14 dic 2016

El reto de reducir el consumo de carne para paliar el calentamiento global

Al menos el 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por el hombre proviene del sector ganadero, alcanzando incluso porcentajes mayores en el caso de los gases m谩s peligrosos como el metano (35-40%) o el 贸xido nitroso (65%). Con este contundente dato, el eurodiputado de Equo Florent Marcellesi inaugur贸 el pasado jueves el encuentro Consumo de carne y cambio clim谩tico: un debate ineludible, que cit贸 en el Europarlamento de Bruselas a algunos de los principales actores implicados, principalmente grupos ecologistas, organizaciones no gubernamentales, animalistas y representantes del sector de la ganader铆a ecol贸gica, adem谩s de un grupo de periodistas.
Marcellesi destac贸 la necesidad urgente de reducir el consumo de carne en el marco de los acuerdos alcanzados en la Cumbre del Clima de Par铆s del pasado 2015, una cita en la que “apenas se habl贸” de la importante incidencia de la industria ganadera en la preocupante aceleraci贸n del cambio clim谩tico. “Actualmente en el mundo se consumen 40 kilos de carne al a帽o por persona, que en Espa帽a ascienden hasta los 100 kilos. Para que el mundo fuera sostenible, tendr铆amos que comer como m谩ximo 20 kilos de carne al a帽o, lo que implica reducir en cinco veces el consumo actual”, apunt贸 el eurodiputado.
“Hay que abordar este asunto lo antes posible”, explic贸 Alexandra Clark, activista pro alimentaci贸n sostenible, que record贸 que actualmente en la Uni贸n Europea existe una epidemia de obesidad con m谩s de la mitad de la poblaci贸n con sobrepeso, en parte debido al sedentarismo y a una mala alimentaci贸n relacionada con el exceso en el consumo de carne. Daniela Romero, de Anima Naturalis, record贸 que “cada a帽o mueren 65.000 millones de animales destinados al consumo humano que deber铆an ser tenidos en consideraci贸n”.
Por su parte, representantes de la ganader铆a ecol贸gica como Paola del Castillo, propietaria de una instalaci贸n extensiva en Tarifa, C谩diz, se quejaron de la severidad de las leyes de bienestar animal, as铆 como de la falta de subvenciones y de la imposibilidad de satisfacer la actual demanda de carne si la producci贸n tan solo dependiera de este tipo de explotaciones, al tiempo que reivindicaron su papel frente a la ganader铆a intensiva.

Informaci贸n y transparencia
Ana Etchenique, vicepresidenta de la Confederaci贸n de Consumidores y Usuarios (CECU), apunt贸 que es “fundamental” que los diferentes sectores se sienten a tratar de buscar soluciones, pues “s贸lo de una forma multidisicplinar vamos a conseguir llegar al necesario cambio de modelo”. En ese sentido, tras el debate se celebraron tres grupos de trabajo que trataron de poner encima de la mesa las posibles medidas a adoptar a corto y medio plazo.
Ponerse de acuerdo no fue sencillo: los colectivos animalistas ahondaron en la necesidad de promover el veganismo y el rechazo a los productos de origen animal como la mejor forma de luchar contra el cambio clim谩tico. En ese sentido, estudios como el realizado por la Universidad de Oxford en 2014 ponen de relevancia que las emisiones de CO2 de las personas vegetarianas son un 50% menores que las de quienes consumen carne a diario,  y las de las veganas, un 60%. El eurodiputado alem谩n del Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria, Stefan Eck, intervino en el debate para compartir su propia experiencia: “Lo m谩s f谩cil para luchar contra el cambio clim谩tico es dejar de comer carne. Llevo 20 a帽os siendo vegano y no me he muerto. Es necesario si queremos que el planeta siga vivo”. Por su parte, los responsables de las explotaciones ganaderas hicieron hincapi茅 en la importancia del modelo extensivo de cara a preservar la biodiversidad.
Entre los pocos puntos en com煤n a los que se lleg贸, la necesidad de que los consumidores tengan acceso a una informaci贸n m谩s rigurosa y transparente acerca del origen de los productos que consumen, as铆 como en lo referente a las condiciones de los animales que acaban en el matadero. “El reto es llegar a la gente, pues la mayor铆a no tiene ni idea”, se帽al贸 Etchenique. “Los consumidores deber铆an ver con sus propios ojos c贸mo funciona la explotaci贸n ganadera intensiva”, a帽adi贸.

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