"Ni el Gobierno ni la sociedad pueden ser rehenes de la mentalidad sindical", ha subrayado el ministro de Desarrollo, Kostis Hatzidakis, tras reunirse con Samarás. "El Gobierno no puede ignorar esto. No podemos hacer nada más", ha apostillado.
"Este tipo de medidas forzosas son costumbres de las dictaduras"
La huelga de los empleados del metro comenzó el pasado día 17 en protesta contra los planes del Gobierno de aplicar a estos trabajadores las mismas tarifas salariales que existen en el resto del sector público y de eliminar el actual convenio colectivo. Los trabajadores de otros medios de transporte público -trenes de cercanías, autobuses, trolebuses y tranvías- también se sumaron a las protestas de los últimos días con paros parciales, lo que provocó numerosos atascos en la capital del país.
Un tribunal consideró ilegal la huelga -que no contempla servicios mínimos- por razones de interés público. Los trabajadores han comunicado en varias ocasiones que están dispuestos a suspender el paro y negociar un nuevo convenio si se mantiene el acuerdo salarial actual hasta que expire el próximo mes de abril.
Tras la orden del Gobierno, los sindicatos han dejado claro que no van a cumplirla. "No renunciaremos, resisteremos", ha asegurado uno de los líderes sindicales, Antonis Stamatopoulos. "Este tipo de medidas forzosas son costumbres de las dictaduras", continuó antes de pedir "al pueblo" que se solidarice con los huelguistas.
"No son los trabajadores del metro los que se han vuelto locos los últimos ocho días"
"No son los trabajadores del metro los que se han vuelto locos los últimos ocho días. Hemos agotado todas las posibilidades antes de convocar la huelga. Hemos llegado a nuestro límite. Se nos ha acabado la paciencia", ha explicado el secretario general del sindicato de trabajadores de metro, Manthos Tsakos. "Resistiremos hasta la muerte", añadió.
Como reacción, el sindicato de empleados de autobuses anunció que a partir de hoy se llevarán a cabo huelgas indefinidas de 24 horas, ampliando así los hasta ahora paros parciales que habían llevado a cabo. La Confederación General de Trabajadores de Grecia (GSEE), el principal sindicato griego, ha pedido al Gobierno dar marcha atrás y no aplicar estas medidas.
La decisión tomada hoy por el Gobierno también provocó divisiones entre los partidos que lo sustentan, ya que el socio menor de la coalición, el partido centroizquierdista Dimar, rechaza ordenar la movilización forzosa de los trabajadores. En una situación similar en 2010, los conductores de camiones decidieron cumplir la orden del Gobierno de volver al trabajo tras mantener una huelga de una semana de duración que dejó al país sin suministros de combustibles en las gasolineras.
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