandes sumas de dinero en seguros de salud que no aseguran la misma longevidad que en otras naciones desarrolladas e incluso en algunas menos avanzadas. Esta situación es agravada por la ineficiencia de un sistema sumamente sofisticado en términos de investigación e innovación, pero que falla en prolongar la vida de su población.

Solamente aquellos que logran llegar a los 75 años presentan tasas de supervivencia superiores en los Estados Unidos en comparación con otros países, gracias a un buen rendimiento en detección de enfermedades como el cáncer, menor mortalidad por accidentes cerebrovasculares y mejor control de la hipertensión. Sin embargo, la mayoría de la población no llega a esa edad, ya que la expectativa de vida ha disminuido a 76,4 años, según un informe publicado en diciembre pasado por el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC).

La expectativa de vida se ve influenciada por factores genéticos y las condiciones de vida. Estos incluyen el acceso a una atención médica de calidad, una dieta balanceada, nutrición adecuada, ejercicio regular y bajos índices de delincuencia, todos esenciales para una vida más larga y saludable. Dado el tamaño y la diversidad de Estados Unidos, la expectativa de vida varía según la región de residencia.

Los habitantes de Hawái viven más tiempo (81.5 años), seguidos por los residentes de California (80.8), Minnesota (80.8) y Nueva York (80.7). Al final de la lista se encuentran Mississippi (74.6), Virginia Occidental (74.9), Alabama (74.9) y Kentucky (75.1). Todos estos estados tienen altas tasas de obesidad, cáncer, enfermedades cardíacas, consumo excesivo de alcohol y atención médica de baja calidad.

Además de estas condiciones, hay otros factores que han llevado al país a sufrir un deterioro de su expectativa de vida desde 1950. Según un estudio publicado en CNN, extraído del American Journal of Public Health, la pandemia de Covid-19 agravó las condiciones de salud en esos años, pero el país ya venía rezagado durante décadas. Las razones principales citadas incluyen la falta de atención médica universal, una mayor ingesta calórica, la prevalencia de armas, un mayor uso de drogas y altos niveles de pobreza infantil, entre otros.

Otros elementos que han exacerbado la situación incluyen las malas condiciones socioeconómicas de ciertos segmentos de la población, entornos insalubres e inseguros y políticas públicas deficientes. Estas últimas podrían ayudar a explicar por qué, a pesar de ser una nación líder en innovación médica y sanitaria, hay una brecha tan grande con países de recursos similares.

La inversión en investigación no garantiza mejores resultados si no va acompañada de prevención de enfermedades y mejoras en el acceso a un sistema de salud más equitativo. El costo es enorme: además de la pérdida de seres queridos, las familias estadounidenses gastan 100,000 millones de dólares en atención médica cada año.

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