En un controvertido movimiento político, el equipo de gobierno de un pequeño municipio madrileño, liderado por una coalición conservadora formada por VOX y PP, ha implementado un aumento drástico en la tasa de recogida de basuras, generando un intenso debate local. Este aumento representa un incremento del 373%, lo que significa que los residentes, anteriormente pagando 50,7 euros, ahora enfrentan facturas de hasta 189 euros. Igualmente impactados están los negocios locales, con cafeterías y restaurantes viendo sus tasas elevarse a 697 euros y 1.395 euros respectivamente.
La justificación ofrecida por el ayuntamiento se centra en la necesidad de actualizar el costo del servicio de recolección de residuos, el cual no había sido revisado adecuadamente desde el año 2000. Sin embargo, esta decisión ha sido fuertemente criticada por el partido de oposición y los residentes, quienes argumentan que la medida es excesiva y desproporcionada.
Paralelamente, se ha suscitado polémica por el aumento salarial del 9,4% aplicado a la alcaldesa y su equipo de gobierno. Mientras que los impuestos locales se incrementan significativamente, la remuneración de los líderes municipales también experimenta un ascenso, elevando la tensión entre los ciudadanos y el gobierno local.
La oposición ha cuestionado la gestión del contrato de recogida de basuras, que lleva años caducado, y critica la falta de soluciones alternativas y la gestión inadecuada de los residuos. La situación se ha complicado aún más con la recolección de firmas por parte de los vecinos, quienes se oponen firmemente a estas medidas.
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