La sede comercial que la Junta de Castilla y León tiene en Bruselas desde 2004 generó, al menos entre los años 2006 y 2007, unos gastos de más de 200.000 euros anuales. ¿En qué se gastaba el dinero? Las facturas de esos dos ejercicios corresponden, entre otros conceptos, a comidas en restaurantes de lujo, a alquiler de limusinas para las visitas de consejeros y directores generales y a docenas de botellas de vino, además del elevado mantenimiento del palacete donde estuvo la oficina a partir de 2006.
Así lo refleja la documentación que ha remitido el Gobierno Regional al juzgado que investiga el caso Perla Negra ( el sobrecoste millonario del edificio de la Consejería de Economía) y a la que ha tenido acceso eldiario.es. El juez esperaba desde hace tres meses los recibos y expedientes relacionados con Co-Louis, una sociedad instrumental belga a la que se alquiló el palacete. Detrás de Co-Louis se encontraban en realidad los administradores de Urban Proyecta PM3, la promotora del Perla Negra. Hasta el momento, lo único que investiga el juzgado sobre la sede regional de Bruselas, es la relación con esa mercantil, pero la información requerida destapa el despilfarro que suponía.
La sede, que en los primeros años estaba en un pequeño espacio en la Avenida de las Artes, se trasladó al palacete de la Avenue Louis Smichdt, cuyo alquiler superaba los 15.000 euros mensuales, en noviembre de 2006. A ese elevado arrendamiento, había que sumar los costes de limpieza que oscilaba cada mes entre los 800 y 1.200 euros, o el mantenimiento de los jardines de los que disponía, que en seis meses generó una factura de 3.063, 38 euros. El traslado de la oficina costó 7.011,95 euros y liquidar el contrato anterior con una inmobiliaria 10.852, 51 euros, además de otro pago que se tuvo que reclamar varias veces de 3.486,13 euros. A todos los gastos del cambio de ubicación hay que añadir también un “estudio del estado del local” por el que se pagaron 596, 53 euros o la instalación de mamparas de más 2.000 y un timbre de más de 300 euros. Los gastos de personal no aparecen (en cada sede había dos o tres becarios y un director), pero sí que se pueden ver los billetes de avión que se pagaron para la directora de la oficina. El motivo aludido eran reuniones en Valladolid. Curiosamente, la mayoría de los viajes de ida fueron un viernes y los de vuelta un domingo.
También la inversión en material de oficina parece disparatada, con facturas que superaban los 1.000 euros en un tan sólo un mes, o los de teléfono, de más de 7.000 euros en tres meses, o los gastos “en atenciones con invitados” que no aparecen justificados en facturas y de los que se desconoce la identidad.
Pero los gastos más controvertidos son los conceptuados como “coche con conductor” que se giraron en 2007. Consejeros y directores generales de la Junta se desplazaron por la pequeña Bruselas a bordo de limusinas, un dato que jamás había salido a la luz y que habría desatado todo tipo de críticas en plena crisis económica.
La primera factura por el uso de vehículos de lujo se fecha el 19 de marzo y se vincula –en la relación de gastos de la sede- a una visita del entonces director general de Economía de la Junta, Víctor Valverde -que es quien aprueba todos los gastos de la sede belga y que se quitó la vida en septiembre de 2017-, junto a alguien reseñado por las siglas AAEE (podría referirse a Asuntos Exteriores) y asciende a 215, 18 euros. El albarán justificativo de la empresa Breugelmans Limousines por ese importe, se refiere a la “disposición de limusinas y de minibús con chóferes durante el mes de febrero de 2007”. Detalla que el servicio se produjo el 26 de febrero con el traslado de tres personas del aeropuerto al hotel y con la puesta a disposición de una minivan desde las 18,30 a 21,00 horas. La falta de coincidencia entre la relación de gastos y la fecha del albarán podría responder a que éste último se refiere al momento en que se produjo contrato de esos servicios. En cualquier caso, Valverde aprobó esa factura.
Poco después, el 31 de octubre de 2007, se paga, de nuevo, un coche con conductor por 430,36 euros. Esta vez se reseña que es por la visita del director general de Industria, que en ese momento era Carlos Martín Tobalina, actualmente investigado del caso Perla Negra. La factura de Breugelmans Limousines, fechada el día 26 de ese mes hace referencia al servicio de limusina y chófer y pone como referencia a Mr. Tobalina.
El 17 de noviembre también se alquila un coche con conductor atribuido a la visita del consejero de Educación, Juan José Mateos, y de la consejera de Cultura, Maria José Salgueiro, que actualmente es la delegada del Gobierno en Castilla y León. El montante ascendió a 850,12 euros. Soprendentemente también cargaron 39,90 euros de taxis. La factura de Breugelmans Limousines, girada el 30 de noviembre, detalla los servicios que prestó. Así, el día 14 de noviembre, los consejeros tuvieron a su disposición, desde las 21,00 a 24,30 horas, una limusina. Su uso nocturno, difícilmente puede justificarse por motivos laborales. Al día siguiente tuvieron una minivan con chófer desde las 17,30 hasta las 20,30 y también una limusina de 17,30 a 21,00 horas. El 16 de noviembre, la limusina estaba alquilada desde las 8,30 hasta las 10,30 mientras que la minivan estaba disponible desde las 14,30 a las 18,30. El 17 de noviembre, una minivan los llevó desde el hotel donde se alojaban al aeropuerto. Se desconoce si iban acompañados de más personas, lo que explicaría el uso de una furgoneta para los desplazamientos.
Pero hay más gastos atribuidos por la directora de la oficina de Bruselas a la visita de los dos consejeros. Por pagar, la Junta pagaba hasta las cañas que se consumían por la noche. Por ejemplo, se aporta un ticket del 15 de noviembre, a las 21,11 horas en el bar ‘La Chaloupe d’or’, 27,30 euros por cinco cervezas. También ese día, se achaca a la visita del consejero de Educación una factura del restaurante ‘Dal padrino’ por 193 euros. No es el único albarán de esa jornada. A ambos consejeros, Mateos y Salgueiro, y con el concepto de “almuerzo de trabajo’ atribuyen la factura de las 00,07 de la noche emitida por el restaurante ‘Aux armes de Bruxelles’. 359, 30 euros en una cena en la que no faltaron ni la cerveza, ni el vino, con dos botellas de 31,50 euros cada una.
Mientras se desplazaba a bordo de una limusina, Mateos, que estaba en Bruselas para participar en el Consejo de Educación y Cultura que se celebraba los días 15 y 16, y acompañaba a la ministra Mercedes Cabrera, explicó, según recogieron los medios, que las comunidades autónomas trabajaban para que ayudar “a los estudiantes más desfavorecidos económicamente” y que había que facilitar el acceso a las becas Erasmus tiendo en cuenta las condiciones económicas. Salgueiro, que también acudió consejo y acompañaba al ministro César Antonio Molina, abogaba por que la Agenda Cultural Europea fuese un medio de “cohesión social”.
Herrera visitó la sede de Bruselas en varias ocasiones. Aunque no figura que se contratase limusinas para él, sí pasó 25,10 euros en taxis. Es evidente que no gastó mucho en desplazamientos pero sí lo hizo en comidas y bebidas. En su visita del 9 de octubre, un “almuerzo de trabajo” en ‘L’ Estrille du vieux Bruselles’ tuvo un coste de 353,75 euros, aunque no hay más detalle que ese en el recibo.
Ese mismo día se pasa una factura del bar ‘Le Roi d’Espagne’ (el rey de España) de una cocacola, una cerveza rubia y dos blancas, que se consumieron a las 20.36 por valor de 38,70 euros. Mientras que la directora de la oficina habla de un gasto por motivo de la visita de Herrera, en la contabilidad de gastos de la Junta aparece como “suministros de oficina”. La directora también carga a Herrera un gasto de 614,44 euros en la tienda ‘La buena vida, referente en vinos de España’ en lo que denomina “atenciones con los invitados”. Dichas atenciones consistieron, según el albarán, en 36 botellas de vino: 12 de Descendientes de J.Palacios Pétalos 2006, 12 de Viña Pedrosa crianza 2004 y 12 de Dos Victorias José Pariente 2006. Se desconoce quiénes eran los invitados.
El gasto más elevado de la visita de Herrera, según la documentación aportada al juzgado, se produce el 10 de octubre, día en que se contrató un catering de ‘L’autre concept’, por valor de 4.097,67 euros. La comida era con “empresarios y funcionarios de las instituciones europeos”, según explica la responsable de la sede de la Junta.
El entonces consejero de Economía y presidente de la Agencia de Desarrollo Económico (ADE), Tomás Villanueva, también acudió a Bruselas. En una de esas visitas, fechada el 20 de diciembre de 2006, se encuadra el albarán de un “almuerzo de trabajo”: 12 botellas de vino Museum Cigales y 6 de Rueda Verdejo. Otra factura de esa misma fecha, refleja el encargo de 25 menús por 650, 38 euros.
Entre los establecimientos de lujo que facturaron distintos “almuerzos de trabajo”, se repite el restaurante del hotel Stanhope. Una de esas facturas, achacadas al director general de Energía y Minas, Ricardo González Mantero, es especialmente llamativa. La directora de la oficina justifica los 220,88 euros en un ticket de las 23,36 de la noche, como un almuerzo de trabajo para los ponentes de unas jornadas de energía –era la etapa en la que la Junta estaba concediendo las autorizaciones de los parques eólicos, que también se investiga en un juzgado y en la que Matero, como testigo tiene un papel importante. En ese albarán hay mucho más: el gasto se cargó a una habitación reservada durante 13 noches (del 10 al 23 de octubre), se desconoce para quién y quién asumía los gastos de alojamiento.
La de Bruselas es una de las 17 sedes que tuvo la Junta de Castilla y León repartidas por todo el mundo y cuyos gastos nunca se han explicado. De hecho, tal y como publicó eldiario.es, tan sólo hay datos de los costes de alquiler sin justificar por qué se cuadruplicaban en años. Además, pese a la negativa reiterada de la Consejería de Economía a responder a eldiario.es, este diario pudo demostrar la existencia de otras dos sedes sobre las que nunca se informó, la de Miami y la de Panamá. Sobre esta última existe una respuesta escrita de la Junta al Partido Castellano que negaba tener una oficina en Panamá. El Gobierno regional sigue sin ofrecer datos del dinero que destinó a su gestión y mantenimiento, y que dejó en manos de una constructora burgalesa.
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