30 nov 2015

Por qué debemos enseñar Filosofía en los colegios (y que no sea una tortura)

¿Filosofía? ¿En los colegios? No torturen a los niños, por favor. Hay que darles cosas más prácticas: matemáticas, física, geografía…
Eso es lo que entienden muchos padres.
¿Y saben una cosa? Tienen razón porque ellos sólo recuerdan la filosofía como un auténtico pestiño.
Cuando mis hijos eran pequeños, examiné los libros de Filosofía del cole y me asusté: Dios mío, ¿cómo iban a entender algo que yo no entendía? A pesar de que soy licenciado en Filosofía, no fui capaz de descifrar algunos textos escolares escritos por pedagogos (se supone).
La Filosofía aburre porque muchos maestros se han olvidado de aplicar lo que podríamos llamar el método Vaughan para pensar: el método de preguntas y respuestas.


Fue inventado hace 2.400 años. Se llama método socrático. Consiste en hacer preguntas. Pero no son preguntas tipo test sino preguntas que obligan a los alumnos a cuestionarse sus principios y descubrir ellos mismos si están equivocados.
Les voy a poner un ejemplo: desde hace más de 100 años existe en la Universidad de Oxford una materia fuera de las materias ordinarias, que se llama Oxford Tutorial.
Consiste en que un estudiante tiene una reunión semanal con un profesor, quien le somete a preguntas. Se escoge un tema (por ejemplo, ¿compensa ser una buena persona con los demás?); y el alumno debe defenderlo usando toda su capacidad de razonamiento.
Basándose en sus amplios conocimientos históricos, filosóficos y en la experiencia cotidiana, el profesor le somete a una lluvia de preguntas. El objetivo del tutor es revelar todas las contradicciones del alumno. Llevarle a un callejón sin salida. Los alumnos saben que pueden salir humillados así que tienen que saber defenderse.
¿Qué ventajas tiene este método? Que crea alumnos con una extraordinaria capacidad de razonar y de enfrentarse a debates. Muchos de ellos acaban en la política. Otros pueden ser profesores. Y otros pueden ser periodistas apreciados por su buena argumentación. ¿Por qué The Economist y Financial Times son tan buenos? ¿Por qué estos británicos tienen esa capacidad de análisis? ¿No será porque les han desarrollado su Pensamiento Crítico?
El Pensamiento Crítico (Critical Thinking) se basa en el método socrático. Nace de la Filosofía.
Esta corriente se ha extendido a otras universidades británicas y norteamericanas. Y ya hay movimientos de apoyo al Pensamiento Crítico en muchos países (en España también), porque fomenta la expansión de los ciudadanos críticos y preparados. Críticos en el sentido de la palabra griega: viene del verbo analizar (krinein)
El Pensamiento Crítico también se desarrolla en muchos colegios anglosajones gracias a profesores que organizan debates (discussions). Los alumnos deben defender un tema (da igual el que sea), porque así aprenden las herramientas de la retórica y las de la argumentación lógica.
Por cierto, Albert Rivera habla tan bien porque de muy joven participó en jornadas de debates para oradores. Y ahora es el mejor orador político de este país (sin leer un solo papel). Esa es la prueba.
Ahora imaginen clases en las que los niños o los adolescentes abordan la filosofía con este método. Entrando poco a poco en ella, mediante preguntas que les hace el profesor y que excitan su curiosidad.
Los profesores de  Filosofía tienen por delante la dura tarea de enseñar una materia muy abstracta y con poco glamour para los niños. Deben ser conscientes de que el método ya fue patentado por Sócrates, que Platón creó el mejor Manual, y que si ambos son los filósofos más buscados en Google es porque su método sigue funcionando.
Por todas esas razones, yo también firmé la petición de change.org de #salvemoslafilosofía.
Salvar la Filosofía en los colegios y empujar a los alumnos a descubrir el conocimiento les ayudará a resolver los grandes desafíos del futuro.

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