En Grecia, el ministro de Finanzas, Yannis Sturnaras, se ha mostrado optimista sobre el nuevo tramo de ayudas por valor de 31.500 millones de euros que espera el país. Yannis Stur-naras ha afirmado que no hay por qué preocuparse porque Grecia está haciendo lo que debe hacer para asegurarse de que Europa haga lo propio y desembolse el dinero. Mientras, desde el Reino Unido la agencia Fitch pinta un panorama más oscuro y propone una drástica solución al problema del país.
La solución pasa por que el Banco Central, el FMI y Europa condonen parte del 70% que poseen de deuda griega. Esa es al menos la receta de Fitch para que el PIB descienda por debajo del 150% antes de que llegue el 2020. "Creemos que sólo una combinación de mayores bajadas de los tipos de interés en los créditos de la Eurozona, de una renuncia del Banco Central Europeo a los beneficios de los bonos del Estado griego que posee y de la transferencia del coste del apoyo a la banca al Mecanismo de Estabilidad Europeo pueden asegurar la sostenibilidad de la deuda pública", dice la agencia. Fitch cree también que las nuevas medidas de austeridad aprobadas el pasado miércoles han alejado su posible salida del euro, pero advierte de que hay riesgos de que ocurra. Con todo ello, la agencia ha decidido mantener la calificación de la deuda griega en CCC, es decir, posibilidad de suspensión de pagos. Mientras las agencias y los agentes internacionales proponen medidas para Grecia otros, como el inversor George Soros, ha ofrecido parte de su fortuna para ayudar a los ciudadanos griegos que estas atravesando una auténtica "crisis humanitaria".
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