En un sorprendente y controvertido movimiento, el líder de la Policía Nacional en Tenerife ha decidido imponer su voluntad a cerca de 100 agentes, ordenándoles que asistan a la ceremonia religiosa en honor al día de su patrón. A pesar de que la fuerza policial está compuesta por individuos de diversas creencias y pensamientos, el comisario provincial no ha dudado en fijar una cifra mínima de asistencia para el evento religioso del 2 de octubre.
Esta directiva ha causado una ola de indignación entre los agentes, que ven su libertad religiosa en peligro. "Tenemos compañeros de diferentes creencias e incluso algunos que no creen en nada", lamenta el representante del Sindicato Unificado de Policías (SUP) en Tenerife.
Esta medida se produce tras una baja participación inicial de los agentes en eventos relacionados con el patrón de la policía. El sindicato afirma que se enviaron instrucciones específicas sobre cuántos agentes de cada brigada y comandancia debían asistir tanto a la ceremonia religiosa como a un acto teatral.
La jefatura ha subrayado que se espera una representación significativa de todas las categorías y rangos en estos eventos. El correo recibido por los agentes especifica la cantidad mínima de asistentes al teatro y aquellos que deben ir a la misa.
Es esencial mencionar que los agentes tuvieron que enfrentar la difícil decisión de acatar la orden o enfrentar posibles represalias, aunque se permitió la objeción de conciencia. A pesar de esto, muchos sienten que su libertad ha sido injustamente restringida.
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