Tras la fusión ibérica, el cierre de plantas y el polémico Expediente de Regulación de Empleo (ERE) anulado por la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo, toca hacer caja. Los accionistas de la embotelladora española de Coca-Cola planean repartirse un dividendo millonario antes de la macrofusión europea anunciada a principios de este mes, según recoge el acuerdo de fusión remitido este mes por Coca-Cola al regulador bursátil estadounidense, la SEC.
En ese extenso documento se dice que la española Coca-Cola Iberian Partners, identificada como "Olive" ("aceituna", en castellano), "podría declarar y abonar un dividendo antes de la culminación" de la operación de fusión europea, prevista para la próxima primavera. Ese pago a los accionistas de la filial ibérica de Coca-Cola ascendería, según el documento, a un mínimo de 100 millones de euros y se abonaría en función del cumplimiento de determinados ratios financieros basados, entre otros parámetros, en la deuda de la filial, su caja disponible, sus créditos fiscales acumulados y su nivel de endeudamiento.
Los principales accionistas de Coca-Cola Iberian Partners, que no ha hecho comentarios sobre este asunto, son Cobega, de la familia catalana Daurella, que recientemente ha aumentado su participación hasta el 55% del capital, y los Gómez-Trenor, con otro 25%. Otros socios, ya con paquetes cercanos al 5%, son las familias Comenge, Usó y Mora-Figueroa. La cabeza visible de Cobega y actual presidenta de Coca-Cola Iberian Partners es Sol Daurella, que será también la presidenta de la futura embotelladora europea.
La operación se sustenta en un complejo entramado societario con ramificaciones en España, Alemania, Holanda, Reino Unido, Irlanda y, muy especialmente, el Estado de Delaware, en Estados Unidos. Con una superficie muy similar a la de la provincia de Tarragona, Delaware está considerado un coladero fiscal por los expertos en esta materia (entre otras cosas, por su ventajoso tratamiento de los dividendos), aunque no tiene la consideración de paraíso fiscal por parte de la Agencia Tributaria española.
Así, el folleto de la integración contempla, por ejemplo, que una de las sociedades recientemente constituidas por la multinacional en Delaware (se creó el pasado 2 de julio), Olive HoldCo, se convierta en la propietaria "de al menos el 95,6% del capital" de la filial española de cara a la integración de embotelladoras europeas. Asimismo, la filial británica será el socio único de otra sociedad en Delaware, US Holdco, que a su vez es propietaria de MergeCo, también en ese territorio. La estadounidense The Coca-Cola Company (cuya sede física está en Atlanta, Georgia) ya tiene domiciliada desde hace años una filial en Delaware, al igual que muchas otras grandes compañías de ese país (y de España).
Un gigante
El futuro macroembotellador europeo, anunciado una semana después de que Coca Cola Iberian Partners diera por cerrado el ERE de España, se llamará Coca-Cola European Partners, tendrá su sede en Londres y saldrá a cotizar en las bolsas de Madrid, Nueva York y Ámsterdam. Será un gigante con un valor de 28.000 millones de euros, incluida deuda, 11.440 millones de euros de facturación y 1.900 millones de ebitda (beneficio operativo).
Una vez creada, Coca-Cola European Partners estará presente en 13 países de Europa Occidental (España, Portugal, Andorra, Islandia, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Luxemburgo, Mónaco, Noruega, Países Bajos, Bélgica y Suecia). Con esta operación, la empresa espera alcanzar unos ahorros de costes anuales antes de impuestos de entre 350 y 375 millones de dólares en los tres años siguientes al cierre de la fusión.
Su accionariado se repartirá en un 48% para Coca Cola Enterprises -la embotelladora independiente que funciona en países europeos como Francia, Luxemburgo, Reino Unido u Holanda-, un 34% para Iberian Partners y el 18% de Coca Cola Company -propietaria del 100% de la embotelladora alemana-. De esta forma, los Daurella pasarán a tener una participación indirecta en la futura macroembotelladora de, aproximadamente, el 19%, y la familia Gómez Trenor, en torno a un 8,5%.
Coca-Cola Iberian Partners ha retomado este año el pago de dividendos tras suspenderlo en 2013, después de la fusión de las siete embotelladoras existentes hasta entonces en España, que fue el preludio del ERE presentado en 2014. El polémico ajuste conllevó el cierre de cuatro fábricas y finalmente afectó a 840 trabajadores, pero fue considerado nulo por el Tribunal Supremo. La filial está obligada a la readmisión de los despedidos y la reapertura del centro de Fuenlabrada, pero el conflicto se alarga y la empresa se resiste a cumplir las sentencias judiciales.
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