Infraestructuras desaprovechadas, un logo con más ceros de los necesarios y una deuda multimillonaria son las señas de identidad del tercer “sueño olímpico”.
¿A la tercera va la vencida? Madrid se vuelve a presentar a la candidatura olímpica... pero la popularidad de la candidatura ha descendido diez puntos en relación a la de 2016. El Ayuntamiento de Madrid es el más endeudado de España, con 7.000 millones de deuda y la Comunidad tiene una cuota de desempleo del 15,5%, tiene las arcas públicas vacías y los servicios públicos menguados. Las críticas han atizado hasta al logo seleccionado.
Se estima que la anterior candidatura olímpica de Madrid a los Juegos de 2016 –finalmente Río de Janerio se llevó el gato al agua– supuso 37,8 millones de euros en gastos reconocidos de promoción, viajes o dietas. Diferentes asociaciones achacan parte de la actual deuda de la capital al sueño olímpico de Alberto Ruiz- Gallardón: sólo en concepto de inscripción, la ciudad candidata debe entregar cerca de 100.000 euros.
El Ayuntamiento, que ya ha adelantado 600.000 euros del presupuesto total de siete millones reservado para promocionar la candidatura, defiende que en esta ocasión el coste de la misma será muy inferior a la presentada con vistas a 2016 (unos 37,8 millones de euros). Cifran el recorte en casi un 50% respecto al año anterior, alegando que el 80% de las infraestructuras ya están construidas. El Gobierno municipal espera no superar los 11,5 millones, (la mitad –22,5– que en 2016), a cuyo presupuesto habría que añadir la inevitable colaboración del sector privado, que en la última presencia aportó 20 millones; en esta ocasión no se espera alcanzar los once millones. Eso da un total de unos 22 millones de euros para la promoción, frente a los casi 40 de la anterior presencia.
Una de las organizacionesmás críticas es Ecologistas en Acción, que aconseja utilizar el dinero destinado a la candidatura olímpica a asegurar servicios públicos, como carriles-bici, o a medidas para reducir la contaminación. La asociación apuesta por el deporte de base, y no de élite. Otro colectivo llamado No queremos Madrid 2020 critica el despilfarro del Ayuntamiento y condena que no se destinen esos siete millones de euros, ya presentados como aval, a Educación o Sanidad.
Infraestructuras obsoletas
Otro problema derivado en caso de que la candidatura vuelva a salir derrotada es qué hacer después con las creaciones olímpicas, esos hijos nacidos de las candidaturas y cuyos usos o fines no están del todo definidos. Muchos de ellos cambian de manos o, sencillamente, se abandonan a su suerte. Proyectos como la Caja Mágica (con capacidad para 12.442 espectadores), la infraestructura estrella de la candidatura, supuso un coste a las arcas públicas de 294 millones de euros, más del doble de lo previsto. En los últimos días se ha acordado arrendar una parte a la escudería de Fórmula 1 HRT para su usufructo por cerca de un millón de euros. En parecida situación se encuentra el Centro Acuático, actualmente con una única piscina y el resto de obras paralizadas (157 millones), y La Peineta, sin apenas uso y que costó 45 millones de euros en 1994. Asimismo, el Plan de Actuación Urbanística (PAU) de Vallecas está aún esperando el espacio de 40 hectáreas proyectado para el Parque de la Gavia, en estado de abandono en diversas zonas. Tampoco se ven las viviendas proyectadas en Valdebebas, en cuyo Estadio Alfredo Di Stefano se pensaba utilizar como sede del baloncesto y tiro con arco.
Sin embargo, son muchas las voces que abogan por volver a presentarse. Algunos expertos estiman que la candidatura podría suponer ingresos a la capital de más de 13.000 millones de euros durante el periodo 2012-2020. Descontando unos costes de unos 6.000 millones, dejaría ese periodo un saldo positivo teórico de 7.000 millones. Un dato a tener en cuenta son los próximos juegos de Londres: una encuesta de la auditora PricewaterhouseCoopers revela que más de la mitad de los londinenses cree que la cita de este verano apenas tendrá un impacto económico positivo para su ciudad. Para Atenas, otrora símbolo del Olimpismo y ahora en bancarrota, albergar la cita de 2004 supuso un coste de 9.000 millones. Casi una década después, más de la mitad de las sedes olímpicas no son utilizadas.
El caso Mahou
El Tribunal Supremo de Justicia de Madrid (TSJM) ha cuestionado uno de los pelotazos urbanísticos más sonados, la Operación Calderón, una recalificación urbanística en los terrenos de la antigua cervecera Mahou, a orillas del Manzanares, en pleno corazón de la M-30 y de Madrid Río. El TSJM anula parcialmente el plan, aduciendo que el proyecto orquestado por el Ayuntamiento de Madrid “no es conforme a derecho”, ya que su edificabilidad incumple la Ley del Suelo 2009, que limita las alturas de las nuevas edificaciones a tres plantas más ático.
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