En El Diario se ha publicado una lista de algunas de las m谩s destacadas multinacionales sangrientas que, curiosamente, despu茅s de que el Ej茅rcito Rojo derrotara a Alemania en la Segunda Guerra Mundial, siguieron apoyando a los diferentes reg铆menes imperialistas (EE.UU., Israel, o la U.E) en sus invasiones, bombardeos o campa帽as para esclavizar a la poblaci贸n.
La lista de firmas alemanas que colaboraron y se beneficiaron de las pol铆ticas b茅licas y genocidas del r茅gimen nazi es interminable. Desde gigantes de la automoci贸n hasta peque帽as empresas familiares e incluso particulares que utilizaron prisioneros de los campos de concentraci贸n para cultivar sus tierras o trabajar en sus granjas.
IG Farben Este consorcio fue el que mejor exprimi贸 todas las opciones de negocio que facilitaba el r茅gimen nazi. Fabric贸 combustible y un tipo de caucho sint茅tico llamado "Buna" para el ej茅rcito alem谩n, suministr贸 los productos qu铆micos para la exterminaci贸n masiva de "enemigos" del Reich y se aprovech贸 del trabajo esclavo de miles de prisioneros de los campos. Tres empresas qu铆micas y farmac茅uticas constitu铆an el coraz贸n de IG Farben: Bayer, Basf y Hoechst.
Audi emple贸 en su cadena de producci贸n a 20.000 trabajadores forzados.
Daimler utiliz贸 a gran escala trabajadores forzados para la fabricaci贸n de autom贸viles.
Bosch emple贸 a unos 20.0000 trabajadores forzados.
Volkswagen coloc贸 en gran parte de su producci贸n a trabajadores forzados.
Krupp (actualmente Thyssenkrupp). Krupp tuvo la consideraci贸n de empresa modelo del nacionalsocialismo y emple贸 a m谩s de 75.000 trabajadores forzados.
Deutsche Bank. El historiador Harold James analiz贸 el periodo nazi en 1995. James tild贸 la actitud del banco en aquella 茅poca como "complaciente".
Lufthansa autoriz贸 al historiador Lutz Budra脽 la realizaci贸n de un estudio sobre su participaci贸n en la creaci贸n de la Luftwaffe. Los datos oficiales del estudio no se han publicado todav铆a. La pregunta permanece en el aire.
Bertelsmann encarg贸 al historiador Saul Friedl盲nder un estudio que fue presentado en 2002. El gigante de los medios de comunicaci贸n se aprovech贸 del r茅gimen nazi de forma masiva.
Quandt (propietaria de BMW). Seg煤n la investigaci贸n llevada a cabo por el historiador Joachim Scholtyseck, G眉nther Quandt se enriqueci贸 en el periodo comprendido entre 1933 y 1945. La empresa del magnate utiliz贸 a 50.000 trabajadores esclavos.
Oetker abri贸 sus archivos en 2007 tras la muerte del patriarca, Rudolf August Oetker. El historiador Deren Erkenntnisse revel贸 que Rudolf A. hab铆a pertenecido a las Waffen-SS y colaborado activamente con el r茅gimen nazi.
Adidas y Siemens han permitido que se investiguen sus archivos. Se sabe que, ambas empresas, emplearon a miles de trabajadores esclavos.
C贸mplices en Detroit y Nueva York:
Historiadores y economistas coinciden en que a Hitler le habr铆a resultado imposible lanzarse a la conquista de Europa sin el apoyo de cuatro grandes multinacionales estadounidenses: Standard Oil, General Motors, Ford e IBM.
General Motors. Fabric贸 miles de camiones militares en sus factor铆as de Alemania. Su modelo bautizado con el nombre de Blitz, Rel谩mpago, sirvi贸 a Hitler para entrar con sus tropas en Austria. La admiraci贸n del F眉hrer por la tecnolog铆a de Opel y su agradecimiento por contar con su colaboraci贸n le llev贸 a conceder la Gran Cruz de la Orden del 脕guila Alemana a su director ejecutivo, James Mooney. GM utiliz贸 a prisioneros de los campos como trabajadores esclavos.
Ford. El fundador de la compa帽铆a, Henry Ford, era ya conocido a finales de los a帽os 20 por su profundo antisemitismo. Hitler admiraba profundamente a Ford, del que lleg贸 a decir que era su inspiraci贸n. Ese amor era mutuo y permiti贸 que la empresa automovil铆stica estadounidense se convirtiera en el segundo productor de camiones para el ej茅rcito alem谩n, superado 煤nicamente por Opel-General Motors. Henry Ford tambi茅n fue distinguido por Hitler con la Gran Cruz de la Orden del 脕guila Alemana en 1938. Tras la invasi贸n de Francia, la empresa estadounidense continu贸 trabajando para el Reich y se neg贸 a fabricar motores para los aviones de la Royal Air Force brit谩nica. Al igual que GM se aprovech贸 del trabajo esclavo de miles de deportados.
Standard Oil Le proporcion贸 a Hitler el combustible y el caucho necesario para emprender la invasi贸n de Europa. El Gobierno nazi, consciente de que las importaciones de petr贸leo se reducir铆an con el estallido de la guerra, decidi贸 fabricar combustible sint茅tico. El complejo proceso de elaboraci贸n no habr铆a sido posible sin la alianza entre el consorcio alem谩n IG Farben y la Standard Oil norteamericana. Los buques cisterna de la Standard suministraron combustible a barcos alemanes en Tenerife y otros puertos de la Espa帽a franquista.
IBM. Su "m茅rito" fue dotar al r茅gimen nazi de sus a煤n primitivos pero eficaces sistemas inform谩ticos. Sus m谩quinas, que funcionaban con tarjetas perforadas, precursoras de los ordenadores, resultaron de enorme utilidad para el Gobierno alem谩n. Himmler fue consciente de las posibilidades que le ofrec铆a la tecnolog铆a de IBM para organizar, distribuir, explotar y eliminar a los millones de jud铆os y prisioneros de guerra que cayeron en sus manos durante la guerra. Se realizaron censos de la comunidad jud铆a que servir铆an para identificar y eliminar con mayor facilidad a sus miembros. En la mayor铆a de los campos de concentraci贸n se abri贸 un "departamento Hollerith" (nombre de la filial alemana de IBM) en el que se realizaban fichas de cada deportado, incluyendo su profesi贸n y su raza o religi贸n.
Por 煤ltimo, no hay que olvidar a la empresa Coca Cola, que ten铆a una gran presencia comercial en la Alemania nazi, y que supo apoyar convenientemente a los intereses del partido de H铆tler, y que al verse forzado EE.UU. a entrar en la guerra por el 茅xito de los sovi茅ticos no dud贸 en seguir haci茅ndolo bajo una bebida creada ex proceso para los nazis: Fanta.
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