El montante de capital español en refugios fiscales ha alcanzado cifras sin precedentes, con una suma cercana a los 140.000 millones de euros. Históricamente, se ha dicho que la única certeza en la vida es la muerte y los impuestos. No obstante, para los magnates contemporáneos, evadir al fisco parece una certeza adicional. El informe "Evasión Fiscal 2024" del Observatorio Fiscal Europeo revela la escala monumental de este problema global, resaltando en particular la capacidad de los más acaudalados para eludir impuestos. En 2019, España no recaudó aproximadamente 4.500 millones de euros debido al desvío de beneficios de corporaciones internacionales. La cantidad de riqueza española en zonas libres de impuestos ha alcanzado niveles máximos, duplicando el presupuesto anual destinado a la educación.
Los esfuerzos por combatir la evasión fiscal han tenido cierto impacto. Desde 2017, el intercambio de datos bancarios entre naciones ha descubierto vastas cantidades de activos ocultos, reduciendo considerablemente la evasión por parte de las grandes fortunas. No obstante, los activos en paraísos fiscales siguen creciendo, alcanzando cifras cercanas a los 12 billones de dólares en 2022, diez veces el PIB español.
El informe también arroja luz sobre el déficit fiscal de los megarricos. A pesar de que sus fortunas han crecido tres veces en un cuarto de siglo, su contribución fiscal es mínima. Por otro lado, las corporaciones internacionales desvían enormes sumas a zonas con impuestos bajos o nulos. La UE es una de las más afectadas, perdiendo casi el 20% de su recaudación fiscal. Propuestas para imponer impuestos mínimos a las multinacionales no han avanzado sustancialmente. Zucman, uno de los economistas detrás del informe, compara la situación con la película "El bueno, el feo y el malo", destacando los logros, retrocesos y problemas persistentes en el panorama fiscal global.
Por último, el informe resalta la creciente tendencia de la riqueza 'offshore' en el sector inmobiliario. Las propiedades en el extranjero se han convertido en un refugio para el capital, especialmente en ciudades como Londres, Dubai y Singapur. En España, el valor de propiedades en estas áreas asciende a 3.400 millones de dólares.
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