Los trabajadores de ABANCA protestaron el pasado jueves 25 de abril en las calles de Santiago de Compostela, en el marco de otras 21 concentraciones celebradas en toda Galicia en el último mes. La CIG es el sindicato que está detrás de estas protestas, como contestación a “su política de empresa, tanto comercial como laboral”. Así lo afirma el responsable de ABANCA en el sindicato, Clodomiro Montero, que anuncia una nueva tanda de concentraciones el día 7 de mayo en Vigo y llama a los demás sindicatos a sumarse a las protestas “para que la banca tenga que negociar nuevas medidas”, ejemplificándolo con la implantación por parte del Gobierno en torno al registro de jornada obligatorio en las empresas.
PRESIONES PARA VENDER PRODUCTOS COMPLEJOS
“Es una política común del sistema financiero, pero pensamos que en el caso concreto de ABANCA su política comercial es aún más agresiva si cabe. Son objetivos comerciales crecientes, que aumentan año a año de forma exponencial y que son totalmente innegociables, que de no cumplirse los trabajadores podrían ser incluso despedidos”, critican desde la CIG. Sin embargo, lo más preocupante es que muchos estos objetivos comerciales son los que desde el sindicato señalan como “productos financieros complejos”; algo que recuerda a las presiones que recibían los operarios de las antiguas caixas para colocar las preferentes, productos también complejos, a miles de usuarios en todo el país, a menudo sin la capacidad de comprender los riesgos que estaban asumiendo.
“Tras la normativa comunitaria de 2014, después de todos los escándalos que hubo en el sector financiero, entendemos que uno de los puntos establecidos por la directiva europea establece la prohibición de sistemas de remuneración o de objetivos de ventas que inviten al personal a vender determinados productos a la clientela. Y lo que está haciendo ABANCA es imponer objetivos comerciales que consideramos que van en contra de la legislación europea”, denuncian desde la CIG.
Al respecto, desde el sindicato son meridianos en cuanto a los productos financieros complejos. “No queremos tener objetivos de productos complejos, porque no podemos olvidar lo que ocurrió en nuestro sistema financiero, y lo que no puede ser es que si Europa toma medidas para que no se vuelva a repetir los bancos, en este caso concreto ABANCA, sigan intentando vender productos financieros complejos”, expone Montero.
Protestas pasadas de afectados por las preferentes
Esta situación se debe a distintos factores, principalmente a la realidad especulativa del sistema financiero. “Entendemos que el sistema financiero tiene un papel más especulativo que antes de la crisis. Además, el estrechamiento de los márgenes y la subida de los intereses negativos provoquen que los usuarios no reciban prácticamente ningún tipo de retribución por sus ahorros”, comentan desde el sindicato.
“Las entidades emiten productos cada vez más complejos, algunos en los que la clientela puede perder parte de su capital”, denuncia la CIG, poniendo el foco sobre el Banco de España, al que acusan de estar “mirando para otro lado” o incluso “incentivando estas prácticas”.
“Es preocupante cuando una persona tiene que asesorar a un cliente sobre un producto financiero de estas características porque tiene que colocar ese producto para cumplir con el cupo impuesto por la empresa, incluso con un seguimiento diario por parte de la empresa para saber si se venden o no”, argumenta Montero sobre la presión a la que somete ABANCA sus trabajadores. “Es un acoso absoluto al cuadro de personal, que está siempre entre la espada y la pared por el clima de miedo imperante”, lamenta.
COLAS PORQUE NO HAY TRABAJADORES SUFICIENTES
A renglón seguido, Montero señala a ABANCA, que dice se niega a acatar la ley aunque el 12 de mayo deben poner en marcha el registro, y reclama un “desahogo para el cuadro de personal” por la inasumible carga de trabajo. “La carga de trabajo debe adaptarse a la jornada laboral, no al contrario como se viene haciendo hasta ahora”, advierte Montero, si bien es consciente que esto está provocado porque como bien dice “venimos de dónde venimos”, en referencia al proceso de fusión de las antiguas cajas de ahorros gallegas, señalando que fue un “proceso de reestructuración durísimo”.
“Hay que atender a la misma clientela pero con la mitad del cuadro de personal y con menos oficinas”, lamenta, aludiendo a la sobrecarga de trabajo que afecta a los clientes “que tienen que hacer cola durante una hora para ser atendidos” y al mismo tiempo “a la persona que está al otro lado de la ventanilla”.
IMPOSIBLE LA DESCONEXIÓN DIGITAL
Uno de los puntos más controvertidos que denuncia el personal que trabaja en la banca es la desconexión digital, ya que obliga a prolongar la jornada durante muchas horas fuera del horario laboral, aunque ahora están amparados por la legislación. Sin embargo, la excesiva carga de trabajo, provocada por los objetivos comerciales marcados por la entidad bancaria a los trabajadores, impide esta desconexión digital. “Conciliar la vida profesional y familiar se está volviendo imposible”, se queja amargamente Montero.
DESIGUALDAD ENTRE HOMBRES Y MUJERES
Otro aspecto que viene denunciando la CIG desde hace tiempo y que motiva las movilizaciones de los trabajadores es la desigualad retributiva entre los empleados y las empleadas de ABANCA, dicen que con una media de 11.173 euros de diferencia. Montero afirma que la entidad no ha dado pasos para cambiar eso, y que en todo caso lo que ha habido son “retrocesos”.
“Estamos desde hace años en mesas de negociaciones y no solo no se ha avanzado sino que todo lo contrario, mientras vemos como siguen poniendo en marcha distintos complementos salariales pero en una estructura donde nuestras compañeras cobran menos realizando el mismo trabajo que los hombres o incluso con mayores objetivos comerciales en una discriminación absoluta por parte del banco”, subraya el responsable de ABANCA en la CIG.
Escotet, presidente de ABANCA
“En este sector lo que hay lamentablemente es un techo de cristal muy claro: los puestos comerciales o la subdirección son puestos muy feminizados, con objetivos muy altos, pero con menor remuneración; dirección o jefaturas territoriales siguen siendo puestos masculinizados, y esto da una tremenda desigualdad salarial, traducido en 26 millones de euros al año de diferencia”, dice Clodomiro Montero.
En la misma línea, recalca que cuando una trabajadora tiene que reducir su jornada laboral “sus objetivos no se reducen, o cuando se reincorpora después de una baja por maternidad mantiene el mismo número de objetivos nada más volver a su puesto de trabajo”.
ENTRADA EN VIGO DEL REGISTRO DE HORARIO
“La Inspección de Trabajo de la Seguridad Social debería actuar y nosotros vamos a presentar denuncia en todos los centros de trabajo para que sancione a ABANCA si realmente llegado el día 12 no hay el registro de jornada que marca la ley”, anuncia Montero, sin renunciar a emprender acciones legales, aunque matiza que “todos sabemos cómo funciona la justicia” en referencia a los retraso, si bien “no supone impedimento para que no lo hagamos si es necesario, porque utilizaremos todas nuestras armas para que se ponga en marcha el 12 de mayo una conquista por la que batallamos mucho y para que no se obvie una vulneración más, como la de la desconexión digital”.
En cuanto a las sanciones por la denuncia contra ABANCA por vulnerar el derecho a la desconexión digital, la CIG está a la espera de la resolución de la inspección de trabajo para “valorar los siguientes pasos a dar”. “Cuando una empresa no cumple, sabemos cuál es el camino que nos toca tomar, que es el de las movilizaciones y la denuncia”, sentencia Montero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario