La evidencia sobre los efectos de la crisis climática sobre los distintos ecosistemas terrestres está al alcance de todo aquel que quiera verla. Según estudios de Inès Otosaka y Andrew Shepherd, científicos de la Universidad de Leeds, la enorme isla de Groenlandia, bajo la égida de Dinamarca y ubicada entre los océanos Atlántico y Glacial Ártico, se está derritiendo a un ritmo cada vez más acelerado.
Hasta los autores del estudio, según cuentan en The Conversation, se ven sorprendidos por la descomunal cifra: “3,8 billones de toneladas son 3,800 billones de toneladas o incluso 3,8 millones de billones de kilogramos. Si pusieras todo ese hielo en un solo cubo, sería dos veces la altura del Monte Everest”.
Lo más importante de todo es el impacto global que esto tiene: el hielo derretido, al fundirse con el océano, ya causó el aumento de más de un centímetro en el nivel del mar, y sucesivos aumentos significarán muchas más inundaciones costeras. Según las estadísticas de Naciones Unidas, casi un 40 % de la población mundial vive a menos de cien kilómetros del mar. No hace falta ser un experto para dimensionar las consecuencias en la alteración del clima para los océanos.
Otosaka y Shepherd lo explican de esta manera: “Un aumento de 60 centímetros para el 2100, según lo predicho por el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), pondría a doscientas millones de personas en riesgo de inundación permanente y a 360 millones en riesgo de inundación anual. Y 60 centímetros es solo el ‘cálculo promedio’ del IPCC: en ese período, el mar podría subir tan poco como 28 centímetros o tanto como 98”.
En efecto, una de las mayores preocupaciones relativas al aumento en el nivel del mar es la cantidad de hielo almacenado en Groenlandia y la Antártida. La primera sola tiene suficiente agua congelada como para, en caso de derretirse, aumentar 7,4 metros el nivel del mar, inundando las costas de todo el mundo. A causa de este peligro potencial para el balance terrestre y la supervivencia de millones, los autores del estudio señalan la importancia de definir cuánto hielo ha perdido exactamente Groenlandia.
¿Cómo lo calcularon?
Otosaka y Sheperd midieron la pérdida de hielo entre 1992 y 2018 gracias al uso de satélites. “Nuestra evaluación, ahora publicada en la revista Nature, fue realizada por un equipo internacional de científicos que combinó los resultados de veintiséis estudios diferentes como parte de un programa conocido como el Ejercicio de Intercomparación de Balance de Masa de la Capa de Hielo (IMBIE)”, y destacan que se emplearon resultados de once misiones satelitales diferentes lanzadas por la NASA y la Agencia Espacial Europea para medir cambios en volumen, velocidad y gravedad de la capa de hielo.
Aunque el estudio abarca un período de veintiséis años, el pico de mayor pérdida de hielo fue en 2011, con 335 mil millones de toneladas. “De hecho, casi la mitad de la pérdida de hielo ocurrió entre 2006 y 2012”, añaden.
¿Cómo se produce el derretimiento?
En la Antártida se debe al calentamiento de los glaciares, que los hace deslizar un poco más rápido hacia el océano, formándose icebergs. Algo similar pasa en Groenlandia, con la salvedad de que los veranos allí son más calurosos que en la Antártida, lo que hace que la mitad del hielo que se derrite durante esa temporada sea superior a las nevadas del invierno. E incluso más: los períodos de derretimiento extremo son cada vez más frecuentes, advierten los autores, con temperaturas récord cada año.
El 2019 no perdonó a nadie: un aire inusualmente cálido en Groenlandia causó un derretimiento generalizado en toda la capa de hielo. Se dice que la isla, que concentra el 7 % de agua dulce del mundo, está calentándose el doble de rápido que la mayor parte del planeta. La fusión del hielo acelera el calentamiento, ya que la tierra y el mar que quedan expuestos absorben la luz solar que antes el hielo reflejaba al espacio.
Los científicos de Leeds advierten que sus proyecciones se acercan más al “peor escenario” en las evaluaciones hechas por el IPCC (ONU), que predicen un aumento adicional de 10 centímetros en el nivel del mar para 2100, por encima de la estimación promedio. “Esto pondría a otras sesenta millones de personas en riesgo de inundaciones costeras anuales y sugiere que se necesita con urgencia una reevaluación de los impactos del calentamiento climático”.
Se calcula que casi el 80 % de la superficie de Groenlandia está cubierta de hielo, siendo la isla más grande del mundo. En sus profundidades se encuentra el secreto de la historia de distintos cambios climáticos atravesados por la Tierra, descubiertos gracias a la excavación realizada entre 1989 y 1993 por parte de investigadores europeos y estadounidenses que extrajeron muestras de tres kilómetros de largo del núcleo de hielo. Su análisis químico y físico arrojó datos reveladores de hace diez mil años e implicó un hito en el registro climático: se demostró que la Tierra había sufrido previamente cambios climáticos y que el que atravesamos actualmente es inédito.
La evidencia científica muestra que Groenlandia, la “tierra verde” que bautizara Erik el Rojo para atraer colonos vikingos, finalmente se está volviendo de ese color, y no por las mejores razones.
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